Capitulo XIX: NAVIDAD.

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La fecha, 25 de Diciembre se llevaría a cabo el asesinato de Taiju Shiba a cabo de Hakkai Shiba... O eso me había dicho Kisaki, para mi sorpresa, no hubo ni un mensaje de cual era mi papel en la participación, ni siquiera un maldito "Feliz Navidad" Ni una propuesta, ni nada. No me había a quedar de brazos cruzados lo que se venía era grande y yo quería estar ahí, monte mi Honda Shadow aero 250, active mi celular en búsqueda de Kisaki y como este no atendía mis mensajes, ni llamadas, use el GPS para saber dónde estaba, y me dirigí al lugar. Para mi sorpresa solo estaban Hanma y el a solas, y antes de irrumpir preferí escuchar.

— Oye, habíamos planeado arruinarlos desde el principio ¿Cierto? Así que, ¿Por qué trabajamos con ellos?

— Porque es divertido.

— ¿Hm?

— Ellos no pueden hacer ni una jodida mierda ¿Sabes?

— ¡Bwaja! ❤ Eres de mi tipo, Kisaki. Eres el único que me mantiene entretenido.

Me basto con seguir las huellas que habían dejado a su paso para encontrarme con Chifuyu, quien había sido atado y golpeado bruscamente.

Me basto con seguir las huellas que habían dejado a su paso para encontrarme con Chifuyu, quien había sido atado y golpeado bruscamente

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— Oh... Parece ser... Que al final, fui una niña buena y Santa me dejo mi regalo.

— ¿¡Que haces aquí!? — Grito Chifuyu mientras luchaba con la soga que lo amarraban.

— Si sigues así te lastimas aún más. — Me acerque a él despacio. — Puedo sacarte.

— ¿Huh? ¿Por qué harías algo así? ¿No estas con Kisaki?

— Lo estoy... Pero... — Me agache a su altura. — Me dejo plantada en Navidad, así que este será su castigo.

— Es un idiota ¡Yo jamás dejaría una chica como tú pasar sola la navidad! — El rubor se hizo instantáneo.

— Pensé que me odiabas.

— Lo intento... — Al encontrar el nudo, comenzó a desatarlo. — Dije muchas cosas que sentí en ese momento, pero cuando me diste la espalda me arrepentí de cada una de ellas. Nos debemos una plática ¿Sabes? Ahora no es el momento.

— ¿Cómo te sientes?

— Echo mierda.

— ¿Te ayudo en algo más?

— Préstame tu teléfono. — Accedí, el llamo a Mitsuya quien en pocos minutos acudió al lugar a una corta distancia de la Iglesia donde la pelea se llevaba a cabo. — Rena... — Murmuro Chifuyu.

— ¿Huh?

— La próxima navidad, la pasaremos juntos ¿De acuerdo? — Me reí.

— ¡Es una promesa! Así que no mueras, Chifuyu. — El Rio, y cual guerrero listo para pelear entraron con Mitsuya... Sigilosamente los seguí.

A Merced del DiabloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora