Destino

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—Baja a dos mil seiscientos, dirección cero tres cero—pidió el cap a Sam, quien se encontraba manejando, y Pietro y yo solo intercambiamos miradas, para que mentir, ninguno de nosotros dos sabíamos que significaba, aunque yo suponía que coordenadas.

—Espero que no te equivoques, o esto aterrizará mucho antes de lo que quieres—contestó el moreno obedeciendo las ordenes del mayor, y yo no pude evitar abrir los ojos un tanto alarmada, o sea, algo malo podría pasar si se equivocaba.

—Sam se que no somos los mejores amigos del mundo pero intenta no matarme, ¿Si?—pedí inclinándome un poco a adelante, tratando de ver a donde nos aproximábamos, y el como parecía que un capo desaparecía a nuestro alrededor, con patrones hexagonales y un color azul en brillo, dejando al descubierto una ciudad con un lindo lago, o río, realmente no sabía que era pero había agua.

—No lo hice, aunque quería—respondió una vez que atravesamos aquella barrera.

—¿Dónde estamos?—inquirió Wanda aún aferrada a Visión

—Tengo la misma pregunta—confesé poniéndome de pie, acercándome al asiento del piloto, en busca de admirar más la zona que de alguna forma me causaba una emoción un tanto inexplicable

—Yo pensé que sabrías perfectamente donde estamos—confesó James a un par de metros de distancia—Parecía que fueron muy íntimos amigos durante la guerra civil—indicó dejándome solo con más dudas ¿Íntimos amigos? Yo no creía haberme hecho amiga de nadie durante la guerra.

Aunque...

No hubo tiempo suficiente para crearme una hipótesis, el parar del jet y las personas desabrochando sus cinturones en un ligero alboroto por bajar, me obligaron a distraer mi mente, poco después del aterrizaje, Wilson abrió la rampa de bajada, permitiendo que Steve y Nath fueran los primeros en bajar, seguidos de Sam, Bruce y James, Wanda y Vis, dejándonos a Pietro y yo hasta el final, custodiando que el androide, si es que eso era, en teoría,  no cayera de la nada en una perdida de fuerzas, tomaditos de la mano como la linda pareja que éramos. Aunque al salir solo nos topamos a Banner haciendo una reverencia.

—Eh, aquí no hacemos esas cosas—oh, reconocería esa voz donde fuera, tan calmada, y aunque yo estaba emocionada porque T'Challa me notara y dijera alguna cosa trivial, no pareció hacerlo, únicamente se dio la vuelta y dejó que nosotros le siguiéramos—Y díganme, ¿Qué tan grande puede ser el ataque?.

—Señor, señor—y Bruce se aproximó a él con rapidez—Creo que debe esperar un ataque muy grande.

—¿Cómo está todo?—y no sabía si Nath le preguntaba como intentando simpatizar o como otra cosa que no sabría definir justo ahora

—Tendrán a mi guardia real, a la tribu fronteriza, las Dora Milaje y...—entonces extendió su mano derecha señalando a alguien más

—Un hombre semi estable de cien años—no saben, de hecho no se imaginan lo incomodo que era para mi estar frente aquel soldado del invierno después de todo lo que había pasado, pero afortunadamente ese no era el caso del cap y se dio un lindo abrazo con su amigo, y yo si noté la mirada celosa de Sam

—¿Te robaron el novio?—pregunté poco después de que Pietro se marchara en compañía a su hermana, colocándome de brazos cruzados cerca de Falcon

—Pfff, no digas estupideces, yo soy mejor—defendió mientras observaba como hablaban

—Claro que lo eres, en definitiva, pero el estuvo congelado, es más pro—justifiqué

—Yo tengo alas—argumentó

—Si pero si te las quitamos eres inútil

—Tu igual

Ocean Eyes »» Pietro Maximoff y TuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora