6. "Besos y Cuarzos"

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Layla.

Al llegar a casa, papá ya se encontraba dormido y me había dejado una nota en una de las encimeras de la cocina.

"Te castigaría si no estuvieras de vacaciones, no te acostumbres a llegar a estas horas de la noche. En el refrigerador tienes pizza, solo debes calentarla. Te amo hija."

Ese día al leer esa nota mi corazón se había roto en mil pedazos, recordé todo lo que habíamos pasado mi padre y yo, todo lo que le dije a Bernie acerca de lo ocurrido con mamá, las terapias, los psicólogos y la depresión de papá. Fueron tiempos muy difíciles.

Atravesé la sala de estar y después de tanto tiempo mire con detalle las fotos que teníamos junto a mamá en algunas de los muebles que estaban ella. Jamás había puesto en duda que me parecía a mi madre pero ese día llegue a pensar que yo era su hermana gemela.

Su muerte seguía siendo algo que por lo menos unos segundos al día me hacía llorar o extrañarla como nunca, había dejado de asistir a terapia hace casi un año, me sentía preparada para continuar sabiendo que ya no me despertaría en las mañanas para ayudarme a desenredar mi cabello.

Subí las escaleras y camine hacia la puerta de la habitación de papá, la abrí un poco con mucho cuidado de no hacer ruido y tan solo me quedé observándolo por unos minutos, alguien como Louis Mendes no merecía haber pasado todo eso. Ya habían pasado varios años, casi cuatro años para ser exactos y todo a veces parecía que hubiese ocurrido la semana anterior.

Cerré la puerta de la habitación y fui directo a la mía, me tumbé en la cama y mi vista se perdió en el techo. La cantidad de cerveza que había tomado se hizo cargo de mí, segundos después mi celular sonó...

Dash:

— ¿Estás despierta?

Su mensaje había sido algo inesperado, no me sorprendí en lo absoluto como otras veces, en el estado que estaba pensé en todo ese tiempo que estuvo ignorándome y lo odie por un instante, pero no me cohibí de responder:

Layla:

—Sí, lo estoy. Dash:

— ¿Podrías salir de tu casa como la noche en que me comporte como un idiota contigo?
Esa noche... Recuerdo su torso desnudo y como sus ojos brillaban aun así fuera de noche, la manera en que dirigió su fuerza hacia su mano fue algo que me pareció excitante.

« ¿Que carajos estas diciendo Layla?».

Layla:

—Ya salgo.

No repase mi aspecto, solo me quité lo que traía y usaba mi pijama, deje mi cabello suelto. Salí de la habitación con la botella de cerveza vacía en una de mis manos, llegué a la cocina y tome un poco de agua antes de salir. Al estar parada frente a la puerta que daba a la parte de atrás, dudé, pensé en si era buena idea salir a verlo.

Suspiré y abrí la puerta para poder salir. Cuando estuve fuera podía verlo a la distancia en la parte trasera de su casa, no podía distinguirlo bien gracias a que el alcohol tenía todo el control sobre mí, una vez más mi celular sonó:

Dash:

— ¿No te atreverías a venir hasta aquí? ¿O sí?
Sonreí al leer su mensaje, no entendía porque lo había hecho pero se podía interpretar que me estaba retando por la manera en que formuló su pregunta. En ese momento volví a mirarlo pero esta vez logrando conectar con sus característicos ojos.

Mi sentido de competitividad se había alertado y en pocos minutos estaba frente a él, pude apreciar aún más de cerca su rostro y sus músculos, su cabello desordenado y su expresión seria despertaron algo más en mí.

ANGEL BABY.Where stories live. Discover now