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Hoy se despertó
una vez más.
Observando el techo, preguntándose si valía la pena levantarse, reflexionando una y otra, y otra vez los motivos por los cuales debería salir de la cama. Con frustración de estar en un debate mental con su interior, decidió incorporarse para empezar el día.
Se miró al espejo con un suspiro, ojeó el reloj de su celular, era muy tarde o quizás temprano, los días últimamente iban pasando igual. Su rostro no lucía de lo mejor, nadie se veía bien recién despierto pero la imagen le molestó, tanto, que se cepilló los dientes, se dio una ducha rápida y se vistió sin siquiera volver a su reflejo un segundo.
Tomó un aire profundo, hasta el punto en que sus pulmones no pudieran contener más oxígeno y exhaló, haciendo una falsa sonrisa, saludando al mundo con su gesto cansado y esperanza de aprovechar un par de horas.
Desayunó poco por obligación, o tal vez mucho por ansiedad, o simplemente pasó de largo sin molestarse en pisar la cocina, casi ni lo sé.
Pero ahí estaba, dando su mejor esfuerzo a la vida, con la disposición de volver intentar aquello a lo que tanto llevaba esforzándose. Porque así es su persona, luchadora, fuerte aunque lo niegue y siempre está procurando estar bien, siempre está preocupándose por los demás, siempre está siendo un ser humano maravilloso sin darse cuenta...
Si acaso no había sido una buena semana, un buen mes o incluso un buen año, sin embargo seguía, seguía, seguía porque nunca iba a rendirse y eso es lo que yo, y otros admiramos de sí, su capacidad de seguir adelante aún con todas las cosas que le han sucedido, contra los vientos, mareas, las circunstancias difíciles, ante todo jamás se ha dado a vencer.
Sin embargo, este día lloró.
Otra vez.
Algo le ha sucedido, solo su pecho sabrá qué y está llorando, sus ojos le arden, su pecho le duele y el nudo en su garganta parece no terminar con sus sollozos. Nadie le ve, se ha escondido; nadie le oye, se tapa la boca con las manos; nadie conoce la causa, le da temor explicarla.
Se está quebrando, algo ha vuelto a derramar el vaso.
¿Y sabes qué?
Está bien.
No tiene que sentirse bien todo el tiempo, a veces las cosas van mal, a veces no todo sale como lo espera, a veces desearía tener una varita mágica y hacerlo parar todo.
Aquellas voces en su cabeza que le dicen que está mal, mienten. Jamás estará mal expresar su sentir, llorar no le hace débil, dejar que su corazón lagrimeé sus inquietudes a través de sus ojos no es incorrecto. Un jardín no podría florecer sin agua, lo mismo le está sucediendo, su alma no puede limpiarse sin llorar.
Por eso es tan valiente, por permitirse llorar.
Su vida no está siendo fácil y es que todavía con sus lágrimas se ríe mentalmente diciendo que puede con ello. Porque puede.
Se burla del universo con un "¿Qué más vas a ponerme si ya estoy al límite?" lleno de un tono desafiante, porque incluso con el peso del planeta estaría avanzando hacia su futuro. Ese aterrador futuro al que tanto le da vueltas antes de dormir, desconociendo la respuesta a su más grande incógnita...
¿Cuándo esto pasará?
No obstante, sabe que lo hará. En algún punto lo hará y eso es lo que en cierto modo, aunque sea un poco, le hace ponerse de pie.
Se limpia el rostro con agua, mirándose al espejo por segunda vez con una sonrisa débil por sus escleróticas rojizas y vuelve a respirar hondo.
Y yo lo siento.
Siento que tenga que estar pasando por eso.
Siento no poder borrar todos sus dolores.
Siento no poder eliminar las cosas que tanto le abruman, que tanto le asustan.
Siento no poder cuidarle de los ratos amargos y crueles del mundo.
Siento no haber podido ayudar desde un principio.
Siento todas y cada una de sus lágrimas como si fueran mías.
Siento que algunos, o quizás nadie pueda ver que cada segundo de su existencia lo está intentando con tal de ser mejor.
Pero quiero hacerle saber que yo sí.
Yo sí lo sé, yo si lo noto y estoy orgullosa. Porque es increíble, porque cada día avanza, porque está en constante cambio para cumplir sus añoranzas, porque tiene una fortaleza inefable, porque es la definición de la persona más hermosa física, mental y personalmente, es una persona valiosa, importante, un sol que ilumina a su alrededor, porque justo cómo es, es inigualable y es lo que le hace especial; nadie tiene su sonrisa, ni su mirada, su manera de hacerlo todo es única y rayos, eso es tan asombroso.
¡Es tan... wow!
Y a veces las palabras no me alcanzan para decírselo, por eso quise escribírselo.
Está bien sentirte como te sientas, recuerda: aquí estoy y vas a salir adelante porque lo mereces ¿De acuerdo? Hay muchas personas que se alegran de que sigas aquí y si lo dudas, pues te lo coloco también: estoy muy feliz de que sigas aquí y hayas leído este escrito que iba para ti.
Desde ahora todo puede ser mejor y sino mañana, y sino, estará bien, nada dura toda la eternidad y eso incluye los malos momentos.
Ahora mírate a ese espejo y sonríe, por favor.
Tú puedes, yo creo en ti para salir de esto.
Yo creo en ti y lo más importante, te pido que tú creas en ti.
