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Al día siguiente después de la escuela, Jungkook y yo estamos en su cama. Nuestras extremidades desnudas están entrelazadas y no puedo controlar el movimiento de mis manos a lo largo de los músculos de su cuerpo, sintiendo cada curva de su piel solo para convencerme de que él es real.

—Ven a la fiesta esta noche —pide Jungkook, mientras acariciaba mi muslo.

—Te dije que no puedo. Dongho me quiere en casa a las nueve.

—Entonces, ¿nunca te rebelas? —Dejo de tocarlo.

—No sabes cómo es —murmuro. Él frunce el ceño con fastidio.

—¿Qué es lo peor que puede hacer? —Hay un borde en su voz que no me gusta.

—¿Estás enojado conmigo? —Estoy sentado ahora, sosteniendo la manta contra mi cuerpo como una especie de defensa.

Él suspira y se sienta también.

—Es mi último año; quiero pasarlo con mi novio y mis amigos mientras pueda. Quiero ir a fiestas.

—No te voy a detener —protesto. Mi corazón late con fuerza en mi pecho con miedo. No puedo perderlo, no puedo.

—Lo sé, pero te quiero allí conmigo. —Lo dice con tanta ternura que las lágrimas se forman automáticamente en mis ojos. Lo acerco a mí, apoyando mi cabeza en su hombro para que no pueda verlas.

—Iré por un rato, ¿está bien?

—Supongo. —Todavía no está contento.

Nos lleva a la fiesta, cuando llego me doy cuenta de que había dejado mi mochila en casa de Jungkook. Oh, bueno, no es como si Dongho me vaya a dar oportunidad de hacer la tarea esta noche de todos modos. Tan pronto como llegamos a la fiesta, Mina me aleja porque está teniendo una crisis de novio. Teniendo en cuenta que solo ha estado con el hombre durante dos semanas, no estoy seguro de cómo puede ser una crisis. Soy el amigo de apoyo de mientras ella llora en el baño. Cuando se recupera lo suficiente, busco a Jungkook.

Él tiene a esa chica Eunji prácticamente envuelta a su alrededor. Ella le está acariciando la cara y él parece estar escuchando atentamente todo lo que tiene que decir. Algo chispea dentro de mí y el miedo y los celos me atraviesan. La profundidad de estos sentimientos me asusta. Camino hacia ellos enojado.

—No sé por qué querías que viniera. ¿Es esto lo que haces cuando no estoy aquí? —Tengo miedo de llorar, así que me doy vuelta. Jungkook me agarra del brazo.

—Estás exagerando —dice rotundamente.

—¿En serio? —escupí.

—Sí, en serio. Estoy harto de que estés tan inseguro todo el tiempo. Debería poder hablar con mis amigos sin ti...

—Cállate —digo con los dientes apretados. Arranco mi brazo y empiezo a moverme entre la multitud, buscando la puerta. Camino directo a un pecho duro.

El chico frente a mí luce familiar.

—¡Taemin! ¿Cuándo regresaste? —El tipo que solía tener el mayor enamoramiento del mundo por mí me mira con una mirada que solo podría describirse como hostil.

—Regresé ayer. —Su voz es tensa, como si estuviera reteniendo algo—. Solo estoy aquí por unas vacaciones de una semana antes de volver a la escuela.

—Oh, bueno, es bueno verte. —Me siento incómodo con la forma en que me está mirando. Tengo que irme ahora, así que empiezo a moverme—. Solo voy a…

Pero él me interrumpe.

—Sabes que pasé mucho tiempo hablando con mis consejeros sobre ti. 

H.SWhere stories live. Discover now