116. Mural

3.6K 130 12
                                    

Pov Calle

¿Entonces qué hago? — me preguntó tierna.

— Nada, mi amor. Lo mismo de siempre, solo que esta vez quizás obtengamos más... Ojos encima nuestro — dije acariciando su mano — Prepárate.

— No, marica, yo te quiero a ti encima mío, no los ojos de los demás — dijo enojada y reí.

— Esas son las consecuencias de vivir en Los Ángeles y estudiar en un colegio de niños ricos que son chismosos.

— Pésima combinación — dijo y levantó mi mano para besarla — Bueno, que sea lo que Dios quiera.

Me hizo reír por la forma tan dramática en que había dicho eso mientras entrábamos en mi auto al colegio. Obvio o no, el chisme era lo que todos estaban esperando, especialmente luego de la foto de Laura y Poché que se habían compartido entre todos. Nunca me había importado lo que se decía de mí, pero que todos hablaran de una supuesta infidelidad de Poché, me hacía enojar más de lo normal.

— Dani, hay mucha gente — dijo viendo por la ventana.

— Siempre la hay, chiquita, pero no pienses en ellos ¿Sí?

— ¿Y cómo no lo voy a hacer si están ahí en las gradas esperando a ver si vengo contigo o qué? — dijo y suspiró abatida.

— ¿Te importa tanto que hablen de ti?

— Te mentiría si digo que no — dijo en voz baja.

Detuve el auto en mi puesto del estacionamiento, y giré su rostro con delicadeza para besarla. Me quité el cinturón de seguridad para acercarme más a ella y así poder disfrutarla como quería. Sus manos se movieron hacia mi cuello para acariciarlo y no permitir que me alejara cuando su lengua pidió permiso para jugar con la mía. Necesitaba llevar esto a más, y por suerte teníamos tiempo. Dirigí mi mano a su cinturón y lo quité para sentarme a horcajadas en ella. Al principio se sorprendió, pero sonrió con malicia al meter sus manos debajo de mi falda para apretar mi trasero y acariciar mis piernas. Sonreí coqueta al jugar con su corbata y buscar su boca una vez más para saborear ese labial de fresa que había extrañado esta última semana. Empecé a mover mis caderas sobre las suyas logrando que jadeara un par de veces, pero se separó a los segundos.

— Hay que detenernos — susurró.

— ¿No que querías tenerme encima tuyo? — pregunté besando su rostro.

— Sí, pero para eso te dije que nos quedáramos haciendo el amor en vez de hacer yoga tan temprano. El cardio también es importante — dijo haciéndome reír — En la tarde haremos ejercicio como Dios manda ¿Sí?

— Solo porque tus ojitos me dicen que me deseas, te haré caso — susurré sonriendo.

— Te deseo tanto, preciosa — me dijo coqueta al darle un vistazo a mi cuerpo.

La besé una vez más con toda la calma del mundo, mordiendo su labio inferior al separarnos.

— Te amo — dije acariciando su mejilla.

— Te amo, mi chiquibombón — me dijo dejando unos besos en mi cuello.

Sonreí por tenerla así conmigo. Me miraba con tanta adoración que solamente quería encerrarnos en nuestra burbuja y vivir ahí tranquilas, llenas de amor, y paz.

Pero debía regresar a nuestra realidad.

Suspiré antes de abrir la puerta y bajarme de encima suyo para salir del auto.

— ¡Daniela, carajo! — me gritó en un susurro.

Me reí al verla tan asustada, pero solo me encogí de hombros y saqué mis gafas de sol de la chaqueta para ponérmelas y arreglar mi uniforme.

Sin Querer - Fanfic CachéWhere stories live. Discover now