Hermes

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Las votaciones para terminar con  la humanidad habían comenzado, la mayoría de dioses votaron por la extinción de esta.

Una chica de cabellos t/p se encontraba sentada en las gradas junto a la diosa griega Afrodita, trataba de estar lo más apartada posible pues ella era demasiado inocente y no quería que los comentarios de la rubia le quitara su inocencia y saliera con traumas, según ella, por eso hacia oídos sordos a ciertos comentarios.

T/N pertenecía al panteón Griego, hacia miles de años había nacido aquella pequeña hija de algún Dios del mismo, la chica al crecer, viéndose con la apariencia de una adolescente, deslumbró a todos con su belleza. Cabellos sedoso y largo,  aproximadamente terminaba en su cintura, piel tan blanca y tan suave que el que la tocará quedaba hipnotizado. Sus ojos, sus ojos eran los más hermosos, desprendían un color aqua maravilloso; eran como el mismo más, había llegado Poseidón a perderse en ellos la primera vez que la miró a los ojos, el mismísimo tirano de los mares se sintió en su mar,  sintió como si observara a este.

La pequeña deidad se consideraba más como la diosa de la naturaleza y las plantas, tenía una gran habilidad para tratar estas ¡las amaba! Eran hermosas a sus ojos y ella parecía una, tan hermosa como una flor.

Todo esto llevó a muchos dioses de su panteón a declarle sus sentimientos (como era de esperarse) pero esta los rechazó a todos amablemente, pues la diosa tenía ojos para una sola persona.

Hermes.

Cada que lo veía, su corazón latía a mil. Siendo una diosa tan pacífica e inocente nunca pensó enamorarse de alguien. Sus sentimientos fueron revelados de algún modo todos Olímpicos se enteraron dejándola a ella demasiado avergonzada. Todas las miradas en ese entonces se dirigían a ella, solo ella.

Cada que Hermes la observaba esta le ignoraba y escapaba del lugar, se sentía demasiado mal, podía soportar ocultando sus sentimientos.

Hasta que un día...

Años antes

La joven deidad corría por los pasillos del palacio en el que se encontraba, claramente en el de Zeus, después de enterarse de la deslumbrante belleza de esta la aceptó como alguien cercana y le dio hospedaje en su lugar, algo extraño para los demás pero esta solo lo veía como una buena acción.

T/N cubrió su rostro con sus manos y secó sus lágrimas, no era de desearle el mal a nadie pero maldecia desde lo más profundo a la persona que reveló su secreto.

La chica se detuvo en un balcón para tomar aire y relajarse.

—Señorita T/N —esa voz, se tensó instantáneamente.

—Hermes —se giró y lo encaró.

—Me enteré de... Eso —la miró a los ojos, aquellos hermosos ojos que ahora se inundaban de lágrimas por culpa de alguien, su corazón se rompió. Era de aceptar sus sentimientos hacia ella, desde que la vió se enamoró de esta, decidió ocultarlo al igual que la contraria ¿Quien querría estar con un Dios que jugaba a ser un simple mayordomo?

—Mira —agarró el mentón de la contraria y lo levantó cruzando sus miradas —No debes preocuparte, entiendo que querías esperar a que estuvieras lista para declararte o quizás no lo harías —con su dedo acarició el mentón de ella haciendo a sus sentimientos florecer, el pelinegro se quedó callado esperando a que ella  articulara alguna palabra.

—Veo que tendré que dar el primer paso yo —sonrió —T/N, desde que te ví por primera vez debo confesar que me encantaste completamente, me gustaría que de nosotros surgiera algo, claro si tú quieres, pero creo que lo tengo más que claro —dejó un beso en la mejilla de la fémina.

𖤐⌗ Shuumatsu No Valkyrie ▭▬One-ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora