Pelea

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Kazumi había tenido un día duro. La tienda de motos iba bien, pero comenzaba a ser demasiado trabajo para ella sola. Llevar las cuentas, hacer balances, inventario y además hacer los arreglos y limpiezas de vehículos comenzaba a ser demasiado. Cuando Shinichiro murió, Kazumi agradeció todo ese trabajo. Mantuvo su mente ocupada y no dejó que se hundiese en la miseria, pero ahora necesitaba pensar.

Draken había salido hace poco hospital, las noticias de que Toman se había reunificado exitosamente quitaron un peso de encima de los hombros de la joven, pero ahora había otra cosa que la mantenía intranquila. Esa misma mañana uno de sus capitanes de división apareció en la tienda de motos con información. Alguien estaba intentando destruir la Toman desde dentro. Normalmente Kazumi hablaría con Mikey para que tuviese cuidado, pero el hecho de que Baji Keisuke había dejado la pandilla para irse a otra organización fue lo que puso en alerta a Kazumi. Ella no tuvo más remedio que cerrar la tienda unos días y pensar, divagar, buscar una solución. Si bien la tienda había cerrado, Kazumi seguía pasando allí las tardes, reparando otras motos o limpiando. A pesar de todos los problemas que estaba teniendo no podía descuidar el legado de Shin.
La cuarta noche del cierre de la tienda, Kazumi perdió el sentido del tiempo. Se puso a adelantar trabajo en una vieja motocicleta que necesitaba varios cambios y arreglos mientras continuaba dándole vueltas a los problemas que acechaban a sus amigos. El sonido de la campanita de la entrada la sacó de su estado de concentración, y cuando giró la cabeza para mirar hacia atrás se encontró con la mirada preocupada de Wakasa. Aquello la molestó sobremanera. El día anterior el dúo había tenido una acalorada discusión sobre las decisiones y riesgos (que según wakasa era innecesarios) que Kazumi estaba tomando.

- ¿Que estás haciendo, Zumi? Llevas aquí todo el día encerrada, ¿no estás cansada?

- Dios, ¿qué estás haciendo aqui? No recuerdo haberte llamado. 

Kazumi volvió a prestar atención a la moto, sus palabras siendo un siseo lleno de desprecio y enfado hacia el mayor. La mirada de Wakasa dejaba ver que el tono de voz usado por la menor le había dolido. 

- Kazumi...

- Aquí vamos otra vez, pretendiendo que realmente te importo cuando debajo de esa máscara estás convencido de estar por encima de mí. 

- Kazumi, hemos sido amigos durante mucho tiempo, sabes que no voy a dejar la discusión a medias. Estoy aquí para arreglas las cosas, para que entiendas porqué opino que es innecesario que te metas en los asuntos de Toman... estoy aquí para ti. ¿No era esto lo que querías cuando me pediste que fuese tu mano derecha?

Wakasa no se movió cuando lentamente Kazumi dejó la herramienta que estaba utilizando y se levantó. Sacó un pequeño trapo de un bolsillo y se limpió las manos con una lentitud que puso nervioso al mayor. Sin previo aviso, la joven alzó la mirada para ver a su amigo y soltó una risita sarcástica. 

- ¿Todavía crees que eres mi mano derecha? Por supuesto. Tan impasible y atractivo, tan confiable...y por supuesto has llegado tan lejos que crees que puedes darme órdenes.

- ¿Qué se supone que haga entonces? ¿Ver como intentas de nuevo llevar todo sola? No, no voy a quedarme quieto y ser testigo de como te rompes otra vez. Debajo de toda esa angustia e ira que estás soltando está mi amiga, mi compañera. 

- Lo único que hay es un corazón roto y moribundo. ¿Qué hay de la joven indefensa que no salvamos por ser demasiado riesgoso?

Wakasa sabe a que se refiere Kazumi. La noche que iban ambos paseando y se encontraron con la grotesca escena de aquella muchacha siendo golpeada y quien sabe que más torturas mientras obligaban a su novio a observar. Kazumi se enteró después de que aquella pareja estaba relacionada con Toman y la razón por la que Pah fue a la cárcel fue que se vengó.

Regrets // oc x Shinichiro Where stories live. Discover now