Lo aborrecía, a él y su estupido cabello dorado.
Odiaba su voz, la forma en que se dirigía a mi, la manera en que lo trataban como el ejemplo a seguir y aun mas, odiaba que mi corazón saltara cada que sonreía.
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-Personajes de K...
Muchas gracias a quienes esperaban la historia de Mikey, acá está el comienzo de lo que supongo será mi diversión. La portada sigo en dudas, así que seguramente cambiará según la temática de la novela.
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I.
El humo saliendo de los escapes de los automóviles llegaba a entrar hasta la rejilla pequeña que había dejado en la ventanilla de mi automóvil, suspirando con la mano en mi frente sosteniendo mi cabeza, intentando evitar que el dolor de cabeza o una migraña que comenzaba a incrementar se elevará más, porque había salido de casa para distraerme de la escuela y termine estresandome con los idiotas en vehículos pitando como si el tráfico se fuera a abrir cual mar rojo. En cuanto estuvo en verde el sonidero incremento haciendo que suspirara sonoramente mientras mi pie apenas se acomodaba en posición para avanzar en la calle gris principal de asfalto que conduce a mi destino: un dairy queen con vista de la ciudad.
En cuanto comenzaba a moverse una de las tres líneas paralelas, cual no se movía más allá de 1 metro exageradamente lento, mordí mi labio con párpados pesados ante la ansiedad de avanzar alejándome de los ruidos de los suburbios chocando contra mis oídos.
Todo bien, todo bien hasta ese punto, todo normal y aceptable. Detrás de mí se escuchaba un motor casi silencioso que podría pasar desapercibido en el ruido de la jungla de concreto y sobre todo en el estresante mar de pitidos.
En cuanto el sonido se incrementó hasta pasar extremadamente cerca de mí, aquella motocicleta tronó, pero tronó más de lo que me hubiera gustado arrebatándole el aliento y frenando.
Tan pronto escuche que pasaba a mi lado fije mi vista a mi lado izquierdo pensando "mierda, donde me rayes el coche..." "maneja bien, pedazo de intrépido con jiribilla" "no...No...NO" cuando lo último que vi fue un casco seguido de una luz roja arrancar por completo el retrovisor de mi automóvil, aquel que me acababan de regalar hace tres días por regalo de cumpleaños adelantado.
¿Qué mierda?
Abrí la puerta con tal impulso de romperle la cara, ¿posibilidades? zero. La persona había huido, no lo notó y si es así, no le importo a la muy cabrona o cabrón.
Baje entre pitidos de la autopista por bajarme a recoger el espejo con la pesadez de la vergüenza en mis hombros, gritando a lo que quedaba de luz brillante roja.
—MANEJA BIEN, ANIMAL DE MIERRRRDA.
Entre pitidos ruidosos que me aturdieron y gritos recogí el espejo para volver a meterme en el vehículo y acelerar. Pense en la posibilidad de seguirle el ritmo al maldito idiota, necesitaba calmarme y no me hacia bien sentir el coraje dentro de mi.
Las mil cosas que tendría que hacer me atormentaban ordenándose desorganizadamente alrededor de mi mente, hasta hacerme temblar desde el "maneja con cuidado, te va a detener el tránsito, decirle a tu padre que lo arregle gastando la misma puta semana que te lo regalo" pero relajandome 3 niveles por él "no fue tu culpa, tu estabas bien" pero seguramente me contestaría "¿porque no lo seguiste?"...da igual, denme mi puto blizzard.
