UNO

3K 168 13
                                    

Asombro

Esa fue su primera impresión al verlo desde su limosina.
Había estado vacilando las calles de la ciudad por simple aburrimiento, había terminado casi todos sus labores y estaba muy estresado, por lo que salía a pequeños recorridos antes de la siguiente reunión, sin destino aparente, al menos eso le quitaba el peso de papeleos que firmar, algunas propuestas absurdas y números que resolver. 
Aunque está vez algo cambiaría su rutina, el gran vehículo detenido por el semáforo, sin pensar que en ese momento sus ojos lo arrastrarían a aquél chico a unos escasos metros de él, tocaba calmado aquella guitarra, había bajado el retrovisor y efectivamente era una suave tonada para sus oídos. Unas cuantas parejas y niños lo acompañaban como espectadores.

Parecía disfrutar de lo que hacía, porque esa sonrisa ante el público no se veía como una forzada. No era por pura necesidad ya que notó que las personas lanzaban algo de monedas en el forro de aquel instrumento. Por su parte una sonrisa ladina se dibujó en su rostro sin despejar su vista del muchacho con bufanda rosa y gorrito gris. Perfecto para él.

—¿Sucede algo señor?—Pregunto incrédulo su chófer al notar como este se perdía en la pequeña multitud de al frente

—Robert, creo que ahora me gusta la música—Soltó a simpleza. Ahí entendió, sólo asintió volviendo su vista en el volante.

Nuevamente su jefe tenía otro capricho de la nada. Pensó su chófer. Debía regresar a sus asuntos en ese momento así que no le quedaba de otra, sacó su celular y capturó el rostro de aquel guitarrista. La luz cambió a verde haciendo que lo viera por unos últimos segundos antes de que su imagen se desapareciera por el alejamiento del vehículo.

Por otra parte, el chico de bufanda rosa cantaba pequeñas músicas compuestas por él. No eran muchos pero quienes lo oían disfrutaban de su tonadas y eso lo motivaba. Pasado unas horas se dispuso a ir a casa, al menos ese día le fué bien. Eso pensó caminando a dirección de un mini mercado.

La tarde pasó rápido ya los faroles se empezaban a encender, había llegado a su pequeña casa ubicada en el barrio marginal de la ciudad, no se quejaba porque ahí para no tener casi nada, tenía a buenas personas y sobre todo por su vecino el señor Lorax, un amable anciano que lo crío desde pequeño, así como a sus ahora pequeños amigos Tedd y Audrey, ambos con destinos distintos pero finales igual de fatales.

El señor era alguien recto pero de gran corazón, y tenía una pequeña florería donde trabaja a medio tiempo ayudándole a atender, pero con ello también tenía deudas con el banco incluso habían días que lo visitaban para amenazar de quitarle aquel lugar y aunque se negaba a recibir dinero de él quería ayudarlo. Vivían juntos desde un principio, pero su casa era pequeña y se sentía una molestia ahí, puesto que los niños también necesitaban su espacio por ello hasta hace poco después de dos años de tener tres trabajos coordinados, pudo comprarse una pequeña casa cerca de él y ayudar un poco en aquella deuda aunque por los retrasos parecía ayudar sólo con un poco más de las multas. Su hogar era algo viejo pero no se quejaba tenía todo lo necesario y básico. Había echo todas sus cosas y antes de dormirse, se asomó a su ventana. Era una agradable vista ver el resto de casas frente a él, observaba la luna. No lo hacía desde sus ocho años, pero no perdiendo nada habló.

—Ya me ayudaste una vez—Suspiro—Pero por favor, necesito que lo hagas otra vez—Se sentía infantil no lo negaba—Deseo...que las cosas mejoren..

Justo en ese momento, después de aquella petición, hubo un gran apagón en todo el lugar. Bueno, al menos la luna brillaba esa noche así que cansado fue a dormirse.

Por otra parte, en una de las pocas mansiones más enorme de la ciudad por tan solo no decir la única, un chico de traje se encontraba apreciando la noche desde su escritorio sin dejar de lado su tabaco. No dejaba de ver aquella foto que había tomado esa tarde.

—Señor Greedler—Habló una chica antes de tocar la puerta—Todo está listo, para mañana a primera hora, sabrá todo acerca de ese chico.

—Grandioso, ya puedes irte a casa.

—Si, señor—Terminó por cerrar la puerta, no quería meterse pero se preguntaba que había hecho ese chico de la foto, no se veía como alguien de buscar problemas, ni mucho menos había visto su rostro entre los deudores de su jefe, pero esa tarde él solo había llegado y pedido saber absolutamente todo de aquel muchacho, no importaba cuánto demorara en buscar datos de él, así tenía que ser. Posición lamentable tal vez para ese chico, pensó antes de irse.

  Mientras acariciaba la pantalla como si fuese un verdadero rostro, Greedler estaba impaciente pues lo había decidido esa tarde después de darse cuenta que pensaba mucho en aquel jóven guitarrista, lo quería para él y para ello tenía un plan en mente, seguro que para mañana la vida de ese muchacho cambiaría drásticamente.

️❣️❣️❣️❣️❣️❣️❣️❣️❣️❣️❣️❣️❣️❣️❣️❣️❣️❣️❣️❣️❣️❣️❣️❣️❣

Hola! Quería agradecerles por haber leído hasta aquí❤️
Si, está es una nueva historia porque aunque sea antiguo para mí es un nuevo ship que me gustó.

💙Onceler y Greedler💚

Jaula de Oro ||Oncest||Where stories live. Discover now