16. Justicia

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— ¿De dónde conseguiste todo eso?— dije.
— Sebastian me ayudó— dijo Lilian.
— ¿Tu ex novio?— dije sorprendido—, ¿Está en la ciudad?
— Algo así— dijo ella—. Hemos hablado mucho últimamente y... me ayudó cuando se lo pedí.
— Qué amable— dije.
— Él siempre fue amable— dijo ella.
— Entonces sigue hablando con él— dije—. Te hará bien.

Me observó.

— ¡Cállense, ahí viene alguien!— dijo mamá.

Eso hicimos. Alguien golpeó a la puerta. Mamá nos hizo gestos de que nos quedáramos callados. Pero yo sentía que eso no estaba bien.

— ¿Quién es?— dije un poco nervioso.
— ¿Hay alguien aquí?— dijo una voz y reconocí la del hermano de Oliver.

Abrí y me asomé. Él me observó.

— ¡Hola, soy yo de nuevo!— dije fingiendo felicidad pero realmente me sentía bastante nervioso.
— ¿Qué haces aquí?— dijo.
— Me sentí un poco mal— dije—. Y como ya había estado aquí antes, me tomé la libertad de regresar para descansar un poco. ¿Hice mal?
— No, está bien— dijo—, pero aún puedo llamar al médico si lo requieres.
— ¡No, yo estoy de maravilla! Es algo que siempre me pasa. Es que estoy enfermo de... de los ovarios y en veces me siento cansado. Pero descansar un poco me hará sentir mejor, gracias por tu ayuda.

Le cerré la puerta en la cara. Mamá se inclinó para ver por debajo de la puerta.

— Ya se fue— dijo.
— Bien, seguiré con lo mío— dijo Lilian mientras martillaba sobre la madera.

En la secundaria mi hermana perteneció al club de carpintería. Era la única mujer ahí. Aprendió muchas cosas que después usó para el mal, como un súper villano. Aún así su profesor estaba orgulloso de ella.
La vimos trabajar. Cuando ya casi terminaba, escuchamos pasos. Me acerqué a la puerta. La golpearon un par de veces.

— Soy yo— dijo el hermano de Oliver.

Abrí.

— Oh, eres tú... de nuevo— dije—, ¿Cómo me contaste que te llamabas?
— Peter— dijo—. Y jamás te lo conté. Sólo quería decirte que aún puedes ir a la boda si quieres. Empezará en unos minutos. No será algo lindo de ver probablemente para ti pero... sentía que tenía que avisarte.
— Gracias, lo consideraré— dije y cerré de golpe.

Me acerqué a mamá. La observé rellenar condones con pintura junto a Lilian.
Suspiré. Eso no estaba bien.

— Esperen, detengan todo— les dije.

Me observaron.

— No puedo hacer esto— dije—. No saldrá bien.
— Sí saldrá bien, ya he hecho esta máquina antes y siempre funciona— dijo Lilian.
— Me refiero a que esto no me hará sentir mejor— dije—. Arruinarle la boda a Oliver no hará que él me quiera de vuelta.
— No lo quieres de regreso, no mereces a alguien que te dejó un día antes de su boda— dijo mamá—. Eres demasiado para él.
— Sí, esto es sólo un poco de justicia— dijo Lilian—. Porque dios no puede hacer todo el trabajo.
— Pero no ganaré nada— dije—. Sólo el odio de Oliver y su familia. Y ellos no me han hecho nada, no se lo merecen. Su hermano fue muy amable y comprensivo de hecho.
— ¿Entonces quieres que nos vayamos aún cuando ya llegamos tan lejos?— dijo Lilian.

Lo pensé un poco. Respiré profundamente.

— No, hay una cosa más que debo hacer— dije con determinación.

Oliver Ya No Me QuiereWhere stories live. Discover now