Heart Soldier [Squid Game Fanfic]

Capítulo 9: Reencuentro

Si, todo perfecto. ¿Qué podría salir mal?

Y empezó a sonar una música demasiado feliz para un lugar como este. Me incorporé y mire a mi alrededor, viendo como todos se despertaban y saludaban a las amistades que habían hecho la última vez que estuvimos aquí.

-Pues nada, aquí estamos otra vez.

-¿Hana?

Miré a mis lados buscando el origen de la voz. Estaba en la litera más alta, como la voz no haya sido Dios...

-Estoy aquí abajo.

Eso tenía más sentido.
Bajé mi torso y cabeza para mirar bajo mi litera y allí encontré a Ji-Yeong sentada con las piernas cruzadas y las manos entrelazadas.

-¡Ji-Yeong! ¿Qué tal has estado? ¿Tuviste suficiente dinero? Espera, voy contigo que se me está subiendo la sangre a la cabeza.

Y al segundo me encontraba en la misma posición que ella, frente a frente.

-Tuve suficiente para el primer día y tuve que robar al segundo, pero me ha permitido comer un poco. ¿Y tú? ¿Dónde tenías que ir? Saliste corriendo después de leer ese papel.

-Si, bueno. - reí mientras buscaba las palabras exactas para explicarle mi situación- A ver, te voy a hacer un resumen de la situación.

Me miró fijamente, centrada totalmente en lo que iba a decir.

-Un soldado me conoce y creo que quiere ayudarme.

Me contestó inmediatamente.

-No me jodas, ¿quién es? - la miré incrédula levantando una ceja- Ah, es verdad, que llevan máscaras. Fallo mío. ¿Y como ha pasado?

-Pues después del primer juego-

-Empieza la hora de comer. Todos los jugadores al frente.

Nos miramos y decidimos dejar este tema para más tarde. Tras bajar unas tres literas, nos pusimos en una fila a esperar a recibir nuestra cena.

Mientras tanto, en otro rincón del infierno...

Pasos hacían eco en la sala de monitores, donde un soldado se acercaba a su líder.

-De 201 jugadores, han vuelto 187. La tasa de reingreso es de 93%.

Él de la máscara negra, con parecido al rostro humano, se mantuvo en silencio durante unos segundos.

-Vigila a los que no han regresado y mantenme informado.

-Si, señor.

Antes de irse, escaneó el suelo del lugar, el cual tenía las caras de todos los jugadores que han sobrevivido, hasta que su mirada paró en la jugadora de ojos castaños y cicatriz en la frente. Parece que no ha cambiado absolutamente nada. Sigue con la misma mirada que en aquel entonces.

-¿Has terminado?

-Si, señor.

Se dio la vuelta para dirigirse a la puerta y luego a la sala donde se encontraban los futuros sobrevivientes, o los futuros sacrificios. No tardarán mucho en descubrirlo pero este cuadrado no pensaba dejar que Ji Hana fuera parte del segundo grupo. Tenía claro que si alguien iba a sacrificarla, lo iba a hacer él con sus propias manos.

De vuelta a la realidad.

Cojí una se las cajas metálicas y me senté en un colchón a unos dos metros de tres hombre, el cual uno de ellos estaba casi segura que era indio. Segundos después se me unió Ji-Yeong a mi derecha.