𝐶𝑎𝑝𝑖́𝑡𝑢𝑙𝑜 9: 𝐶𝒉𝑜𝑐𝑎𝑛𝑑𝑜 𝑐𝑜𝑛 𝑒𝑙 𝑚𝑢𝑟𝑜 𝑑𝑒 𝑙𝑜 𝑟𝑒𝑎𝑙

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Se supone que cuando llegáramos a su departamento iniciaríamos con la última parte de nuestra tarea a entregar, pero nuestras mentes y cuerpos fueron en otra dirección, en donde el placer carnal nos abrazó por algunas horas.

Entro en el baño, para tomar un ducha y manteniendo en mente concentrarme en practicar la exposición, sin muchos miramientos hacia Naruto, porque esto terminara peor. Después dejar que la ducha me aclaró la mente, tomo la toalla que se encuentra a un costado colgada y abro el compartimiento del espejo, algo llama mi atención.

Algo parecido a una pagina doblada oculta entre los medicamentos. Sonrio al volver a notar el desorden que siempre dejaría. Por lo que lo llevaría de vuelta a los cajones del escritorio para que no lo olvidara. La tomo con mi mano para observarlo mejor, mi nombre se encontraba escrito a mano.

Era extraño, algo con mi nombre de esta manera oculto, siendo que todo era contado entre nosotros. Desdoblo la página, y una simple ojeada me hace arrugarla. Dejo escapar un suspiro mientras lo devuelvo a su lugar.

Esa pequeña espina de temor, no estaba alejada de lo real.

Salí del baño, después de rodear la toalla en mi cintura. Pude divisar a Naruto en la cama jugando con su móvil.

—Entonces, ¿Ya dejé de ser tu juguete? —pregunte llamando su atención.

La sorpresa fue visible en su rostro, mientras sus manos temblaron y casi deja caer el móvil.

—¿Qué dijiste...?

—¿Seguiré siendo tu juguete?  Ya sabes, eso que planeaste junto al idiota Nara.

—N-no es eso, Sasuke —lo veo levantarse, dudando si acercarse a mí o no.

—¿Qué quieres conseguir? Joder esta supuesta amistad para un beneficio tuyo, una simple diversión de la que no estoy enterado ¿Qué estabas pensando?

—Fue una decisión repentina, ya sabes, no te haría daño con algo así.

Me acerco a dónde está mi ropa, para colocármela.

—¿Algo así? Espera... ¿te acostabas conmigo solo por eso? —Naruto asintió—. Por eso tu urgencia de hacer casi todo los días. ¡Es el maldito fetiche de él! 

—No puedo hacerlo con alguien externo. ¡Somos amigos, Sasuke!

—Esto... esto... no es divertido.

Quería eliminar el enojo de mi cuerpo, pero se me estaba haciendo difícil. De mis labios querían salir tantas maldiciones, pero las contenía para no hacerte daño, para no verte llorar por lo diría. Porque todo mi enojo es dirigido hacia ti. El saber que solo estabas conmigo por decisión suya, que eso era un placer externo, sin tomarme en cuenta.

Y aun quiere seguir con ser amigos...

Sin decir algo demás busco mi suéter y mi chaqueta. Abro la puerta de tu habitación y me dirijo a la puerta de salida.

—Tenemos que hablar —me detuviste, sujetando la mi antebrazo.

—Suéltame, Naruto.

La sorpresa en tu mirada me dejaba en claro la diferencia en el tono de mi voz, siendo que desde que entramos en la adolescencia hasta ahora te he llamado "cabeza de sol". Decir tu nombre de manera tan seca me era extraño, pero motivos suficiente tenía.

—No, Sasuke, tienes que escucharme —insistió, pero esta vez me encontraba decidido en no escucharte. Siempre lo hacía y te daba la razón.

—Esto es algo que se puede decir, enterarme por una jodida nota. ¿En serio? No quiero escucharte. Tengo suficiente de esto, Naruto... vas a repetir las mis palabras de siempre: nuestra amistad vale más... puedes bien, me vale mierda nuestra amistad.

