La Petite Mort

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Zoe

Me levanté en la penumbra de la noche caminando por encima y con cuidado sobre mis amigos, dormían plácidamente sobre sus bolsas de dormir en mi habitación, me causaba gracia que Blair roncara fuertemente y Phillip por su parte hablaba dormido entre sueños diciendo de vez en cuando las palabras "peperoni" "pizza" "rico" se me escapó una risita al escucharle mientras una ligera sonrisa aparecía en sus labios, mi boca estaba seca y moría de sed así que un poco de agua en la cocina no me haría mal, con mucho cuidado abrí la puerta para no hacer ruido y despertarles, eran las 3:00 AM, cerré la puerta tras de mí y di un suspiro, alumbre con mi celular el pasillo para evitar tropezar, la puerta de Dimitri estaba cerrada y de seguro estaba plácidamente dormido al igual que los otros, fue el primero en irse a la cama y ni siquiera esperó a que la película terminara, solo pasó 30 minutos con nosotros en la sala y luego subió a su habitación, podía sentir lo enojado que estaba con la llegada repentina de ellos pero fue lo suficientemente educado para no echarles y dejarme disfrutar de este momento con ellos...aunque no les agradara y Phillip fuera mi "ex" bajé las escaleras, iba descalza así que era imposible que escucharan mis pasos, llegué hasta la cocina y con la flojera de encender las luces solo me serví el agua en el vaso y comencé a beber de ella a oscuras, sentí el líquido frío refrescar mi garganta y seguí bebiendo hasta la satisfacción, pero un ruido me hizo pegar un brinco soltando el vaso el cual cayó haciéndose trizas en el suelo, alumbré con mi celular buscando rastro de alguien ¿Acaso alguien se había metido a nuestra casa? Pasé saliva nerviosa cuando escuché un susurro inentendible y retrocedí unos pasos hasta chocar mi trasero con la alacena.

-¿Que demonios?- alumbré con la linterna de mi teléfono hacia donde venía la voz de Dimitri, estaba ingresando por la puerta de la cocina tallandose los ojos aún con el rostro adormilado y el cabello alborotado, parecía incluso irritado, me miró y relajó su expresión, suspiré de alivio, había sido tan silencioso que ni lo escuché llegar.

-Eras tú- dije soltando el aire de mis pulmones y cerrando los ojos un momento

-¿Que ocurre?- preguntó dirigiendo su vista hacia el suelo dónde yacía el cristal roto y algo del agua que había derramado

-Me asustaste- confesé algo apenada por mi torpeza, me miró unos segundos aún terminando de despertarse y procesando lo que ocurría

-Déjalo, vayamos a la cama mañana limpio eso- ordenó dándose la vuelta pero se detuvo en cuanto me escuchó chillar y pegar un brinco y volteó preocupado-¿Que pasa?- preguntó y con la linterna de su teléfono me iluminó, miré hacia el suelo y en mi torpeza había pisado uno de los cristales haciéndome un corte y astillandome la planta del pie, dió un largo suspiro-Ven, vamos a curar eso- dijo tendiendome la mano, le tomé y rodeé con cuidado los trozos de cristal procurando no cometer otra burrada, cojeé con cuidado dejando unas gotas de sangre en el camino, llegamos hasta el baño y me senté sobre el inodoro viendo cómo revolvía cosas detrás del espejo, me sonrojé al recordar lo que había hecho aquí hace unas horas pensando en él y me sentí apenada, sacó el botiquín y se arrodilló frente a mí, tomó mi tobillo haciendo mi piel erizarse solo con su tacto y sentir las llamadas mariposas en el estómago, pegué un gritillo que ahogué mordiéndome el labio al sentir como sin avisar y abruptamente me quitaba el trozo de cristal incrustado, su rostro parecía relajado y concentrado en su tarea de curarme, el ardor del yodo sobre la herida me hizo lagrimear un poco, tomó unas vendas y con cuidado comenzó a enrollar mi pie con suma delicadeza
- Debes ser más cuidadosa- dijo sin mirarme realizando su tarea.

-Lo siento- me disculpé a lo que levantó la mirada algo sorprendido

-¿Por qué te disculpas?- arqueó la ceja, sentí vergüenza y mis mejillas arder al no saber que responder y solo alcé los hombros, terminó de vendarme y suspiró tomando todas las cosas y volviendolas a guardar, se dió la vuelta y me tendió su mano ayudándome a levantar, en cuanto intenté dar el primer paso perdí el equilibrio ante el dolor y caí hacia adelante siento sostenida por sus manos en mi cintura quedando nuestros rostros a escasos centímetros mirándonos a los ojos, una ligera sonrisa apareció en su rostro y miró mis labios haciendo las mariposas en mi estómago revolotear aún más, me dió un beso y rápido corto en los labios que duró menos de un parpadeo dejándome sorprendida y con una sonrisa triunfante en los labios- bueno, parece que después de todo si encontramos algo de tiempo para ambos- dijo mirando tentadoramente mis labios y apegándome a él, me sonrojé y cerré los ojos al verle acercarse.

HeartWhere stories live. Discover now