Capítulo 5

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Hola mis queridas lectoras, aquí ando con un mini fic son solo 6 capítulos y pues con motivo de la Navidad. Es una dinámica para la página "Mundo Fanfiction Inuyasha y Ranma"

Capítulo 5

Soy Kikyo

El Espíritu de la Navidad Futura

12:00 a.m.

Como si hubiese sido una película de terror, un fuerte rechinido se escuchó en la habitación. A pesar de que la noche era fría y el termostato de la casa no estaba muy alto, se despertó sudando.

Tuvo que parpadear varías veces hasta que sus ojos se adaptaron a la oscuridad y lo que vio frente a sus ojos lo dejó completamente paralizado. Una gota de sudor recorrió su mejilla izquierda hasta caer y desaparecer en las sabanas blancas. Frente a él, se encontraba una mujer completamente vestida de blanco. En primera instancia pensó que era Kagome, tal vez quería buscarlo y la simple idea le agrado.

Pero al verla mejor, se dio cuenta de que no era ella. Esa mujer tenía el cabello largo más y negro como la noche. Su color de piel, blanca contrastaba con los copos de nieve que caían esa noche. Los labios, pintados de un rojo carmesí la hacían verse muy lúgubre.

Tenía la mirada más fría que un tempano de hielo.

No habló, solo le indicó que se levantara de la cama y así lo hizo. Por alguna extraña razón se acercó a ella para tomarla de la mano.

- ¿Supongo que tú eres el espíritu de la navidad futura? – preguntó con ironía.

El fantasma inclinó levemente la cabeza a un lado, se llevó un dedo a los labios, para indicarle que guardara silencio. Una luz blanca y cegadora los envolvió a los dos e Inuyasha tuvo que cerrar los ojos. Al abrirlos, frente a él había una puerta de color blanco.

¿Por qué todo era blanco?

El fantasma se cruzó de brazos y se apoyó en una pared, de nuevo blanca y le indicó que abriera la puerta. Inuyasha, carraspeó.

- ¿Me gustara lo que voy a ver?

El espíritu se encogió de hombros.

- ¿No hablas mucho verdad? – intentó de nuevo, pero no recibió respuesta.

Ella sonrió y negó con la cabeza.

-Al menos el espíritu del pasado era más hablador.

Abrió la puerta lentamente y se quedó contemplando la amplia habitación. Dentro de ella todo era blanco, iniciando por la pintura de las paredes, el edredón blanco que cubría la cama y sobre todo las cortinas.

Pero estuvo a punto de dar un paso cuando escuchó la voz de una mujer cantando una canción de cuna. De espaldas a él, había una mujer mirándose de perfil en el espejo. Reconocía esa esbelta espalda, aquel cabello azabache, largo y ondulado. Llevaba un hermoso vestido blanco de día.

Ella giró un poco para mirarse de frente al espejo. Su rostro era el de una mujer enamorada, radiante y sonriente. Esa sonrisa fue la que lo contagió y sonrió como un estúpido. Pero, al recorrer su cuerpo, vio como abrazaba maternalmente su bello vientre abultado.

¿Habían logrado tener hijos?

- ¿Vamos a tener un hijo? – le preguntó al espíritu.

Pero ella no respondió y simplemente lo alentó a que continuara viendo la escena. Frunció el cejo al ver que llevaba un anillo de bodas diferente al que él le había colocado en el dedo, cuando juró que la iba amar hasta la muerte. No le dio importancia y se dedicó a contemplarla.

LOS TRES ESPIRITUS DE LA NAVIDADWhere stories live. Discover now