Me suelto de tu agarre sin ser brusco en el acto, tomo algo de aliento y continuó expresándome, observando su mirada caída.

—Conoces mis sentimientos, conoces todo de mi como yo di ti. Te amo como no tienes idea ¿Y me pides que olvide esto? Desde un inicio me lo hubieras dicho, no me gustas, solo quiero tener sexo estando con mi pareja, porque a él le facina, ¡Y listo! Así hubiera sido nuestra amistad con beneficios... pero, pero tú... decías y hacías cosas que me dejaban creyendo que me correspondías...

—Sasuke..

—No puedo seguir contigo, ni como amigo. Ve y cásate, se feliz con el imbécil ese, y su enferma cabeza.

—Déjame explicarte, por favor, hazlo por mí.

—¡Ese el problema! ¡Siempre he hecho todo por ti! —grito exasperado—. Cada una de mis acciones tiene como pensamiento tu rostro, tu sonrisa. Quiero ser mejor por ti, tener lo mejor para ti, para ambos. ¿Qué te cuesta entender? Dime ¿Por qué no entiendes que te amo? Pero no, tomas lo que te entrego y facilmente lo pisoteas a tu gusto.

En ese momento no lo pude contener, de todos los sentimientos encontrados, termine rompiendo uno de los jarrones que se hallaban a mi lado. Logré tirarlo, sintiendo la presión en mi pecho y las lágrimas queriendo salir.

—¡Yo también te amo, maldita sea! Siempre lo he hecho, Sasuke, siempre.

—¿Qué...?

—Desde que conozco la palabra amar, siempre he dicho tu nombre.

—Entonces... ¿Por qué haces esto? ¿Te gusta verme sufrir? —siento mi voz salir en un murmuro, pero siendo lo suficiente para que Naruto me escuchara. Me dejo caer en el sillón de la sala, observando el techo, mientras analizo lo que escucho—. Si esto es una broma, Naruto, no es divertido. No creo que sea el mismo tipo de amor, no confundas las cosas. Ya tienes a Shikamaru, y no seré parte de lo que sea que estas pensando.

—No es una broma, de verdad te amo, de ese amar fuerte. No me gusta verte sufrir, sabiendo que soy yo la causa, pero... —alzo las cejas en espera de que continúe—. Papá piensa que no eres la persona adecuada para mí.

—¿Y qué con eso? Naruto eres mayor, puedes tomar tus decisiones. Tu padre no es la excusa para justificar tus mentiras, y ni una sola de tus acciones.

—Queriamos experimentar y... eres mi mejor amigo.

No pude evitar reír irónico por lo que me decía. Esto era peor que una pesadilla.

—Experimentar... vaya mierda

—No es eso Sasuke —se acerca a mí, tomando mi mano—. Yo de verdad te amo, quiero estar contigo.

—Demuéstralo —le digo mientras observo nuestras manos, deseando que todo lo que sé sea un horrible sueño. Que esa cabeza de sol, de quien estoy enamorado, no había creado un camino de pesar—. Demuestra que me amas, Cabeza de sol, y de verdad creeré en tus palabras.

—Sasuke... yo- lo siento —respondió, agachando la cabeza.

—Lo sabía —Suelto su mano y me encaminó a la puerta, decidido a irme, y olvidar de verdad que esto había pasado—. Olvida esto, Naruto, no vuelvas a buscarme.

Cerré la puerta detrás de mí y pase página a nuestra amistad, de esas mentiras que fueron apareciendo a lo largo de nuestra relación. Esa que empezó con una ayuda inecesaría. Esa que nos llegó a lo que dejo atrás.  Mis sentimientos fueron pisoteados muchas veces, y dejarme llevar fue un grave error. Aunque es peor saber que él no negara nada.

La realidad me ha vuelto a pisotear.

El Deseo De Un Buen Amigo (Sasunaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora