Capítulo XII

843 76 30
                                    



Al final, no nos acordaremos tanto de las palabras de nuestros enemigos, sino de los silencios de nuestros amigos.

Martin Luther King, Jr.





En el regreso de Draco y Blaise hacia su habitación, ambos chicos pasaron por una de las escaleras que ponía rumbo a la torre de Gryffindor.

— Ha-Hajy... hay que buscar a Hajy —dijo Draco mientras señalaba a las escaleras

«Puedo aprovechar e ir a por Ron...», pensó el moreno mientras miraba hacia las escaleras —Está bien, vamos, pero debes de estar en silencio —el rubio asintió con efusividad —Ya entendí, para, que te vas a romper el cuello.

Blaise ayudó a subir a Draco por las escaleras, una vez frente al retrato de la Señora Gorda, el moreno recito la contraseña que le había sido proporcionada por su pareja para poder entrar a la sala común de Gryffindor.

Mientras tanto Harry y Ron se encontraban en una situación un tanto incómoda para uno de ellos y divertida para el otro.

—¿Ron?, ¿Qué estás...?

—Harry... —Ron no sabía cómo enfrentar aquello, su mejor amigo estaba frente a la puerta viendo su abultado vientre. «¿Ahora que hago? venga Ron, tú puedes», caviló el pelirrojo.

—Oh wow, no me lo tomes a mal, pero... jajaja, amigo creo que deberías parar con la comida, estás un poco hinchado — se burla Harry, pero Ron no se inmuta y simplemente se coloca lentamente su camiseta de pijama y sale del baño hacia la habitación siendo seguido por Harry.

—¡Espera Ron, era broma amigo!

—Estás demasiado borracho.

—Na, no lo estoy —dice Harry mientras Ron lo mira con una ceja arqueada —Ok, sí, perooo, solo un poquito.

—Estoy embarazado —expresa rápidamente el pelirrojo. El silencio se había instaurado entre ellos: Harry se había quedado muy quieto y con los ojos muy abiertos puestos en Ron.

— ¿Qué- qué acabas de decir? oh hombre sí que he bebido.

—Estoy embarazado —repite Ron.

—Estás bromeando ¿verdad?

—No lo hago.

—Tú no... tú no puedes, Ron.

—Harry sol-

—¡Qué tonterías has hecho! oh no, no, no —Harry había empezado a dar recorridos tambaleantes por toda la habitación mientras susurraba palabras de negación.

—¡No he hecho ninguna tontería! solo fue... ¡¿Quieres parar de una vez? me estas mareando!

—¿Qué noo? sabes las consecuencias de todo esto, ¡Ron!, ¿Es de Zabini?

—¡Por qué lo dices como pregunta, grandísimos imbécil! Por supuesto que es de él —exclamó el pelirrojo mientras encaraba a Harry. Tal parece que las cosas no estaban saliendo como Ron creía que pasarían, el pelirrojo no se había puesto a analizar que estaba ante un alcoholizado Harry, el cual parecía no actuar como normalmente lo haría —No pensé que tú... No debí decirte nada.

—Es que tú no puedes Ron, tú no... a ti no, no te puedo perder —decía Harry mientras zarandeaba los hombros de Ron.

—¡Para! me estás haciendo daño —Harry se detuvo de golpe y se alejó de Ron, no había medido la fuerza con la que estaba haciendo aquello —No me vas a perder Harry, yo estoy bien, estamos bien —contestó Ron mientras se acariciaba su vientre.

No nos prohibirán amarnosWhere stories live. Discover now