•03•

1K 169 76
                                    

Un lloriqueo salió de la boca del pelinegro.

── N-No ──gimoteó bajito.── J-Jaehyun... Me d-duele ──

Jung dio un revuelo de ojos y soltó al mayor.

── Doyoung, deja de lloriquear. Las personas van a pensar que te estoy haciendo algo malo. Recuerda que esto es tu culpa ──dijo indignado.

Alejándose un poco del más bajito que lo miraba con un puchero y la mano extendida.

Sí. Doyoung se había emborrachado en la fiesta de Mark, y terminó esposándose una mano con uno de los barrotes -del portón- de la casa ajena.

Los primeros minutos fue divertido, pero ahora que ya se había acabado la fiesta, las personas se estaban yendo, y la maldita llave no aparecía, Kim se arrepentía de haber bebido tanto.

Del tiro se le había pasado la borrachera, pero ahora le dolía la cabeza y la muñeca.

Para su suerte su súper héroe estaba allí ayudándole. Aunque dolía mucho tratar de sacar su manita por la fuerza.

── Le diré a Mark que me preste unas pinzas ──avisó y el otro gritó asustado.

── ¡No! ¡P-Pinzas no! Jaehyunie, por favor ──pronto sus lágrimas empezaron a salir, mientras que con su mano libre protegía la que tenía indispuesta.

Jung suspiró cansado, dejando sus manos en su cintura y mirando al cielo.

── ¿En qué demonios estabas pensando cuando te esposaste ahí? Pero aún más importante, ¿por qué lanzaste la llave, Dongyoung? ──preguntó estresado, acercándose al pelinegro que lloraba en silencio.

Ambos ignorando que aún los invitados de Mark -prácticamente inconscientes- estaban saliendo de la casa.

── No sabía qué estaba haciendo. Tengo miedo, quiero irme. Me duele ──se quejó para después sollozar.

── ¿Ya viste por qué no quería que vinieras o bebieras? Tienes las ocurrencias de un niño de 7 años. Por Dios, Doyoung, tienes 22 ──le regañó, sintiéndose un poco afectado cuando vio la naricita coloradita del más pálido, y sus mejillas humedecidas por las gotas de agua salada que salían de sus ojos.

── Chicos... Oh, ¿Doyoung por qué lloras? ──el japonés de cabello naranja se acercó a la expareja preocupado.

── Larga historia, Yuta ──respondió Yoonoh.

── J-Jaehyun, has algo ya, esto me está lastimando ──pidió Kim lloroso.

── Espera a que se me ocurra algo, Dongyoung, yo no te mandé a que hicieras lo que hiciste ──habló algo alterado.

Yuta por su lado se acercó al más bajito para mirar su mano esposada. Su muñeca estaba rojiza y tenía partes moradas.

── Se está poniendo feo... ¿No tienen la llave? ──preguntó y recibió una negación por parte del castaño.── Creo que con una pinza po ──el llanto de Doyoung no lo dejó terminar.

── U-Una pinza no ──rogó muriendo de miedo.

A eso paso Jung se sentía a nada de explotar. Por la puta que amaba a Doyoung, pero ahora sólo quería estrangularlo.

── Doyoung no te va a pasar nada. Sólo contaremos la esposas ──Nakamoto trató de explicarle, mientras se rescaba la nuca.

── ¡N-No! ──se negó y luego observó a Yoonoh.

Este ni lo quería mirar.

── J-Jae... ──le llamó entre sollozos.

── Cállate, Kim ──ordenó.

¿Volverías con tu ex? • JaeDoWhere stories live. Discover now