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—¿En serio dejaste a Hyuck? —un chico que no conocía de nada, se colgó de sus hombros mientras terminaba de guardar los cuadernos en la mochila, y comenzó a hablarle—. Esperemos que aprenda que no es tan lindo como él piensa —rió.

Sungchan giró, colocando su antebrazo en el pecho ajeno y, en menos de un segundo, tenía a ese idiota contra la pared, intentando recuperar el aliento.

—No tienes idea de nada, así que cierra la boca.

El muchacho empequeñeció ante las rudas palabras del más alto y asintió con prisa. En cuanto lo soltó, corrió fuera del salón casi en pánico.

Jeno colgó la mochila en su hombro y suspiró, observando a su amigo.

—Es el tercer chico que espantas en lo que llevamos del día. El primero porque quería intentar algo con Donghyuck, el segundo porque le dijo infiel y ahora este —enumeró—. ¿Cuándo vas a admitir que lo sigues queriendo?

—Déjame en paz —Sungchan tomó su bolso y salió del salón, bajo la atenta mirada de los pocos compañeros que quedaban ahí.

—Solo admite que entraste en pánico cuando escuchaste su declaración de amor y te volviste un idiota.

—¿Lograste descubrir quién extendió el rumor?

—Sí —Jeno se cruzó de brazos antes de volver a hablar—, pero no te lo diré hasta que admitas tus sentimientos por Donghyuck, vayas con él, te disculpes y vuelvan a estar juntos.

—Bien —bufó Sungchan, rodando los ojos y dando media vuelta, alejándose de su amigo. Jeno sonrió y corrió junto a él, emocionado, creyendo que iría en busca de Hyuck—, si no me lo dirás, tendré que descubrirlo por mi cuenta.

Entonces, Jeno quedó anclado en su lugar, sus hombros cayeron y un pesado suspiro escapó de su garganta. Caminó hacia donde había acordado verse con Jaemin y, al ver el rostro de su novio, supo que tampoco tuvo buenas noticias.

—Peleó con tres en lo que llevamos de clases, sumado a los de ayer, ya son nueve —informó, sentándose junto a él—. Y ahora intenta averiguar quién difundió el rumor, sin importarle que yo lo supiera. No hay forma de que lo admita, el plan D no funcionó —tomó la bebida de Jaemin y sorbió un poco, arrepintiéndose al instante por el fuerte sabor del café.

—Hyuck finalmente me dijo que sí sabía de los sentimientos de Sungchan, pero como últimamente hablaban sin problemas pensaba que ya no sentía nada por él, así que no lo pensó demasiado cuando lo besó. Y con respecto a Mark... siempre esquiva mis preguntas —recuperó su café y bebió lo que quedaba antes de hablar—. Tengo un nuevo plan, no quería recurrir a él porque es demasiado extremista, pero tal vez sirva.

Jeno se acomodó mejor para escuchar las palabras de su novio y planificarlo todo.

...

En uno de los recesos, Sungchan se adentró en el salón de Mark buscándolo a él, pero aun no aparecía. Se acercó a los que, sabía, eran parte de su grupo de amigos.

—Disculpen —habló con seguridad—, necesito hablar con Mark, ¿saben dónde está?

—Yo también quiero decirle unas cuantas cosas —bufó un chico alto como él—, pero hoy no vino a clases.

Sungchan se disculpó por molestarlos y se alejó, más enojado que antes. Salió del salón y caminó varios metros por el pasillo, hasta que escuchó el ruidito de unos pasos siguiéndolo. Volteó con tanta rapidez que asustó a la persona que ya se encontraba frente a él.

—Eres Sungchan, ¿cierto? —sonrió la muchacha, intentando recuperar el aliento—. Mark hizo y dijo estupideces, por favor, no le hagas daño, a veces puede ser un poco tonto.

—Si intentas defenderlo, no quiero escucharte —Sungchan iba a alejarse, pero Mina lo sujetó del brazo.

—No quiero defenderlo a él —hizo una mueca extraña que quería imitar una sonrisa—. No estoy muy segura de lo que ocurrió entre Donghyuck y tú, pero Mark le dijo cosas muy crueles a él. Tampoco lo justifico porque apenas lo conozco, pero tal vez lo que Hyuck hizo, que a ti te enfadó, fue para demostrarle a Mark que lo que decía no era verdad.

—¿De qué hablas?

Mina lo puso al tanto de toda la situación entre Mark y Donghyuck de inicio a fin. Se sentía culpable por no detener antes a Mark y dejar que todo se saliera de control, así que estaba intentando arreglar las cosas a su manera.

El enojo de Sungchan hacia ese canadiense no hacía más que crecer, pero también hacia sí mismo. Él también había sido cruel con su Haechan, y Jeno tenía razón. Había entrado en pánico cuando escuchó las palabras que tanto deseaba oír. Esas palabras que él quería gritar y no podía.

Al escuchar su preciosa voz decirle que lo amaba, la euforia y la felicidad no eran tan fuertes como la culpa, el rencor y la tristeza. Desde el primer beso con Hyuck, se había prometido que solo estaría con él por su atractivo, para pasar el rato, que no involucraría sus sentimientos. Pero su corazón volvió a caer por ese moreno —o tal vez, nunca dejó de quererlo—, y sus sentimientos se intensificaron. ¿Por qué había sido tan idiota de rechazarlo cuando finalmente era correspondido?

Pánico ante sus sentimientos, miedo a resultar herido, temor a ser dejado atrás. Y armando esa coraza indestructible, solo logró lastimar a su chico, aunque ya no tenía derecho de llamarlo así.

¿Sería muy tarde para arrepentirse?

La razón de sus besos 💋 2chanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora