ALTAIR/ ETERNALS

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"Oh pequeña de ojos cafés, eres y serás mi perdición hasta el fin de los tiempos"

𝐌𝐄𝐒𝐎𝐏𝐎𝐓𝐀𝐌𝐈𝐀 5000 𝐀.𝐂
La llegada de los eternos era algo que los humanos jamás pensaron estar listos para presenciar, ante sus ojos deidades que vinieron a salvarlos de lo malo del mundo.
Tras bajar de la nave listos para enfrentar a los desviantes, bajaron primero los únicos dos que podían volar, Ikaris y Altair. Bajaron a enfrentar a el primer desviantes mientras los demás bajaban. Ikaris comenzó a disparar y Altair a lanzar sus inusuales flechas de fuego.
Ikaris lo hería pero eso no bastaba para matarlo así que Altair decidió tomar las riendas de el asunto, convirtiendo su arco y flechas por una espada de el mismo material que las flechas.
En un movimiento elegante y rápido la castaña se colocó debajo del desviante y clavó la espada junto en el pecho. Y así terminando con la vida del causante de el terror de algunos humanos.
Mientras se acercaba a Ikaris pudo observar a sus demás compañeros acercándose.
Sin duda la pequeña castaña era una guerrera nata.
Y esa guerrera nata se había robado algo más que la atención del pelinegro que podía controlar mentes.

𝐀𝐂𝐓𝐔𝐀𝐋𝐈𝐃𝐀𝐃 𝐈𝐓𝐀𝐋𝐈𝐀

Todos los eternos se encontraban vagando por la gran propiedad hasta que un objeto llamó la atención de más de uno de ellos. Era un anillo el cual aún lado una flor que se miraba recién cortada. Kingo se acercó y lo observó bien pero su asombro fue mayor cuando reconoció el anillo y a la persona que muy probablemente se lo había obsequiado a Altair. Kingo solo observo la casa desde donde estaba, aún asombrado por su descubrimiento. Altair había tenido una relación con uno de los príncipes de Asgard, Loki.
El dios de las mentiras. Bajo lo más rápido que pudo las escaleras encontrándose con Altair sentada en el patio tomando café. Y así mientras Kingo encontraba las palabras para hablar los demás eternos se encontraba junto a él.
-Altair...-
-Si Kingo?-
-Tú...tú y Loki- y tras decir eso la joven giró su cabeza como si del exorcista se tratara y abrió sus ojos a más no poder, habían descubierto su secreto.
-Loki? El dios de las mentiras?, ese loki?- dijo de una manera que trataba de sonar calmada pero sus actitudes anteriores ya la habían descubierto.
-Como es posible que estuvieras con...concon...unundios?!- hablo entrecoratamente y con miedo Kingo, miedo a no saber escoger que palabras usar
-Estuve con el después de lo qué pasó en Nueva York, Trabajaba en Shield y me asignaron a mantenerlo quieto, y...solo pasó. Loki no era malo... solo necesitaba alguien en quien confiar- dijo la chica mirando hacia la pradera que estaba por su jardín, evitando la mirada de los eternos y mas específicamente de Druig.
-Wow, Karum grabaste eso?-
-Claro señor-
-Entonces te enamoraste de loki y eso fue todo?, como explicas el anillo qué hay en tu oficina-
-Entraste a mi oficina?-
-Yo pregunte primero-
-Loki me iba a pedir matrimonio, pero Thanos llegó antes. Cuando Thor volvió me lo entregó- dijo una Altair sería
-Wow, Los manipuladores son muy tu tipo no?-
-Sprite!-
-oh vamos todos lo pensamos-
-Veo que seguiste con tu vida, mi bella Altair-
-así como tú seguiste la tuya-
-Altair, dime Que no interferiste en la batalla contra Thanos-
-Yo...yo... tenía que hacerlo, me quito lo único bueno que tuve todos estos años. Tú no lo comprendes por que eres un insensible Ikaris-
Dijo acercándose y y golpeando su pecho mientras lágrimas salían de los ojos de la chica
-Eso te hace débil, las emociones te hacen así de débil Altair. Eres una vergüenza-
-Ikaris basta-
-No Sersi, ella tiene que saber que eso la hace inútil, un desperdicio para los celestia- Ikaris no pudo terminar la oración por que Altair le había lanzado una flecha que había dado directamente aún lado de la cabeza de él. Mientras que Druig la trataba de tomar de los brazos para evitar la pelea entre la joven y el arrogante eterno.
-Solo di si nos ayudarás Altair, te necesito- susurró en su oreja esa voz que conoce tan bien y la enloquecía hace algunos siglos.