27 - Como las palabras y golpes

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No podía hacer más que correr por todos los pasillos, era impresionante la ignorancia de los militares al ver que esa maldita mujer aún siendo de los suyos, intentaba golpearla

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No podía hacer más que correr por todos los pasillos, era impresionante la ignorancia de los militares al ver que esa maldita mujer aún siendo de los suyos, intentaba golpearla.

Sabia que estar sola merodeando por ahí le traería problemas. Ya hasta andaba cansada de correr por varios minutos, no encontraba a alguien que la ayude, los demás idiotas creían que era un juego y al ser de los militares preferían no interponerse.
Cerraba los ojos del cansancio y rogaba por algún "milagro" que la salve.

La luz iluminó su camino.

No podía estar más feliz de ver al tierno azabache con su amiga. Éstos al verla parecían desconcertados, pues venía corriendo como si su vida dependiera de ello.
Hasta que salto hacia los brazos del chico, sorprendiendolo en el acto.

Bueno, gracias a eso Usagi noto a la otra mujer acercarse y se puso delante. Para más suerte, aparecieron esos dos que la castaña buscaba.
Con ellos ahí, la peli-negra no tuvo más opción que retirarse del lugar.

— Ya verás... —Murmuro mientras se marchaba.

Ya solos, el rubio quedo observando de brazos cruzados el como esa castaña abrazaba incluso con las piernas a Arisu. No le gustaba ver esa escena, para nada. Eso lo noto la más alta, soltando una risita por tal reacción.

— Enma ya se fue, no es necesario que la sigas "protegiendo" Arisu. —Dijo mostrando una sonrisa que parecía forzada.

Ambos lo miraron aún en esa posición y rápidamente el joven la bajó con cuidado, avergonzado por esa escena. Evitando cruzar miradas con ella no hizo más que preguntarle si está bien, ganándose una caricia en la cabeza por parte de ella: al ser de baja estatura, él se inclinó un poco.

El rubio no podía estar más en desacuerdo por lo que veía, así que suspiro con pesadez y desvio la mirada indignado. Las otras dos mujeres querían reírse por lo que presenciaban.

— Ten más cuidado... —llego a decirle con timidez—. Usagi ya debemos irnos. Hasta luego Chishiya, Kuina y Aleen.

Se despidieron y dejaron solos a los otros tres.
Arisu era alguien amable he inocente, solo quería darle el gusto a esa joven tan gentil. Era una amiga tierna en su opinión, pero por alguna razón le daba nervios la mirada de Chishiya.

Quien ahora seguía en esa misma posición, mirando el suelo al costado, moviendo su pie. Las dos compañeras de ahí querían reír, aunque Aleen lo hizo por dentro.

— ¿Qué sucede Chishiya? ¿Acaso te molesto que Arisu abrace de esa manera a Aleen? —Pregunto para molestar la más alta.

— ¿De qué hablas? Solo pienso en el plan, y en lo molesta que puede ser Enma. Podría traer problemas.

Ésta nego despidiéndose por ahora de ambos mientras sonreía con burla. No podía engañarla después de comportarse así.

Mientras tanto, Chishiya miro a la oji-cafe en silencio. Hasta que la contaría disimulo soltando un silbido: mirando al costado con sus manos por detrás.
Basto para quitarle una sonrisa, se acercó a ella y acaricio su cabello logrando que cruzaran miradas.
Dejarse llevar en ese momento podría ser algo no tan malo...
Fue cortando la distancia entre ellos, sin decir nada, ella parecía un estatua.

De pronto

Resbaló, la castaña movió su pie y retrocedió un paso para después caer sentada. Que mal momento para tropezar, pero ella pareció hacerlo a propósito.

Extendió su mano para ayudarla, mientras sonreía de lado. Que chica mas rara y lista cuando quiere.

¿Fue un rechazo indirecto?

O solo se sentía nerviosa. Sin dejarlo hablar miro a un costado buscando si había alguien más en el lugar y apuntó hacia otra parte para después irse caminando, como si le dijera que deben irse antes de que pase algo.

A lo mejor es lo bastante distraída y torpe que no entendió nada y resbaló al intentar cortar esa extraña cercanía.

¿Qué importa?

Ahora él no dejaba de pensar en lo que estaba a punto de hacer hace unos minutos. Pero no podía negar que le hubiera gustado ver que sucedía si ella no resvalaba.

La observo por el rabillo del ojo, curioso, haciendo esa sonrisa que parece de un felino: como siempre manteniendo las manos en su bolsillo. Ahora que lo pensaba... no faltaba nada para el plan de obtener las cartas he irse.

— Aleen —Llego a decir sin detenerse— cuando suceda lo del plan, estarás lejos. Arisu y Usagi no creen que participaras  así que quédate tranquila. Solo debes vigilar.

Y asintió.

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Soledad en Silencio [Chishiya Shuntaro]Where stories live. Discover now