Capítulo 3: ¿Cómo está tu herida?.

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Capítulo 3:

¿Cómo está tu herida?.

ADA Jueves, 22 de Julio, 2004

Sus años de entrenamiento la habían cambiado, especialmente cuando estaba consciente de que tenía planes que atender y no más tiempo libre como para continuar acostada, por lo que despertó nuevamente antes del amanecer. Leon estaba dormido a su lado, nuevamente su brazo sobre su cintura, su cuerpo relajado generando un peso extra contra el que tuvo que luchar para poder levantarse sin despertarlo.

El frío erizó su piel, pero no tenía tiempo para importarle, buscó su ropa alrededor de la habitación, atenta a no producir demasiado ruido. Se vistió, nuevamente tomando los zapatos en su mano y se acercó hasta Leon.

Besó con cuidado su mejilla, nuevamente durmiendo de manera lo suficientemente profunda como para no notarlo y sonrió cuando se dio cuenta que era algo nuevo que aprendía sobre él y acarició su mejilla, pasando las yemas de sus dedos sobre su piel hasta que sostuvo su mentón, un beso más y entonces se retiró.

No cerró la puerta para evitar hacer más ruido y buscó algún papel para dejarle una nota antes de irse. Detuvo un taxi para ir hasta el aeropuerto, sin mucho problema consiguió un vuelo de último momento hasta una ciudad no muy lejana.

No le gustaba dormir en aviones, al menos no lo hacía por costumbre a estar atenta a sus alrededores, por lo que luchó contra el sueño cuando sintió sus párpados pesados e irguió su espalda en el asiento, moviendo entre sus manos el celular.

En cuanto aterrizara tendría unos días libres antes de tener que regresar al trabajo, aunque esperaba que La Organización simplemente le diera una semana completa y simplemente no cortara su descanso nuevamente, había cumplido todo a la perfección, como siempre, y estaba segura de que se lo merecía.

Cuando el avión finalmente aterrizó no tardó en bajar, sin equipaje del cual preocuparse, se dirigió rápidamente por un taxi y camino a su departamento en un buen sector de Nueva York.

No era la única propiedad que tenía, aunque sí era la única en Estados Unidos y el único espacio seguro al encontrarse bajo su propiedad con un nombre falso que la hacía imposible de rastrear.

En el piso quince y formando parte de un loft que tenía una buena vista, lo hacía un lugar al que regresaba cada vez que podía, aunque al igual que muchos otros solamente significaba un pequeño escape, efímero y al cual no tenía mucho apego para evitar nuevas debilidades.

El hombre en la recepción la saludó, ella respondió con un simple gesto y tomó el ascensor, revisando su reloj notó que eran casi las ocho de la mañana, lo más seguro es que Leon ya hubiese despertado y ya se diera cuenta que no se había quedado más tiempo. No estaba segura, pero esperaba que ya hubiese encontrado la nota que dejó pegada en su refrigerador.

Se dirigió al baño en su habitación de inmediato, solamente tirando su bolso sobre la mesa que tenía junto a la entrada, se duchó consciente de que lo necesitaba y ya que se trataba de una semana libre, se permitió vestir ropa holgada, de esas que pocas veces usaba al permitirse vestir de manera elaborada y cumplir con una imagen que sus empleadores esperaban.

Resident Evil: ArcanoWhere stories live. Discover now