Salvandote Para Mi -Jinx Y Silco-

Capitulo 3

Este capítulo ya sería unos cuantos años después del segundo.

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Jinx se está convirtiendo en la chica más bonita de Zaun. Su cabello le llega hasta los hombros y, a veces, está trenzado y, a veces, suelto. La gente se detiene en la calle para exclamar por la linda hija de Silco. Así es como la ha estado llamando. Su hija, y su corazón brilla de orgullo cada vez que lo dice.

No hay que ser muy inteligente para saber que es adoptada. Con sus grandes ojos azules y su dulce cara de muñeca, no tiene ninguno de sus rasgos angulosos y ásperos y su rostro de descanso antipático. El chico rata, ese era su apodo cuando era niño.

Mientras que Jinx ...

Jinx es perfecto.

Incluso encorvada a su lado en uno de sus días de mal humor, vestida con capas de camisetas rotas y con el cabello completamente alborotado, no puede ocultar su belleza. No de él.

Pero tiene pesadillas.

Pesadillas terribles, palpitantes y desgarradoras que le quitan el color a su bello rostro y le empapan el pelo de sudor. Ella se despierta gritando, y así ella lo saca de su sueño, no era de extrañar, ya que sus habitaciones estaban una al lado de la otra.

Prefiere que ella grite para que él pueda entrar y consolarla en lugar de que se enrosque en una bola temblorosa y aterrorizada por su cuenta. Algunas mañanas la encontraba sentada en un rincón del suelo de su dormitorio, meciéndose de un lado a otro.

"Jinx" Suspira, acariciando su mejilla. "¿Por qué no me despertaste?".

Ella al sentir el tacto de él, cierra los ojos e inclina la cabeza hacía el.

Esas pesadillas estaban llegando muy lejos, o al menos, lo suficiente para que ella no pueda tener noches tranquilas y vaya a buscar consuelo en el.

Una noche lo despierta la sensación de que su colchón se hunde. Sus ojos se abren de golpe en la oscuridad, sus pensamientos se dirigen directamente a los asesinos. Palpa debajo de una almohada en busca de su navaja.   

Luego escucha un gemido. Se da vuelta en la cama y Jinx se congela, atrapada en el acto de meterse debajo de las sábanas. Está vestida con una camiseta blanca de gran tamaño y el cabello en una pequeña trenza.

"¿Jinx?". Deja el cuchillo a un lado.

Sus asustados ojos brillaban en la oscuridad. "Tuve una pesadilla. Y yo... No quería despertarte ". Lo dice con una voz un poco temblorosa y suplicante.

"Te dije que me despertarás cuando eso sucediera" Murmura adormilado, acomodándose mejor en la cama, y extendiendo sus brazos hacia ella. "Ven aquí niña ".

Jinx prácticamente salta a los brazos de el, su cuerpo impacta contra el suyo, de una manera poco delicada, eso les trae recuerdos a ambos, recuerdos de la noche en la que sus caminos se entrelazaron, la noche en la que se conocieron, también la noche en que ella había perdido a su familia. 

Ella se aferraba con fuerza a su camisa de dormir, escondiendo su rostro en su pecho, y el, la envolvía con sus brazos, intentando tranquilizarla, le acaricia la espalda suavemente,pero aún así el podía sentir que ella no dejaba de tiritar. Su cuerpo se siente pesado por el sueño, especialmente por el cálido bulto en sus brazos, pero cada vez que el sueño lo vencía y la soltaba, los gritos de terror de Jinx lo despertaban. 

Acaricia su frente con los ojos cerrados, murmurándole suavemente de que no tenía nada que temer, y que los monstruos no le harían daño. Ella entraba y salia de su pesadilla, y seguieron así durante el resto de la noche, ninguno de los dos duerme mucho esa noche.