Capítulo 5

2.2K 159 84
                                    

En cuestión de dos semanas nuestra relación había dado un giro completo, como habíamos pactado. Y no sólo eso, también había encontrado un amigo. Me sentía bien, para variar.

Un repartidor entró en la oficina y vino derecho hacia mí, lo cual me extrañó. Traía un ramo de flores.

—¿Nedra Vernon?

—Eh... sí.

—Para usted —me tendió el ramo.

Miré hacia Celia, quien cotilla como siempre, ya se había percatado de lo que ocurría y venía deslizándose con su silla hacia mi escritorio.

—¿Te las manda él? —preguntó al llegar, entusiasmada.

Al observarlas, vi que eran falsas. Capté una tarjeta entre el ramo de tulipanes y la leí:


"No iba a asesinar flores por ti, pero de este modo tampoco pongo en peligro a una planta dejándola bajo tu cargo."


Reí como una estúpida, pensando que él lo era.  Sí, era cierto que era incapaz de tener una planta. Siempre acababa muriendo porque me olvidaba de ella.

—Sí —le tendí la tarjeta y Celia también la leyó.

—Qué envidia, yo también quiero que me manden flores así.

—Ni que fuera para tanto.

—¿Vas a verle hoy?

—Me lleva a cenar —presumí. Mi móvil sonó. Era una notificación de la aplicación de citas online y, al parecer, había hecho "match" con un chico de la zona. Hice una mueca de aprobación y giré el teléfono para mostrarle el chico a Celia—. Primero un poco de diversión y luego una cena romántica.

—Está buenísimo —admitió—, ¿No quieres prestármelo luego?

—Te recuerdo que tú sigues castigada sin hombres. Al menos sin mi supervisión.

Frunció el ceño.

—¿Te he dicho que me caes mal?

—Me adoras y sabes que tengo razón. Además, acabas de conseguir divorciarte después de tres semanas peleando con Thomas. Date un respiro, mujer.

—Respecto a eso... Creo que debería contarte algo.

—Madre mía —dije asustada al ver esa cara llena de culpabilidad—. ¿Qué has hecho, Celia?

—Pues... Quizá, para cerrar el divorcio amistosamente... Acabé en la cama con Thomas.

—¿¡Que tú qué!?

Al instante miré avergonzaba a mi alrededor. Había levantado demasiado la voz.

—Fui a verle para intentar convencerle de que los firmara.

—Y te acostaste con él.

—Y ha firmado los papeles —intentó convencerme ella a mí.

—¡Eres increíble! —exclamé. Me volví hacia ella—. ¿Es que no puedo dejarte sola un par de días?

—Te prometo que esta vez no he caído. Tan sólo fue... sexo. Tensión sexual sin resolver.

—¿Le has vuelto a ver? —la miré entrecerrando los ojos, desconfiada.

—En absoluto —levantó las manos—. A partir de ahora, como tú. Sexo. Pim, pam. Ya está. No quiero nada sentimental por una temporada.

—Eso dices siempre —le recordé—, pero espero que esta vez sea verdad.

UN TRATO Y POCO AMOR ✔ [ ¡¡EN PAPEL!!]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora