10. SENTIMIENTOS ENCONTRADOS.

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 Minho comenzó su curso con una actitud notablemente negativa, reprendiendo constantemente a los novatos por cualquier motivo. Esta dinámica se mantuvo durante toda la semana. El hecho de haberse ganado el disgusto de varios de ellos le resultaba especialmente molesto, dado que normalmente era un instructor excelente, conocido por su paciencia con los más jóvenes. Siempre estaba dispuesto a brindar ayuda en cualquier actividad y resolver cualquier problema o duda que surgiera. 

Sin embargo, en ese momento, su comportamiento hacia todos era francamente desagradable. Interiormente, sentía la furia burbujeando, especialmente hacia aquellos que habían insinuado algo sobre su sexualidad. Aunque sabía cuál era la causa de su mal humor, prefería ignorarla. La situación se estaba convirtiendo en un auténtico infierno.

Por otro lado, el Sargento Kim había escuchado algunos rumores sobre Choi relacionados con un romance con uno de los militares japoneses. A pesar de ello, se abstenía de preguntarle al respecto, pues entendía que su vida personal era su propio asunto y no quería incomodarlo. Quizás en el futuro se atrevería a abordar el tema.

El sábado, Minho decidió dirigirse a la Galería de Arte del padre de Franz, llevando consigo la pintura que le había regalado. Tras reflexionarlo, llegó a la conclusión de que lo mejor era devolver el cuadro, pues no deseaba tener nada que le recordara al "Bad Boy". Al entrar, se percató de que el hombre que atendía era distinto al que había visto en su visita anterior. Optó por dirigirse a él en inglés, esperando que lo entendiera.

—Good morning, sir. I needed to return this painting* (Señor buenos días yo necesito regresar esta pintura). 

—¡Hola! ¡Eres coreano! ¡Por favor, pasa! —respondió el hombre, sorprendiendo a Minho con su perfecto coreano. —Déjame ver qué es lo que quieres devolver —añadió mientras Minho le entregaba el cuadro. Con sumo cuidado, el hombre desenvolvió la obra y se sorprendió al descubrir que era una obra suya.

—¡El Velero! —exclamó. —Sí —respondió Minho.

—Si mal no recuerdo, mi hijo Franz me dijo que era un regalo para un gran amigo al que necesitaba pedirle perdón por haberle faltado al respeto —comentó el hombre.

Minho, algo nervioso, respondió. —Bueno, sí y no. Es que yo... yo creo que es muy costoso y...

 —Nada —dijo el Pintor con cierta molestia. —El arte pierde su valor cuando se ofrece como un simple obsequio. Devolverlo sería una afrenta hacia mí, insinuando que mi obra no fue de tu agrado. Mi hijo te lo entregó porque confiaba en que apreciarías su valor.

—Señor, de verdad lo aprecio, no me malinterprete. Simplemente temo por la seguridad de la obra durante mi ausencia de casi seis meses en Corea.

—Eso no será problema. Puedo enviarla a tu casa mediante un servicio de paquetería especial. Además, la dedicaré personalmente en la parte posterior.

—Señor, su hijo y yo no somos amigos, ni siquiera conocidos. El regalo fue una ocurrencia suya, y dudo ser merecedor de una obra de tal magnitud.

—Jajajaja, mira muchacho. Franz no regalaría algo así a cualquiera. Si ustedes dos están disgustados ahora, no es asunto mío. Toma la pintura y vete, no acepto devoluciones. Esto no es una tienda de comestibles, es una Galería de Arte.

—Pero antes de llevármela, ¿podría dedicármela? ¿Cómo se llama usted?

—Soy el Sargento de la Infantería de Marina Choi Minho.

—Minho, me agrada tu honestidad al venir aquí con la intención de devolver la pintura, aunque en realidad lo que deseas es ver a mi hijo Franz  —Armin sorprendió a Choi con sus palabras.   —¿Qué? No, por supuesto que no...

DJ VÖN  (2 MIN)🔞🌈⚠️⚠️Where stories live. Discover now