Yeonjun es un joven adulto que ya está cansado de absolutamente todo: su miserable vida, sus padres, y más que nada, de su pareja, Soobin.
Pero él aún lo ama, a pesar de que su novio solo lo vea como un juguete para entretenerse del aburrimiento.
...
Tan pronto como me desperté, volví a sentir ese vacío que siempre sentí. Estando aún con hasta mil personas, o con una sola, mi alma moría lenta y silenciosamente en la tristeza y la soledad.
Mi novio había dejado una nota arriba de la mesita de luz, diciéndome que se había ido, como de costumbre.
"Yeonjun, fui a trabajar más temprano de lo esperado. Si necesitas algo, llámame". Soobin.
No tenía sentido llamarlo. Ya sabía que estaba trabajando, pero que tenía un doble trabajo. Estar con ella, esa chica: Wonyoung, su hermosa secretaria. No puedo decir nada, después de todo, Soobin no me ama de verdad.
El día era tan frío y lento que se sentía como estar bajo la lluvia.
Lluvia.
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soobin's pov
Todos los estudiantes de sexto año querían irse a sus casas ilesos, sin mojarse con la fuerte tormenta que reinaba afuera.
Lia: "Lo siento Soo, no podré irte a buscar. Tengo que recuperar las horas de trabajo que no tuve el otro día. Toma un taxi, o que te lleve alguien a casa, y dile a la abuela que llegaré tarde a la cena. Te amo."
Y mi hermana no me iba a poder buscar, después de lo leído recientemente.
Un chico pelinegro de cabello largo estaba sentado con su paraguas roto, intentando arreglarlo, pero los puntiagudos alambres eran todo un enigma para entender cómo iba armado.
Me acerqué a él para hablar.
— Dudo que lo puedas reparar. —le dije. — ¿Te ayudo?
Él solo asintió con la mirada baja.
Tomé el paraguas color rosa y amarillo, y empecé a buscar los agujeros en la tela, para colocar cada alambre donde correspondía.
El pelinegro miraba callado, con un brillo de esperanza de que su única arma contra la lluvia se pudiera reparar.
— Listo.
— Gracias. —agradeció bajo.
— No es nada, después de todo lo ibas a necesitar. Soy Soobin, un gusto.
— Si, tienes razón. Yeonjun. El gusto es mío. —sonrió un poco.
— ¿Yeonjun? Oye, tú eres el de quinto año que dió la exposición del cuerpo humano y sus funciones con nosotros.
— Tienes razón, hoy expusimos con ustedes. Me parecías conocido también.
— Si. ¿Cómo sabes tanto de anatomía humana y todos los placeres carnales?
