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Al día siguiente, la señora Kim los despertó temprano para que preparasen sus cosas rápido, ya que irían a ver al médico de Kibum a Daegu.

Había conseguido turno ese mismo día debido al sorpresivo regreso de su voz, y debía revisarlo urgentemente.

La idea era ir y volver el mismo día, pero, por si acaso, debían llevar una muda de ropa por si se les hacía muy tarde.

Jonghyun se encargó de guardar la ropa de ambos, mientras Kibum se vestía, aún algo adormecido, el pelirosa pudo notar su nerviosismo.

Jonghyun enganchó la mochila de un lado a su hombro, se sentó junto a Kibum, tomando su mano para que el pelinegro lo mirara.

— ¿Estás bien? — preguntó con suavidad.

Kibum asintió automáticamente, pero no convenció del todo a su novio.

Jonghyun pasó un brazo sobre los hombros del chico, abrazándolo.

— Estoy contigo, no te preocupes— habló cerca de su oído—. Ven, desayunemos.

Bajaron las escaleras juntos, incluso cuando estaban tomando su café, por parte de Jonghyun, y su chocolatada fría, por parte de Kibum, el pelirosa no dejó de sostener su mano.

Ya en el auto, compartieron auriculares, Kibum se acomodó sobre su hombro con intenciones de seguir durmiendo, nadie se lo impidió, ni siquiera Momoland con su alegre canción Baam sonando a todo volumen.

Cuando llegaron a Daegu, el señor Kim condujo directamente hacia el consultorio médico de la última vez, estando todo tal y como lo recordaban.

La señora Kim bajó del auto para entrar al lugar directamente, dejando a los dos chicos descansando en el asiento trasero y al padre de Kibum, aún al volante, quien apagó el motor.

El doctor había dicho que los atendería en cuanto vinieran, y si estaba atendiendo a otra persona, terminaría con esa consulta y luego pasaría a ellos, pero no harían ninguna fila de espera.

Kibum se despertó perezosamente, viendo hacia afuera.

La sonrisa de Jonghyun lo distrajo, y sonrió un poco también.

— Estás durmiendo mucho últimamente, Bummie— comentó Jonghyun, revolviendo un poco sus cabellos—. ¿Duermes mal o algo?

Kibum creyó notar la mirada del señor Kim por el espejo retrovisor, pero el hombre se movió rápido para asegurarse de no ser atrapado.

Kibum negó.

Cansado— dijo, simplemente.

Jonghyun notó el puchero en sus labios y el rubor de sus mejillas.

— ¿Te duele la cabeza?

Kibum asintió.

Jonghyun acercó sus manos a su frente, sintiendo la temperatura, hizo una mueca.

— Tienes fiebre— murmuró, Kibum pareció sentir más dolor al escuchar esas palabras, e hizo una mueca que hizo a Jonghyun correr su mano.

Un golpe en la ventana hizo que ambos voltearan, encontraron a la señora Kim haciendo señas para que bajaran.

Aún adormilado, Kibum se sostuvo bastante de Jonghyun camino hacia el consultorio.

El pelirosa miró hacia atrás, viendo que la señora Kim ya no estaba a su lado, notando que estaba hablando un momento con su marido.

Como la última vez, el doctor revisó la garganta, oídos, temperatura, pulso y presión de Kibum, mientras le hacía preguntas que el castaño respondía

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Como la última vez, el doctor revisó la garganta, oídos, temperatura, pulso y presión de Kibum, mientras le hacía preguntas que el castaño respondía.

El doctor sonreía complacido, impresionado por su habla, un poco preocupado por la fiebre del chico, pero aún así bastante feliz.

Y de nuevo, al igual que la última vez, le dió una paleta que el chico guardó en su bolsillo, les dijo a los chicos que se fueran para así hablar con la señora Kim.

Jonghyun notó que Kibum volvió a ponerse del mismo modo que la última vez, con la mirada baja, e ignorándolo completamente.

El pelirosa no quiso decirle nada, hasta minutos después, aún esperando a la señora Kim, con ambos sentados en el auto, Kibum había empezado a llorar.

Preocupado, Jonghyun lo abrazó, acariciando su cabello en un inútil intento por calmarlo.

— ¿Qué pasa, bebé? ¿Porqué lloras? Dime, por favor...

El castaño señaló su cabeza, aún con el rostro escondido en el pecho de Jonghyun, intentando calmar su llanto al escuchar lo preocupado que estaba su novio.

— ¿Te duele mucho? — habló el pelirosa con suavidad, Kibum tardó un momento, hasta que asintió en su pecho.

Lo acunó aún más sobre él, intentando recordar cuándo había sido la última vez que había tomado el medicamento.

Sin más nada para calmarlo, intentó reconfortarlo con su abrazo y sus besos sobre su cabeza.

Cuando los padres de Kibum salieron del consultorio, el señor Kim estaba más serio de lo normal, y la señora Kim parecía congestionada, con la nariz rojiza y los ojos hinchados.

Jonghyun quiso preguntar qué pasaba, pero se mordió el labio, parecía un tema que debería hablar con la señora Kim en privado.

— Niños, ¿Se trajeron la ropa que les pedí? — habló la mujer, su voz sonaba algo rota.

Kibum asintió, al mismo tiempo que Jonghyun respondía con un bajo "".

— Creo que nos quedaremos unos días— habló la mujer—. Ahora el doctor me dió unas órdenes para unos exámenes, iremos por unos estudios de sangre ahora, ¿Sí?

Jonghyun volvió a responder con el mismo "", aunque Kibum ya no parecía querer decir nada.

El señor Kim arrancó el auto, andando con tranquilidad por la calle.

La señora Kim sonó su nariz con fuerza.

—Jjong — habló la mujer.

El pelirosa hizo un sonido afirmativo.

— ¿Recuerdas lo que te pedí hace un año?

El chico tardó un momento en recordar.

Hacía casi un año, cuando también había acompañado a los Kim a los estudios, y la mujer le había pedido estar junto a Kibum sin importar lo que pasara.

Un poco asustado, Jonghyun asintió, la mujer vió el gesto por el espejo.

— Te pido lo mismo está vez— dijo.

Mute (1) [JongKey]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora