21.- ¡YA CÁLLATE!

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Capitulo veintiuno 

¡YA CÁLLATE!

La semana había transcurrido rápidamente, sentía tan extraño regresar a clases luego de casi dos meses sin asistir.

Ya se había acostumbrado a no hacer nada, a vivir relajada, a no estresarse por trabajos, presentaciones y ensayos.

Mientras Alessia entrega un proyecto, su amiga no dejaba de recordarle la cena en su casa.

Victoria era la más emocionada con esto.

Al finalizar las clases, su mamá pasó por ella y fueron a recoger a sus hermanos, para ir a comer fuera de casa.

La pasaron muy bien, se divirtieron, hacía mucho tiempo que no salían todos, Andrea siempre estaba ocupada con su trabajo y sus hijos la comprendían, de no ser por su madre no tendrían todo lo que tienen ahora.

Algo por lo que nunca hubo quejas o reproches era su ausencia, sabían que su mamá tenía que trabajar para que ellos tuvieran una vida estable, económicamente hablando.

Porque cuando eran más pequeños atravesaron una crisis económica muy fuerte y Andrea juró que ninguno de sus hijos pasaría otra vez por algo así.

Después de comer fueron al centro comercial, pasaron todo el día fuera, llegaron a su casa como a las 7:00 p.m.

Su madre preparó la cena pero su hija mayor no quiso, tenía que hacer la tarea, así que fue al despacho de su mamá, ya que necesitaba algunos libros.

Al pasar una hora, salió del despacho,  tomó sus tres libretas y fue a la cocina, agarró un plato hondo y se sirvió cereal seco, no le gustaba la leche.

Estaba por subir a su cuarto cuando escuchó a su madre y a sus hermanos hablar, fue hasta el comedor en donde estaban sentados platicando, puso sus libretas y su cereal en la mesa.

―Es un mal padre ―comentó Ara un poco molesta. 

―Yo no lo creo ―dijo Alessia, su hermana la miró arqueando una ceja ―la verdad tienen que admitir que Lucas a pesar de todo hizo cosas buenas. 

―Alessia, por favor.

―Es la verdad mamá.

―Se va a ir al infierno ―añadió Ara.

―Si, hizo cosas malas, pero también buenas ―tomó un vaso limpio que estaba en la mesa ―no es la peor persona.

¿Por qué era tan difícil que vieran que Lucas no era lo peor del mundo?

—¿Por qué no pueden ver lo bueno? A pesar de que no pasaba tanto tiempo con...

―¿Tú porque opinas? ―preguntó su hermana curiosa ―te re cuerdo que tú no tienes papá y no sabes lo que es tener uno, así que mejor cállate. 

―¡Ara!

Alessia iba a tomar sus cosas e irse, pero no, está vez no se iba a quedar callada como siempre.

Con todas sus fuerzas, le respondió.

―Si tengo ―afirmó ―¿O de dónde vine? ¿Me trajo la cigüeña?

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