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— ¿Y qué? ¿Ya están saliendo? — Jaemin miró a Jisung con el ceño fruncido, pues su pregunta le había sido repentina.

Estiró la mano para tomar un puñado de los dulces que descansaban en el regazo del extranjero entre los tres, quien solo se había dedicado a comer con tranquilidad sin dejar de mirarlos curioso. Chenle no le quitaba los ojos de encima y de algún modo comenzaba a ponerle nervioso; ambos seguían observándole de esa manera y no podía evitarlo. Le miraban como si estuviese cometiendo algún delito o algo por el estilo. Los tres nuevamente en la terraza del instituto como solían frecuentar.

— No. — Encogiéndose de hombros llevó un par de dulces a su boca después de quitarles el envoltorio.

— Pero ayer estaban follando.

— No estábamos haciendo eso.

— Lo estabas casi jodiendo.

Rodó los ojos soltando un profundo suspiro irritado. Es que no podía dar crédito a lo que estaba escuchando, ¡sus amigos le acusaban de follarse a Lee Jeno! ¿Cómo podían si quiera pensarlo? ¡Él jamás haría algo como eso! Jaemin estaba enojado e indignado, muy indignado.

— Ya Sunggie, no creo que Nana fuera capaz de joderse al vacío en la azotea...

— ¿Lo escuchas? Lele me cre-

— Creo que sería al revés. — Completó con una mueca pensativa, mirando a su novio sobre su hombro; pues se encontraba sentado entre sus piernas.

Jisung sonrió divertido al ver la mueca incrédula que Jaemin había dibujado en su rostro, pasando de ser incrédula para ser una molesta. Se dejó caer dramáticamente en el techo soltando un gemido exasperado, ¡su mejor amigo también le había traicionado! Lo esperaba de Jisung ¡pero no de Chenle! ¡No de su Chenle!

— ¡Que no me quise joder a Jeno y Jeno no quiso joderme! ¿Por qué fue esa su primera conclusión de todos modos?

— Nana, estaba encima de ti... sobre tus piernas... besándose.

— No lo estaba besando, estaba comiéndoselo. — Jisung corrigió dándole un pequeño apretón en el muslo para llamar su atención, a lo que Chenle le miró de inmediato. — ¿Que no viste? ¡Hasta de lengua y todo! — Chenle rió al ver la mueca asqueada que Jisung fingió junto a la sacudida de su cuerpo fingiendo sentir escalofríos. — Si no interrumpíamos seguramente nos hacían sobrinos y yo no quiero ser tío tan joven.

Jaemin fulminó a Jisung, levantándose para volver a sentarse con las piernas cruzadas sin dejar de enviarles dagas imaginarias con sus ojos. — En primer lugar somos hombres.

— ¿Y eso qué?

— ¡Que no puedo darte sobrinos, Jisung!

El aludido rodó los ojos soltando un bufido para luego hacer un pequeño puchero molesto, a lo que Chenle rió levemente.

— Nana, ¿te gusta Jeno? — Chenle cuestionó con sincera curiosidad, observando atento a cualquier reacción o movimiento.

Jaemin aplanó los labios unos segundos antes de soltar un profundo suspiro, pensándolo seriamente durante un buen rato. ¿Gustarle Lee Jeno? Es decir, era lindo y muy dulce, lograba hacerle sonrojar más de lo que alguna vez alguien haya logrado antes, pero no había pensado si quiera en desarrollar sentimientos profundos hacia él. Era cierto que la mitad del tiempo compartían sesiones de besos más de lo que hablaban y que usualmente se buscaban para aquello, pero realmente no sabía lo que pudiese significar; Lee Jeno lo buscó en primer lugar por la apuesta que había hecho con sus amigos y, quizás, si no hubiese aceptado Lee Jeno nunca hubiera sabido de su existencia. ¿Qué era lo que quería Lee Jeno de él de todas maneras? ¿Por qué seguía buscándolo?

— No lo sé... — Respondió finalmente en un suave murmuro, observando sus dedos jugar entre ellos.

— Tal vez deberías hablar con Jeno seriamente, preguntarle realmente qué es lo que quiere de ti.

— Jisung tiene razón, deberían hablar de lo que sea que tienen. — Llevó un par de dulces a su boca para después hablar con la boca llena. — Aywer rewalmewntwe pawrewcwía ewstawr a puwntwo de fowllawr.

— Te estás babeando todo. —Jisung murmuró estirando la manga de su suéter para limpiar la barbilla de su pequeño novio y parte de sus mejillas que se habían ensuciado de dulce y saliva.

Jaemin observó a su mejor amigo quejarse en voz baja para que dejara de limpiarlo alegando que ya no era un bebé, a lo que Jisung sostuvo sus mejillas apretando ligeramente logrando abultar sus labios para mantenerlo quieto y terminar de limpiarlo. Sonrió al verlos siendo tan cercanos y cariñosos, imaginando algún escenario donde Lee Jeno y él terminaran peleando de aquella manera como lo estaban haciendo ellos.

Quizás sí podría gustarle después de todo.

por una apuesta | jaeno, nominWhere stories live. Discover now