Capítulo 54

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A lo lejos oyó tantas voces, tantos sonidos, demasiada bulla. Y de pronto lo sintió…sintió el dolor lacerante…y recordó.

Intentó abrir los ojos desesperadamente pero no pudo…

La mascarilla de oxigeno…rápido!

Si, aquí está!

Sintió como la colocaban en su rostro y se obligó a respirar.

Respira…respira. Rápido! A la clínica más cercana!

Sintió una cálida mano en su cuello.

Sus latidos están regularizándose. De todas formas necesita atención.

Ha perdido demasiada sangre. ¡Vamos!

Oyó como el vehículo arrancaba a velocidad espeluznante. Y aunque quiso despertar, quiso moverse y reaccionar no pudo. No podía. ¿Dónde estaba ella…?

¿Cómo está su esposa?

Hasta donde supe se divorciaron hace un tiempo. Bueno eso creí leer en los tabloides…

No me importa su vida personal, solo quiero saber…

Ok, ok, no te exaltes, preciosa.

¿Cómo está su esposa?

Lo que Andrew me dijo fue que se la llevaron en la primera ambulancia. Ella si estaba grave. Se llevó la peor parte.

No, Dios! No! Tenía que ir con ella, debía estar con ella. No podía permitir que todo terminara así. Debía reaccionar…

¿Dios! Por qué cada día hay gente más loca en la calle?

Dijo mirando detenidamente a su paciente y suspirando pesadamente.

No debes tener miedo, yo te cuidaré…siempre.

Dijo sonriendo cálidamente.

Gracias.

Dudó un momento antes de continuar pero lo hizo, no quería perder tiempo.

Después de terminar nuestro turno vamos a casa. Quiero estar contigo todo lo que resta de la noche, Alexandra.

Claro, princesa.

El típico sonido de las sirenas le taladraba el cerebro y aumentaba su impotencia al no poder controlar su cuerpo. Intentó tranquilizarse, tomó aire e intentó abrir los ojos. La luz del vehículo la cegó momentáneamente y parpadeó para mitigar la molestia.

Está reaccionando

Dijo la rubia.

Si

dijo sonriendo la pelirroja.

Señora Carvajal me oye?

Valentina miró a la joven rubia que estaba a su derecha y asintió con los ojos.

No se preocupe, todo está controlado. Estamos dirigiéndonos a la clínica que indica su carnet de seguro. Ellos ya la están esperando. Hemos estabilizado su estado y todo estará bien.

Juliana…

Había sido tan solo un leve susurró y ambas chicas habrían podido hacer como si no hubieran oído pero al notar la desesperación en la mirada de la ojiazul, se miraron con angustia y fue la pelirroja quien le respondió amablemente.

Su esposa también se dirige hacia el mismo lugar. Está siendo muy bien atendida no se preocupe. Tómelo con calma.

No…

Por favor, no se exalte. Todo está bien.

Quiso protestar pero no pudo. El cansancio y el dolor hicieron mella en ella y volvió a perder la conciencia...

Déjame Amarte  Adaptación Juliantina Where stories live. Discover now