Capitulo 7.

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De una patada, Obito mandó la quaffle varios metros sobre sus cabezas. Deidara subió para atraparla y volvió a lanzarla desde ese ángulo. Esa vez sí consiguió colarla. Rió contento por su logro.

Desde que Obito llegó a su casa entrenaban todas las tardes y cada vez le resultaba más duro meterle goles.

—Te toca ir a por ella, hm.

Obito bajó hasta el árbol donde la quaffle se había enganchado.

—¿Jugamos a los cien pases ahora? —dijo
Obito—. Aún queda un rato para la cena.

El sol se había puesto hacía rato y el aire empezaba a venir frío. Así eran los veranos en Iwagakure. Deidara tenía los brazos helados y la piel de gallina pero aún no quería bajar a tierra firme.

—Vale.

Obito le arrojó la quaffle y él maniobró hacia atrás para atraparla. Una vez en su mano se la devolvió, poniéndoselo difícil con especial empeño. Lo vio echar a correr detrás de la pelota para que no se cayera.

—¡Hey! ¡Hazlo bien! —protestó, y se la tiró desviada hacia arriba.

—¡Tú también, hm!

Después de eso ambos se calmaron, y se conformaron con pases más fáciles.

—Anoche soñé que te admitían en el equipo de Gryffindor, pero eras buscador.

—Buscador —Deidara se imaginó recorriendo el campo en busca de la snitch dorada mientras el resto del equipo hacía todo el trabajo divertido—... Nah. No podría hacerlo. Quiero estar donde está la acción.

—Serías un buen buscador.

Deidara rió.

—No digo que no —entre pase y pase la conversación seguía—. Pero falta un año más para que esa posición se quede libre y no pienso esperar más. Cazador es lo que quiero ser. Golpeador no me importaría si de verdad pudieran marcar puntos.

—Todo el mundo quiere ser buscador. En verdad me gustaría ver como les quitas el puesto a todos los candidatos —dijo Obito.

—Sí, eso estaría bien, hm. Me gustaría probar si puedo lograrlo. Luego les diría que he cambiado de opinión y me iría.

Su madre salió a avisar que la cena estaría lista en veinte minutos y ellos aún no llevaban ni cincuenta pases.

—Vamos a tardar —la avisó Deidara—. Estamos jugando a los cien pases.

Si no lo lograban, la quaffle se volvería invisible. Deidara aún no había podido encontrar la que perdieron el día en que Obito llegó.

—¿A los cien pases a esta hora? Deidara, vas a hacer a Obito comerse fría la cena.

—Fue mi idea en realidad. Lo siento —se disculpó él.

Al menos siendo un invitado no iba a meterse en problemas, y a su madre le había caído bien Obito.

—Está bien, la dejaré en el fuego un poco más. No se olviden darse un baño antes de ir a la mesa.

Una Aventura Por Hogwarts. Obi/dei (TERMINADA)Where stories live. Discover now