Capitulo 23-Los dias en el infierno

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¡Gracias por la paciencia! ❤ Espero disfruten estos capitulos como yo, aunque debo confesar que ha sido un poco dificil mas que todo por el contenido que intento mostrar.

En fin ¡Suerte! Digo ¡Disfruten!

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—Entiendo, lamento que Yamaguchi no haya ido... Sí, hablaré con él, muchas gracias.

Kageyama colgó la llamada y se dio un momento para estrellar su cabeza contra el volante. Hace ya mas de dos meses que su pareja no había faltado a una de sus citas con su psiquiatra. Según él y el doctor, habían ido bien los últimos días. La última sesión si fue un poco más difícil según él, después de todo el psiquiatra le había pedido encarecidamente que le comunicara cualquier cambio en la conducta de Yamaguchi.

Y ahora, tenia hasta temor de llegar a casa. Tenia miedo de encontrarlo llorando o que se niegue a verlo. Tenia mucho miedo incluso de pensar que podría estar... no, le había prometido que no lo haría de nuevo. No volvería a quitarse la vida nuevamente, no por tercera vez.

Habían...mejorado en ese aspecto. Al menos eso quería creer.

La segunda vez fue hace medio año, cuando tuvo que aprender a la fuerza como abrir la puerta del baño donde Yamaguchi quiso morir sumergiéndose en agua helada por horas. Desde ese día había decidió suspender sus propios estudios para vigilarlo.

Los dos estaban realmente exhaustos de todo. Tobio ya no podía estar tranquilo cuando su pareja se bañaba. No podía ni quería arriesgarse a perderlo nuevamente.

Eso lo comprendió cuando un día demoró diez minutos más de lo normal y volvió a abrir la puerta de golpe, para solo encontrarlo vistiéndose con algo de dificultad. Su propio psicólogo le había recomendado que tratara de confiar mas en Yamaguchi, incluso le había incentivado a realizar ciertos ejercicios de relajación, después de todo el mismo tobio le había dejado en claro que no había manera de que se vaya lejos de Yamaguchi.

Ahora él era quien velaba por el peliverde y no había forma de cambiarlo. Ni si quiera su propia familia tuvo la suficiente influencia para hacerlo desistir.

Quería protegerlo del mundo, pero poco a poco ambos debían salir a ver la luz del mundo real. Se habían convertido ambos de golpe en un par de adultos que estaban perdidos en un mundo de dolor, caos y superación.

También habían llegado al punto de incentivar a Yamaguchi a asistir a algunas clases de la universidad o a hacer actividades que lo pudieran distraer. Salir con amigos, ir al cine, ejercicios, medicamentos, todo eso estaba en la lista de cosas que debía intentar.

Tenía que volver a integrarse en una sociedad que no se la ponía fácil al querer juzgarlo hasta por respirar.

Tobio suspiró una vez llegó al departamento donde ambos andaban viviendo con la ayuda de conocidos y la familia del pelinegro. Al menos, en eso todos los demás habían sido comprensibles. Eso o comprendieron que Yamaguchi se negaba a vivir con alguien más que Kageyama.

—¿Amor...?

La casa estaba totalmente oscura. Las cortinas cerradas y ninguna luz prendida. Parecía de noche.

Cuando prendió una de las luces de la sala, tuvo que aguantar un grito. El florero de la mesita de noche estaba tirado y roto en mil pedazos en la alfombra, con las flores ahora maltratadas no muy lejos de la terrible escena, que parecía querer adornarnos con todos los cojines esparcidos por cualquier lado menos en su lugar.

Toda la sala estaba hecha un desastre. Y en su rostro solo pudo formarse una mueca llena de preocupación.

Corrió hacia el baño, pero este estaba vacío. Luego, fue hacia la habitación.

Infiel [Haikyuu] Where stories live. Discover now