capitulo 51

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-disculpe la pregunta pero ¿Nos conocemos?, siento que he escuchado ese nombre antes- incline mi cabeza y mire como si estuviera tratando de recordar de donde.

-No lo se señorita Tuell, puede que escuchara en alguna parte sobre la corporación Thorne de la cual soy socio- levante las cejas un poco como si hubiera escuchado algo magnífico.

-Claro ya lo recordé, usted es el director de Thorne, debo felicitarle por haber logrado tanto en tan poco tiempo- lo felicité con tal alegría en mi semblante que él parecía encantado y orgulloso de eso e incluso se enderezo aún más, tan machito que es.

-Gracias pero aun no es nada comparado con los Tuell- levante la mano he hice como si no fuera nada negando entre risas como si me estuviera avergonzada de su comentario, pero en mis adentros realmente me divertía, por supuesto que no es nada contra los Tuell la familia más poderosa de Grecia y de las más ricas del mundo.

-No diga eso, estoy segura que llegará muy lejos con alguien como usted a cargo- coloque mi mano sobre la suya que se encuentra en la barra y cruce mis piernas en una posición donde demostraba que tenía toda mi atención en él, tanto como él siempre ha querido.

El sonriente iba a decir algo pero lo interrumpió el barman entregándonos nuestra orden, le sonreí diciéndole que se podía retirar no sin antes compartir la última mirada. Tome entre mis dedos la copa de vino tinto y la moví en pequeños círculos sucesivamente para luego llevarla cerca de mi nariz oliendo el contenido, el aroma me relaja un poco recordando por un momento los tiempos donde recorría los viñedos de Massimo en Italia o cuando fui a una degustación de distintos vinos con el un día.

-Veo que le gusta mucho el vino- salí de mi ensoñación al escuchar la voz de Ciaran.

-No mucho, pero me agrada el aroma- conteste bebiendo un sorbo de mi copa sonreí sobre el cristal de la copa cuando vi como copio mi acción bebiendo de la suya.

-Es muy buena cosecha- hablé mientras daba otro trago.

-Muy buena- contestó dando otro trago.

-Señorita Tuell ¿usted vive aquí en Grecia?- me pregunto a lo que niego.

-No tengo un hogar en sí, he vivido parte de mi niñez en Grecia, la universidad en inglaterra y desde hace dos años en New york, pero he vivido en distintos lugares del mundo, nunca me asiento en uno en sí- sonreí al terminar, el hace como si lo entendiera pero yo se que el lo sabe, golpee con mis uñas el cristal de mi copa para continuar la plática.

-¿Y usted?- pregunte sin saber la respuesta, puesto que aunque lo investigue de antemano muy poca información he encontrado.

-Viví la gran parte de mi vida en Inglaterra pero para crecer en el mundo empresarial me mudé a Manhattan y así a distintos estados- asentí pero quise indagar un poco más.

-Disculpe si soy grosera pero ¿Qué lo trajo a Grecia?- pregunte y el despego la vista de su copa para mirarme a mi.

-Una flor- apreté mi puño pero dejé de hacerlo antes de que se diera cuenta, conté hasta tres en mi mente y sonreí.

-¿Qué tipo de flor sería tan especial?- indague un poco más arriesgándome.

-Una que desde hace tiempo he tenido la fijación de observar- tome lo que restaba de mi copa, pensado que esto ya se ha vuelto raro.

-¿Se siente bien?- pregunte cuando se tambaleo un poco.

-Creo que se me ha subido un poco el alcohol- habla parándose y como puede caminando mientras sujeta su estómago.

-Déjeme y le ayudó- tome su brazo derecho y con un poco de esfuerzo ya que aun me dolía un poco ese hombro lo lleve a la dirección contraria a la que iba.

-Esta sudando frío y se ve un poco pálido creo que lo mejor es que se retire por hoy- hable cuando él quería caminar hacia el baño pero yo lo estoy llevando hacia la salida.

-No creo que sea..- lo interrumpí.

-Yo sé lo que le digo, a la gente guapa le va mal las enfermedades- dije y él se detuvo un momento sorprendido por mi comentario, pero como si nada siguió caminando hacia la salida.

-¿Crees que soy guapo?- pregunto y yo quise hacer una mueca o rodar los ojos, no digo que tenga mala apariencia pues es joven, con buen porte, pero los rubios no me van y mucho menos los perturbados que planean de todo para secuestrarme queriendo tenerme como una maldita flor enjaulada completamente a su merced.

-Por supuesto que lo creo, me da un poco de pena pero a decir verdad cuando choque contigo no pude quitarte los ojos de encima- baje la cabeza como si estuviera avergonzada después de haberme declarado al hombre de mi vida y apreté más mi agarre en su brazo.

-Esto es increíble- murmuró pero yo me detuve cuando llegamos frente a donde deben de ir los carros.

-Déjame y le mandó un mensaje a mi chofer, gracias por tu ayuda mi bella flor- sacó su teléfono sin darse cuenta de lo que me había dicho o tal vez si.

-Me gusta ese apodo aunque es muy pronto para llamarnos por apodos- sonreí hacia él haciendo que levantara la vista del teléfono.

-Si, tienes razón, puede que pronto- asentí él se veía un poco mejor.

-Veo que ya no te sientes tan mal- le dije.

-A decir verdad me duele aun el estomago y tengo un poco de ganas de vomitar- asentí, pero la verdad el no se debería de sentir tan mal, aunque al verlo así como actuaba temía que todo se arruinara por un mal cálculo pero no fue el caso porque con sus siguientes palabras lo entendi.

-Me siento muy apenado pero ¿podrías acompañarme a mi casa?, es que de verdad me siento muy mal- sonreí porque al parecer no soy la única que aprovecha oportunidades de cazar.

-Claro, solo le aviso a mi seguridad que llegare un poco tarde y directo a mi casa para que no me busquen por un rato- reí como una tonta viendo la camioneta negro pararse delante de nosotros, tome mi celular escribiendo el mensaje final.

-¿Me puedes ayudar a entrar?- pregunto y asentí ayudándolo como si no fuera nada, aun por dentro quería aventar al piso y patearlo. Después de ayudarlo entré al auto y este arrancó.

-Ven, recárgate un poco en mi hombro para que descanses en lo que llegamos, así descansas- lo anime y el dudándolo un poco se acostó sobre mi hombro quedando su mirar al frente.

-Sabes, lo que me llamo mas la atención de ti fue tu cabello rubio, tal y como el mío- con la mano izquierda acariciaba su cabello, al voltear mi mirar a verlo vi como cerro los ojos y suspiro, es tan fácil saber lo que quiere un maníaco.

Con cuidado la mano derecha la introduje a mi bolso tomando firmemente la jeringa entre mis dedos mientras veía su cara directamente, él estaba tranquilo disfrutando de mi tacto. Saque la jeringa y como si se tratara de apuñalar a alguien la clave en su brazo fuertemente y sin tacto vaciando el líquido inmediatamente, el abrió los ojos al instante separándose de mi.

-¿En serio creías que podías jugar contra alguien como yo y salir victorioso así de fácil?, eres completamente estupido- pregunté con la jeringa en mano viendo como él quería acercarse con furia hacia mi pero se desvaneció al instante.  

....

¿Que les parecio?.

¿Qué creen que haga Jane como venganza?

JANEWhere stories live. Discover now