•Conflict

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[Capitulo 14]

Después de esa escena Luzu se retiró a su habitación a recoger sus pertenencias, se demoró más de media hora.

En cuanto se fue respire ondo, seque las lágrimas que recorrían mis mejillas.
Era inexplicable el como me sentía...
Me sentía sin sentimientos, es decir, sentía, sentía dolor, tristeza, nostalgia, furia, impotencia.
Pero al principio de todo esto sentía que era más comprensible, más moldeable, algo positivo, pero de un día para otro todas esas emociones se esfumaron dejándome solo con las amargas.
De un día para otro sentía como si el mundo estuviera en mi contra, como aquellos a los que se hacían llamar mis amigos, estuvieran en mi contra, me sentía tan miserable, estaba harto de todos y todo.

Solo quería estar yo solo, quería estar solo, solo con el, con Willy, ¿tiene sentido?

El dolor de cabeza era insoportable, sentía náuseas debido a la resaca.
Decidí ir a la cocina y prepárame un té o esas cosas.

Cuando por fin salió ni siquiera le dirigí la mirada, me encontraba en mi mundo, ya había terminado mi té y solo me quede apoyado en la barra pensando.

Me observó unos segundos, relamió sus labios y dejó sus maletas en el suelo, pero no eran solo suyas también eran las de Rubén.

—Siento todo eso Samuel.

—Está bien Luzu—dije totalmente seco, ni si quiera quería mirarlo—¿Y Rubén? No vendrá el mismo por sus cosas.

—Eh Samuel el—dudó un poco en hablar, apartó las mirada y suspiro—El no quiere verte esta bastante molesto.

—El sentimiento es mutuo—baje la cabeza, de nuevo ese sentimiento de furia regreso, y en cierto modo me dolía estar molesto con el—No quiero verle ni en pintura.

Se dirigió a la puerta pero dudo en abrirla, frunció el entrecejo y se volvió a mi.

—Samuel, quiero estar bien contigo, por favor, déjame ayudarte, es decir, mira todo esto—observó a cada rincón de lo que era la cocina y la sala, me limité a solo poner los ojos en blanco y esbozar una sonrisa molesta, observó una fotografía de Guillermo que tenía colgada en una pared y sonrió con algo de nostalgia—Además, se que Guillermo estaría bien con eso.

No planeaba discutir con Luzu, a fin de cuentas es ¿bueno?.
Como sea, solo quería que saliera de mi casa cuanto antes, tal vez suene grosero pero que quiero tumbarme en el sofá hasta que se me pase la resaca.

—Bien Luzu—dije neutro, pensé un minuto y lo señalé—Solo, no te metas en mis asuntos—recalque.

—Claro! No hay problema—tomó las maletas y se dirigió a la puerta—Nos vemos Samuel—sonrió y dejó caer las maletas para abrir la puerta.

Aparte la mirada, volviendo a mi realidad, a mi soledad.
Pero en cuanto volví mi vista a la puerta Luzu seguía ahí, sosteniendo unos papeles.
Al instante los reconocí, me dirigí a su dirección a paso rápido pero el apenas me dejó reaccionar.

—Fuiste a recoger sus informes médicos?!—exclamo perplejo y con un gesto de decepción—¡Samuel! ¿Por que te lastimas así?

—¡Acaso escuchaste lo que dije! No, te, metas, en, ¡mis jodidos asuntos! Joder Luzu!—bufe con indignación y frustración—¡Es mi puto problema Luzu!—intente arrebatarle los papeles pero fallé, el en un movimiento rápido los alejo de mi, lo ojeo veloz, observé unas cuantas lágrimas a punto de desbordarse.

—¿Donde está el de Guillermo? Joder Samuel! No te hagas esto—alzaba la voz con desespero.

—No te puedo creer!—lleve ambas manos hacia mi cabeza enredándolas en mi cabello, sentía de nuevo toda esa ira recorriendo mis venas—Alguien se lo llevó! Una persona anónima ¡No lo se!—lleve mis manos hasta cubrir mi cara, divisé como cambiaba su gesto a uno de confusión.

