TRES

233 37 70
                                    

Esperaba que te quedaras.


Lo último que Temo lee antes de subir al avión es el mensaje de Aristóteles, porque ¿cómo podría no abrirlo cuando el nombre de Aristóteles parpadea en su pantalla? Hace que su estómago de un vuelco, y durante todo el camino al aeropuerto juega con la idea de que tal vez debería dar la vuelta.

A pesar de que apenas tenía media hora para prepararse y ponerse en marcha, más de la mitad de la pasó caminando de un lado a otro en su habitación pensando en que Aristóteles apenas despertó cuando lo dejó en su habitación, todavía se las arregló para lucir elegante. Los pantalones negros de Neil Barrett tienen una franja lateral de fieltro en la parte exterior de la pierna y los ha combinado con un suéter. Está cansado y malhumorado, y en el mundo de Temo Corcuera eso significa usar un par de tenis.

Tan pronto como está en el aeropuerto, se apresura para evitar la humedad y el calor y no piensa en Aristóteles, haciendo un trabajo rápido en registrarse y tomar un café en la sala de primera clase antes de subir al avión.

No hay nadie que lo entretenga en el vuelo de nueve horas, Sabrina ha volado para llegar a Nueva York antes que él regresara. Seyn sigue durmiendo en Roma, ya que Temo le concedió dos días más en la ciudad para la filmación de Valentino, lo que retrasó ligeramente la fecha de cierre de la edición, que inicialmente estaba planeado para mañana.

Él se pierde en sus propios pensamientos y su Mac dorada, pero tampoco son de mucha ayuda ya que las nubes cambian de forma en el cielo.

Deja que su cerebro trabaje. El único tema de interés: Aristóteles Córcega.

Nunca pensó que conocería a alguien como Aristóteles, y mucho menos así, con el hombre entrando con una sonrisa permanente y aparentemente sin ninguna preocupación en el mundo.

Temo sabe que Aristóteles no es sólo una cara bonita o un socialité. Es descaradamente joven para dirigir Cut, el editor al que despidieron para contratar a Aristóteles estuvo al frente durante casi una década. Es de espíritu libre y tiene una visión un poco utópica del mundo, pero Temo puede decir que Aristóteles está hecho de capa sobre capa y solo ha visto la superficie.

Aristóteles es lo opuesto a él en más formas de las que puede contar.

A Temo le molesta lo fácil que Aristóteles le hace ignorar las reglas que ha estado siguiendo durante años. Desearía poder simplemente desenredarse y alejarse del lío que es su vida cada vez que Aristóteles está cerca. Tal vez piense mejor, o trabaje mejor, o viva mejor. Pero sabe cuán mentira es lo último, y por eso ni siquiera lo intenta.

En cambio, empuja los pensamientos del hombre de pelo rizado hasta el fondo de su mente y hurga en la mochila Proenza, su nueva favorita, hasta que encuentra el libro de Haruki Murakami, Norwegian Wood, su antiguo favorito.

Se pierde en la montaña rusa emocional de Naoko, y está tranquilo durante el resto del vuelo, las palabras familiares lo atraen y lo adormecen con una sensación de seguridad que a veces sólo puede sentir con las cosas que le son familiares.

Al desembarcar del avión, las escaleras crujen bajo sus pies y el aire de verano de Nueva York acaricia su rostro, llega a la conclusión de que el problema con la palabra escrita es que, al final, siempre tiene demasiado sentido. La realidad nunca tiene sentido.




Pasa brevemente por su apartamento para cambiarse antes de ir a cenar con el jefe de Claude Maar. El jet lag lo está matando, y siente que se mueve en cámara lenta cuando cambia su suéter por una camisa negra elegante que lo abraza perfectamente. Él coloca una chaqueta militar azul profundo Balmain sobre ella.

IN VOGUE | aristemo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora