𝟬𝟮𝟔 declaration of war

989 98 17
                                    


CAPÍTULO VEINTISÉIS: DECLARACIÓN DE GUERRA

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

CAPÍTULO VEINTISÉIS: DECLARACIÓN DE GUERRA.

CAPÍTULO VEINTISÉIS: DECLARACIÓN DE GUERRA

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.



      Gracias a la donación de sangre de Yui, Yusuki tuvo una rápida recuperación. No obstante, no estaba segura de cómo se sentía al respecto. Después de todo, había sido el deseo de sus padres que no se alimentara de sangre humana directa... aunque esto fue una donación, así que no tendría que contar, ¿cierto?

      Fuera como lo pensara, la vampira no podía evitar recaer en el hecho que la humana probablemente se había sentido obligada a dar su sangre. Si no fue por presión de los Sakamakis, entonces fue ella misma quien se forzó a hacerlo.

      Eso, de acuerdo a Yusuki, no contaba como una donación.

      Pero tal vez no era eso lo que la incomodaba tanto, sino que Yui prácticamente había salvado su vida. Si bien Reiji había declarado que ella no moriría y que se recuperaría en un par de días, teniendo en cuenta la situación en la que estaban, no ser capaz ni de levantarse definitivamente sentenciaría su vida. Por lo tanto, sí, Yui había salvado su vida.

      No sabía cómo tomar eso.

      Actualmente, la humana se encontraba sentada a su lado en el sofá de dos cuerpos en medio de la sala de estar. Permanecían en silencio mientras Yusuki vertía su sangre en pequeños tubos de ensayo que Reiji le había otorgado. Por otro lado, el azabache se había dirigido a la puerta principal para recibir a los Mukamis.

      Yusuki no pudo evitar que sus ojos se desviaran a Yui, quien lucía atrapada en su cabeza con la mirada perdida en ningún punto en específico. Sin embargo, ella percibió la mirada de la vampira y giró la cabeza para mirarla, tomándola con la guardia baja. La pelirrosa tuvo que desviar la mirada cuando notó que las mejillas tomaron un color rosado, intentando olvidar que se debía a que la sangre había subido a su rostro.

      —¿Qué estás haciendo?

      Ella alzó la cabeza para encontrarse a Yuma, junto con sus hermanos, entrando a la habitación. El castaño había arrugado la nariz, y un frunce cayó sobre sus labios mientras se esforzaba por desviar la mirada de la sangre y mantenerla en su rostro.

DEADLY CURSED; diabolik lovers.Where stories live. Discover now