Capitulo 11

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-𝐼𝑛𝑠𝑡𝑖𝑛𝑡𝑜𝑠

¿Qué son los instintos?

Conducta innata e inconsciente que se transmite genéticamente entre los seres vivos de la misma especie y que les hace responder de una misma forma ante determinados estímulos.

Es el impulso natural, interior e irracional que provoca una acción o un sentimiento sin que se tenga conciencia de la razón a la que obedece.

Quería morderlo.

Quería enterrar sus dientes en su carne y desgarrarla, dejar que la sangre entrara en su boca.
Ver aquella mirada de temor en sus ojos mientras mordía su yugular.
Quería hacerlo pedazos.

Porque era su presa.

Porque era algo que podía comer.

Porque era su alimento.

Pero... cada vez que veía esos ojos verdes algo en su interior lo detenía.

Era su presa.

Si.

Pero a la vez también su más grande temor.

Aún podía recordar como esos dientes se clavaron en su piel, desgarrándola, el como fue inmovilizado contra el suelo incapaz de hacer algo, mientras el bastardo hacía lo que quería con su cuerpo.

Ira.

Vergüenza.

Miedo.

Estaba a punto de explotar en ese mar turbio de emociones.
Apretó los dientes mientras observaba a la ventana, sin prestar atención a los tipos con los que se juntaba.

Cada vez que miraba caminar a ese Deku de mierda, quería correr tras de él, tumbarlo y desgarrar sus entrañas, destruir sus órganos, masticar su carne igual que un depredador.

Y sólo la idea de eso le provocaba nauseas.

Maldecía a sus instintos. No. Mas bien los odiaba. Los odiaba hasta el punto querer arrancar y destruir sus características animales.

No los quería.

No le gustaba ser dominado por algo que vino de la nada.

Lo aborrecía con todo su ser.

"¿Por qué debo de tener estas mierdas de características?"

"¿Por qué?"

"Desearía haber nacido sin estas cosas, sin este instinto depredador de mierda"

Se estaba sofocando. Asfixiando. Hundiéndose lentamente en esa cruel realidad.

Porque sí, aún si lo deseara no podía deshacerse de algo que viene en su genética. Algo que era de él, aunque no lo quisiera.

Su instinto le gritaba que corriera tras ese conejo y lo hiciera pedazos. Que podía comérselo ya que era su alimento. Que podía destruirlo.

Gruñó en voz baja mientras sus fríos y afilados ojos rojos observaban el cabello verde tras la ventana, mirando esas orejas largas y la cola pequeña moverse de vez en cuando.
Sus orejas se pusieron rectas y mostró sus caninos.

Sentía ira, pero cuando el conejo miró hacia arriba, enfocando sus ojos verdes en la ventana en la que estaba, sus orejas se aplanaron como un signo de miedo, aunque su expresión seguía sin cambios.

Odia las características animales.

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Los años pasaron y muchas cosas quedaron enterradas.
Él había ingresado a la Yuei junto al nerd de mierda. Ambos estaban caminando hacia su formación como héroes profesionales.

Ese era su sueño y cualquier cosa que no le sirviera en eso, no merecía su atención. Eso era lo que pensaba hasta que, en algún momento, la relación de él e Izuku se hizo más estrecha.

Aún recordaba la sensación de años atrás, ese miedo al ver los ojos verdes. Pero ahora, era algo pasado, algo que no le afectaba en absoluto. Algo que ya superó.

Después de esa pelea, todo cambió, su relación con Izuku, su forma de ver las cosas e incluso las debilidades que ocultaba.

Todo dio un giro.

Bebió de la botella de agua mientras observaba al nerd de mierda hacer su tarea, murmurando cosas al aire, colocando un dedo en sus labios y bajo su mentón, algo típico de él cuando pensaba.

El agua le sabía más dulce.

-Deja de murmurar nerd bastardo, me estas irritando.

Le habló mientras se levantaba de la cama y se colocaba a su lado, mirando el problema que complicaba al inútil.

-¡Ah! Kacchan, esto es un poco difícil.

-¿Cómo mierda puede complicarte algo tan fácil?

-Simplemente no lo comprendo.

Le dijo mientras observaba el problema.
Frunció el ceño y puso el dedo en un parte en específico sobre el cuaderno.

-Esa parte esta mal imbécil ¿Cómo puedes hacerlo de esa forma?

Y así inició su explicación, dándole la fórmula con la que se debería de hacer y el orden, además de vez en cuando golpeándolo, sin fuerza, con la botella de agua por equivocarse.

-¡Kacchan es increíble!

-Y tú jodidamente estúpido.

Aunque lo insultó, su mirada roja era suave y calurosa. Mostraba un afecto abrasador que ocultaba bajo su expresión hosca.

De alguna manera su pecho se sentía... cálido.

𝐿𝑒𝑝𝑢𝑠 [𝐷𝑒𝑘𝑢𝑏𝑎𝑘𝑢]Where stories live. Discover now