Amigos en conexión [En proceso]

Capítulo 3

Javier Pov's.

La ciudad estaba ajetreada, hoy sería un largo día por lo que podía ver, el trabajo me tenía la paciencia colmada y simplemente no podía darme el lujo de quedarme en casa a pasar el día.

—Sos un necio, debías haber llegado hace media hora. —ignoré a la odiosa de la secretaria de mi jefe y seguí a mi despacho a empezar mi trabajo.

Había mucho ruido en todo el sitio, gente caminando de aquí para allá y no podía concentrarme en nada. Decidí tomar mi teléfono y escribirle a Cami, la verdad que es una gran chica, súper amable, alegre, siempre estamos intercambiando ideas, es súper divertida y no puedo negar que linda también es.

*Javier: ¿Cómo estás preciosa?

No recibí una respuesta dentro de media hora, así que empecé a trabajar de nuevo, su actitud me preocupaba, hace una semana atrás le escribí y me dijo que no estaba de humor para hablar, entonces he seguido insistiendo en escribirle, en saber que le pasó y recibo respuestas cortas o simplemente me escribe al día siguiente, no me agrada eso.

—Neira, ¿Cuántas veces debo decirle que debe firmar la planilla de llegada? Por eso no me gusta trabajar con niños. —llegó de nuevo a molestar la señora Patricia.

—Lo hice. —me excusé aun sabiendo que no firmé una mierda.

—Lo estoy revisando y no encuentro tu firma por ningún lado, ¿fue una firma imaginaria? —me reí pero a Patricia no le dio gracia.

—Deme y lo firmo.

Firmé donde debía bajo la mirada penetrante de esa señora.

—De nada. —dije para molestarla y ella solo se fue sin darme siquiera una mirada.

*Camila: Bien, ¿Y tú?

De nuevo respondiendo cortantemente. No me gusta, me irrita cuando la gente me responde así, me hacen sentir estúpido, ya que pienso que les molesto.

*Javier: No me convence tu respuesta. ¿Qué pasó el otro día?

Esperé un momento y recibí su respuesta.

*Camila: ¿Qué haces?

Rodé los ojos y bufé, siempre hace lo mismo, me desvía el tema, no me responde o simplemente dice "nada, estoy bien". Odio tenerla lejos, no la conozco de más de un mes sin embargo le he agarrado cariño, cada palabra, cada mensaje cada día me ha hecho agarrarle cariño y tenerla lejos en estos momentos donde debe sentirse mal me aflige a mí.

*Javier: Camila, por favor dime, ¿qué pasa contigo?

*Camila: Es que ni yo misma sé que me pasa.

Respiré profundo, echándome hacia atrás en el asiento. La entiendo, y tanto que hasta duele.

*Javier: ¿Qué es lo que sientes?

*Camila: Rabia, tristeza y decepción. Todo eso al mismo tiempo, y no sabes lo confuso que es.

«Sí Camila, sí lo sé»

*Javier: ¿Qué te causó eso?

*Camila: Mejor hablamos luego, debo hacer tareas.

Mierda. ¿Porque tiene que ser así? Quiero ayudarla, pero estoy lejos, y ella no colabora tampoco. Aunque es cierto eso de que no todo el mundo quiere ayuda, hay muchos que en toda su vida han podido solos, como yo, como ella imagino.

—El trabajo se resuelve al teléfono, ¿no? —levanté mi mirada y ahí estaba Leonel, mi jefe, mi tío.

—La verdad quería confirmar que sí, pero al parecer no. —le sonreí haciéndome el inocente.