INTERESES volkacio

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Se podría decir que en ese momento Dex sintió el verdadero terror? sí, suena como un "meme" de esos que estuvieron de moda pero esto iba en serio, muy en serio. Tal vez jamás se imaginó que aquél ruso se atrevería a soltarle un golpe así, pero lo hizo. Curiosamente estaba comenzando a sonar la canción: Believer - Imagine Dragons♪.

-Pero qué cojones?¡…- Se incorporó rápidamente empujando a Horacio para irse encima de Volkov regresándole el puñetazo hiriendo la parte inferior del labio, el cual causó un leve sangrado. Todos expectantes ante la pelea que había comenzado, Greco dando ánimos a su amigo y compañero de trabajo mientras que a Blake se le notaba emocionado ante la escena, por supuesto que estaba ansiando esto desde hace ya un tiempo.

-V dale uno por mí al desgracia'o ese!- el chico de barba gritó desde su posición.

-Ojalá le parta la cara de una puta vez macho que ya me tiene harto¡- gritó sin vergüenza alguna, en cambio Horacio no podía ni articular palabra y siendo sinceros tampoco se quiso meter. Por un lado estaba su ex quien ya lo tenía fastidiado con su asechamiento y necedad; por el otro esa persona por la que estaba sintiendo algo muy especial pero que sabía perfectamente el poco tiempo que tenían de conocerse y en sí el trato que acordaron. Los golpes sin embargo no cesaban entre estos 2 hombres, al contrario se avivaron más.

Un golpe con el puño cerrado iba y venía por parte de uno o de otro, después de varias trompadas se vería a aquél soviético encima del motero tóxico, claramente el de cabello grisáceo llevaba la delantera por no decir que estaba a punto de ganar aquella pelea.

-Пиздец, te lo advertí imbécil...- tras lo dicho dejó ir un golpe más en el rostro del ex, éste ya se encontraba un poco aturdido y algo ensangrentado en el piso por lo que Volkov se levanta reacomodando su camisa y sacudiéndose un poco. Aquellos que visualizaban quedaron con la boca abierta, pero quedarían aún más sorprendidos con lo siguiente mencionado -Y escucha muy bien porque es la última vez que te lo diré: jamás en tu vida te vuelvas a acercar a Horacio ni mucho menos ponerle una mano encima porque el respeto con el que te lo pedí aquella vez ya se acabó, Говно…- Al decir esto último le lanzó un escupitajo más que merecido, era de esperarse le había agotado la paciencia.

Fue entonces que Viktor tomó de la mano a Horacio guiándose hacia la salida

-Nos vamos...- un Volkov completamente colorado y enfadado caminaba con paso rápido, en tanto Blake y Greco los seguían. Ya en el estacionamiento el más alto abre la puerta del copiloto de su auto para que Horacio entrara, luego procede a cerrarla para dirigirse a su lado y despedirse de los otros chicos.

-Bueno, pues se ha quedado buena noche no?- Diría Greco un tanto sarcástico pero con un aire burlesco, se acerca a Volkov susurrando unas palabras -Déjame felicitarte por la tremenda paliza que le has dado eh? se lo merecía por hijo de puta- Ya alejándose se despide de ambos alzando la voz y haciendo un gesto con la mano -Gracias por la invitación, os veo luego¡-

Blake por su parte sólo se despidió con un grito un tanto orgulloso y animado- Buena esa Volkov¡ Nos vemos Horacio¡- al irse alejando levanta el dedo pulgar como símbolo de aprobación. El de cresta sólo se limitó a levantar su mano con un movimiento de adiós.

-до свидания- el ruso hizo una leve mueca de sonrisa, se monta en su vehículo para arrancar e irse a su departamento. Durante el camino Horacio no decía nada, esto le preocupó mucho a Volkov porque estaba casi seguro de la que se le venía encima; por más que fuera poco el tiempo de conocer a aquél chico de ojos heterocromáticos, pareciera todo lo contrario.

-Horacio... estás molesto?- se dedicó a sólo preguntar eso.
Se escucha un suspiro algo profundo antes de que comenzara a hablar -Viktor... esto...- tomó una bocanada de aire para luego seguir -ahora hablamos en cuanto lleguemos-

Al llegar a su departamento solamente fue entrar y cerrar la puerta para que Horacio se notara ansioso y exaltado tras todo lo sucedido recientemente.

-A ver... Me puedes explicar qué mierda ha sido todo eso en el bar?¡- casi sin pensar en lo antes mencionado tuvo el valor de preguntárselo sin más.

-Pero vamos a ver Horacio... qué no te das cuenta de cómo te trata ese tipo?¡ Crees que después de todo lo que ha estado haciéndote me voy a quedar de brazos cruzados?- Volkov lo preguntaba con incredulidad y confusión, él simplemente lo estaba defendiendo.

-Lo sé, sé que está actuando como un idiota pero no debiste hacerlo sabes? Tú y yo no somos nada Viktor¡ somos un contrato, un acuerdo¡ yo... yo lo siento... esto no debió pasar...- Ni él mismo creía lo que acababa de decir, sabía que la había cagado terriblemente porque aunque su cerebro le mandó aquellas palabras su corazón le decía otras, pero no tenía el valor de aceptarlo, su mente sólo se cegaba a pensar en el pacto. Por su parte el de tez blanca quedó aún más pálido al escuchar aquello, lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos resbalando por sus mejillas y su corazón parecía quebrarse en mil pedazos, las palabras salidas de esa dulce boca, con ese tono de voz tan suave pero a la vez hiriente le habían causado un dolor en el pecho era como una puñalada en el alma, por lo que con un sonido entrecortado sólo pudo transmitirle unas últimas palabras mientras lo miraba a los ojos, esos hermosos ojos que ahora denotaban algo de arrepentimiento.

-T-tienes razón... N-no somos nada- al terminar de decir esa última palabra tragó saliva evitando el nudo que se le estaba formado en su garganta.

Al menor también le comenzaron a salir lágrimas por lo que tomó la decisión de irse en ese momento sin pensarlo por más tiempo, creía que sería lo correcto para ambos y a lo mejor así terminar ésta farsa de una buena vez.
-Adiós, Viktor...- Fueron las últimas palabras que aquél joven musitó antes de salir por la puerta, dejando a un Volkov triste y confundido detrás de ésta.

Viktor no hizo nada más que dejarlo ir, sentado en aquél sofá de su departamento pensando en qué había hecho mal. Seguía sin poder creer en lo que había pasado, si todo iba muy bien; alegría, orgullo, festejo y de pronto esto? su vida no podría ir a peor, cuando más cerca estaba de ser feliz da un vuelco de 360°. Todo lo que quería era por fin encontrar a alguien que realmente sacara esos sentimientos en él, esos que no había logrado con cualquier persona. Él lo hizo, pero así como lo hizo también lo deshizo con sólo una frase, esa que no se iría fácilmente de su cabeza en mucho tiempo: "tú y yo no somos nada". Y eso dolía, calaba muy hondo en el corazón, era como una punzada profunda cada que la recordaba. Pero no quedaba nada más qué arreglar.

Horacio se había marchado ya.

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By: Nyxe (@NyxeRp)
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