tres

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Es la última hora de la tarde de mediados de julio. Hace calor. Hay humedad. Es el momento perfecto para que aparezca el arco iris de fuego. Pero no hay señales de tormenta. Jisung comprueba por última vez el interior del tacho de su aula. Está vacío. Es hora de salir de este calor y volver a su clase.

Jisung camina por el patio. Sus ojos se fijan en sus pies que se arrastran contra el asfalto. A cada paso, maldice a quienquiera que haya sugerido las clases vacacionales y la asignación de tareas de limpieza a los alumnos. Mira hacia arriba y ve los escalones que llevan a la entrada del edificio. También ve a Mark. Parece tener prisa.

Entonces Jisung se detiene. Sus ojos lo engañan. Le echa la culpa al hedor de la basura que le ha picado los ojos y la nariz. Probablemente sea eso.

¿Realmente está viendo las cosas en cámara lenta? Donghyuck está bajando los escalones, tacho de basura en mano, y ahora Mark, Mark está subiendo. ¿Por qué les está llevando tanto tiempo como si se tratara de cien escalones?

Sólo hay siete escalones.

Mark mira a Donghyuck. Donghyuck también, por la forma en que mueve la cabeza. Jisung piensa que sus brazos también se rozan. Si se odiaran de verdad, ¿no chocarían sus brazos, no se rozarían? Jisung tiene mucho que pensar y esto no debería ser así. Continúa su camino. Las tareas de limpieza son increíbles.





































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