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La mañana cubrió el cielo azul y los primeros rayos de sol alumbraron el restaurant, los animatronicos estaban despertando de su lugar especifico después de una cansada noche. Todos con su uniforme de meseros preparados para atender el humilde local.
A excepción de Foxy, él solo se quedaba en su cueva.

Bonnie corría por cada esquina del local sirviendo pizzas y cantando para los niños con una linda sonrisa en su rostro mientras Freddy acompañaba a su adorable hermanita menor en la cocina, ayudándole a lavar los platos.

— No lo sé chica... — Habló su hermano.

— ¿Que tiene de malo una fiesta? ¡Es lo mejor que sabemos hacer! — exclamó la rubia mientras mezclaba con esmero un bowl.

— Lo sé, pero ¿No crees que hay muy pocas personas en esta pizzería para que podamos dar una fiesta? — le cuestionó el castaño.

— Somos, Tú, yo, Bonnie, Golden, Mike...— dobló la mirada algo incomoda hacía las cortinas moradas que se encontraban.— Y Foxy...

— Já, sigue soñando hermanita... — dejó un plato limpio en el mueble y habló.— Sabes que Foxy no es de... salir de su cueva, para algo que no sea arreglos o comida ¿Crees que el vendría a tu fiesta de cumpleaños?

— No creo perder nada con invitarlo, además, no le haría mal... ser amable. — dijo chica intentando ser positiva.— Además sabes que no es su culpa ser así. Lo de la mordida no fue... cualquier cosa.

— Podría intentarlo en mi opinión.— saco con decisión. — Mira su logras convencer a Foxy, me encargare de hacerte la mejor fiesta del mundo.

Chica salto de felicidad y abrazó a su hermano con mucho cariño.

— Gracias Freddy, ahora el reto es convencer al zorro amargado ese de Foxy. — habló mientras ojeaba la cueva del mencionado.

— ¡Buena suerte con eso! — gritó desde afuera de la cocina Bonnie trayendo mas platos sucios a la cocina.

Chica frunció el ceño y sonrió aceptando el reto de intentar hablar con el zorro malhumorado después de su turno en la pizzería, antes de que llegara Mike a cuidarla, hablaría con el, siguió horneando mientras pensaba que palabras exactas decirle a el chico sin enojarlo.

Después de un cansado día de cantar y entretener niños pequeños en el local. El local ya habia cerrado pero Mike aún no llegaba. Chica ya había terminado tanto su labor en el escenario como en la cocina.

Había llegado el momento, tomo un invitación de la mesa y la aplastó con su puño mientras caminaba tranquilamente hacia la cueva pirata del pelirrojo.

Abrió delicadamente una de las cortinas y llamó:

— ¡Holaaa! ¿Foxy? ¿Puedo entrar? — preguntó con educación antes de poner un pie adentro de la pirate cove.

No recibía respuesta alguna.

— ¿Hola? — entró de cuerpo completo en la cueva algo temblorosa pero también curiosa.

Luego, sin casi percatarse, una sombra; alta y escalofriante cubrió toda sus espaldas. Ella vio la sombra y se echó la invitación en algún bolsillo de su delantal, y apretujó este de los nervios.

— ¿Qué haces aquí, pollita? — La voz descompuesta de Foxy le dio un escalofrío en la espalda.

Foxy seguía con su voz fría y desafiante, dando a entender que no quiere invitados en su habitación.

— Y-yo...— Tragó saliva.

Palmeo en los bolsillos de su delantal buscando dichosa invitación. No la encontró, de echo tampoco estaba su delantal.

—¿Eh?...

— ¿Buscabas esto?— hablo con descendiente el pelirrojo.

De su garfio colgaba el delantal blanco de la adolescente, un poco rasgado y sucio por trabajar tanto en la cocina. El chico con solo la intención de molestarla vació los bolsillos de dicho delantal.

Se encontró con la invitación y la pinchó con su garfio que llamaba mano, para leerla.

— Vaya... ¿Una carta de amor?— emitió con un tono burlón el zorro.

— ¡No! es una ... — pausó.— invitación.— contó Chica sonrojada y nerviosa.

El zorro le extraño y frunció el ceño, y uso de abre cartas su mano de metal para ver su contenido. Foxy atónito, y casi pensando que era una burla, leyó detenidamente la invitación. Su semblante cambio de uno aterrador a uno aterrado en un instante.

— ¿E-Es tu cumpleaños?— preguntó tono sorprendido y desconcertado.

La adolescente asintió con una sonrisa nerviosa.

— ¿Por qué me invitas?

— ¿No vas a ir? — preguntó la rubia.

— No lo sé.

Chica miro sus pies y le miro a su ojo sin parche.

— Espero que vayas... quiero decir...— se acomodo su vestido y peino un mechón de su cabello.— quiero que vayas.— Afirmó dando un sonrisa tímida y se dio la vuelta para salir de la cueva del zorro dando pasos tímidos.

El corazón del pelirrojo iba a mil y su cara había enrojecido. No dejaba de pensar porque Chica lo había invitado si en el fondo sabia que el nunca saldría de su cueva, llego a pensar que era una clase broma pesada pero analizando el trozo de papel en sus manos se dio cuenta que esta hablando muy en serio.

A pesar de que nunca salía de su cueva conocía a cada uno como el metal de su garfio. De echo antes adoraba jugar con los niños y le encantaba tomar ordenes en la pizzería. Pero luego paso lo de aquel niño pequeño que termino con su carrera.

Chica lo sabía, ¿por qué hacia esto? tenía que pensar en muchas cosas, pero por alguna razón no dejaba de pensar en el pequeño delantal que tenía entre su mano.

Ermitaño ; FoxicaWhere stories live. Discover now