—¿Por que quieres el informe médico de Guillermo?—cuestiono con un tono de voz dócil.

Mi paciencia se había acabado! Por que me trata como si fuera un niño, como si no supiera que hacer.
Estaba cansado.
Estaba a punto de explotar.

Di una media vuelta y me dirigí a la barra y le di un puñetazo dejando mi puño rojo y adolorido, Luzu dio un pequeño brinquito por el repentino golpe.

—¡Luzu! ¿Acaso no me escuchaste?—me dirigí a él ni si quiera me di cuenta estaba a pocos centímetros de él, pero la ira me cegaba, no sabía como reaccionar, estaba hasta los cojones— NO TE METAS EN MIS ASUNTOS!

Estabas tan cerca, estaba a nada de golpearle, cuando estoy enojado no pienso, no quiero hacerle daño, y no saben todo el conflicto que cause en mi para retenerme.
Quizá si necesite algún psicólogo.
Aunque ninguna terapia me serviría, solo lo necesitaba a él.

—¡Solo quiero ayudarte! Samuel! Es que no ves que todos a tu alrededor quieren tu bien?!

—¡No me estás ayudando! Solo déjame en ¡paz!—lo tome por los hombros con fuerza, sin darme cuenta unas enormes lágrimas salían de mis ojos, sin darme cuenta mi voz ya no se escuchaba firme si no frágil y rota—Vete Luzu—solloce, me lleve una mano hacia mi boca para evitar sollozar, seguía sosteniéndolo por un hombro, baje la cabeza evitando destrozarme.

—Samuel yo—su tono de voz cambió, ya no sonaba molesto, si no apenado, pero ya era tarde para toda esa pena.

—Por favor vete Luzu, déjame solo—dije entre lágrimas y a duras penas.

De un segundo a otro me encontraba en el suelo, junto con Luzu abrazándome, a pesar de estar Luzu a mi lado me sentía tan solo, con tanto frío...

En ese preciso instante no me importaba nada, ni los informes médicos, ni mis conflictos con Luzu, Rubén y yo mismo, nada, solo quería sacarlo todo...

—Lo echo muchísimo de menos Luzu—me aferré al abrazo, llevaba tanto aguantándome mis sentimientos, tanto—Daría lo que fuera!—sollozaba, no podía hablar con facilidad—¡Lo que fuera por tenerlo de vuelta! Siento que me quitaron una gran parte de mi—Luzu permanecía en total silencio, solo rodeándome con sus brazos, llegue a tal grado de no pensar con claridad, deje de sollozar simplemente dejando caer las lágrimas, deje salir un pesado suspiro lleno de nostalgia y tristeza—Luzu—lo llame casi en un susurro—Quiero irme con Guillermo, ya no puedo más, no puedo sin el.

Me aparto y me observó directamente a los ojos, noté como sus ojos se inundaban tras escuchar mis últimas palabras, tomó mi cara con ambas manos, me sentía de una manera que jamás podría explicar, jamás había sentido un dolor así, me inundaba el pecho, mi corazón se encontraba incompleto.
Solo lo quería a él...

—Luzu, te lo pido, déjame solo por favor—dije con suavidad, el solo asintió.

—Samuel, por favor, se que te lo hemos dicho mucho pero ¡en verdad! Se fuerte por favor, te lo ruego, no hagas ninguna estupidez, te necesitamos más de lo que crees, eres mi mejor amigo, no me dejes solo ¿si?—me dolía tanto verle llorar, su voz rota, tan frágil, me podía—¿Puedes prometérmelo?—apenas podía hablar, su voz se entrecortaba, solo me limité a asentir—Bien, te quiero Samuel, muchísimo ¿si?—dejó un suave y tierno beso en mi frente, se alejó tomando sus maletas y por fin cerró la puerta.

Solo quería que mi corazón volviera a estar completo.
Solo quería a mi Z4.
Mi corazón...

El sonido del celular me saco del trance, lo cogi  y una sonrisa con cierta duda y esperanza se apoderó de mi rostro.

No tardó tanto como lo espere...

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