Imaginen que los semihumanos salvajes y exóticos ya son libres de hacer sus vidas propias, pero ahora el problema es que siendo mitad animal te rebajen a ser bullying o que te insulten. Nada de eso será obstáculo para Stella, ya que siendo alguien e...
Era un día como cualquier otro, tranquilo y sin problemas. La gente transitaba las calles y los semihumanos trabajaban como siempre, todo seguía el curso del día. Esa misma mañana de sábado, las chicas estaban comiendo junto con Erika, estaban planeando dar un paseo en la tarde, todo iba de maravilla entre ellas. Ya no estaban peleadas por un chico.
Stella: Tia, Tia!-- emocionada--- ¿podemos ir al centro comercial?
Erika: Claro Stella.
Nana: es un milagro que quieras ir. ¿Irás por ropa?
Stella: claro! Esque siento que usar lo mismo todos los días, me hace parecer una caricatura :3
Erika: bueno, y tu, nana? ¿tambiŕn quieres ir?
Nana: bueno...---dudosa.
Stella: anímate! Vamos^^
Nana: ok, solo porque tu lo dices.
Apenas terminaron de comer, se vistieron como normalmente lo harían, Nana con su traje de marinero y Stella con su ropa sencillamente elegante, falda marron y boina. Pero antes de irse, Stellla fue con su madre para avisarle a donde iría, miró hacia la sala y ahí estaba su abuela viendo Televisión.
Xitlali pasó saludandola para luego encerrarse en su habitación, se le veía contenta plr algo. Luego de despedirse de su madre, fueron en el auto de Erika para ir directo al centro, a donde sea que miraban, observaban ahora más semihumanos por la calle y alguno que otro perro salvaje cuidando a varias personas.
Sabiendo Stella que el tráfico los detendría, se puso audífonos, comenzó a cantar una linda canción.
Modo cumbia. Stella: dicen tus jefes que a mi no me quieres, pero me awito y me salgo a beber. Dicen que soy un gran mujeriego, y que solo te quiero para joder....
Ja,ja,ja,ja es broma, ahora si va en serio.
Erika: eso del modelaje fue perfecto, inlcuao te bsequiaron los trajes de baño.
Nana: si, aunque me sentí nerviosa por lo de las fotos.
Erikq: lo sé... ---suspira.--- eso ya padó hija, al menos Stella no te dejó sola, otras lo habrían hecho.
Nana: si, tienes razón mamá...---pensativa mira disimuladamente a su amiga.
Stella cabtaba, y Nana rió levemente tras ver que parecía que ladraba un poco.
Al llegar al centro comercial, ambas chicas dieron un paseo ellas solas para ver las tiendas, el aroma a pan dulce, aire frío y olor a nuevo, emanaba por todos lados. El ruido de la gente hablando y al mismo tiempo sus pasos s podían escuchar.
Lo primero que hicieron fue entrar a la tienda de peluches para ver todos los que había, luego entraron a una tienda de zapatos para comprar tenis para Nana y zapatons comodos para Stella. Se diviertieron viendo las femás tiendas de accesorios como collares preciosos hechos de cuero de nopal y piedras de bisutería reciclada de botellas de vidrio.
Una vez preparadas las dos, se detuvieron a comer ceca de una banca cerca de las escaleras, en cuanto Stella se dio cuenta que debían de estar separadas, Nana tomó de su brazo para que se quesara a su lado, ya no quería estar sola, no valía la pena seguir leyes tontas por motivos absurdos.
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