Un novio de repuesto

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Escrito por writeinbluePaís: Argentina

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Escrito por writeinblue
País: Argentina.
Disparador: #9

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—Quizás podría ayudarte.

Si no fuera porque ya está envolviendo mis regalos, creería que Julián está ofreciéndome su ayuda como empleado. Pero él tiene una sonrisa que insinúa que acaba de escuchar toda mi conversación telefónica.

—¿Disculpa?

—Que puedo ayudarte con tu pequeño problema con la cena familiar.

—¿Estabas escuchando lo que hablaba?

—Toda la fila te estaba escuchando, Emi.

Julián es el payaso de nuestro curso, el tipo que se cree gracioso por respirar y que, puedo confirmar, no es gracioso en absoluto. Solo por hacer chistes todo el rato no te vuelve alguien que da gracia. Es un tipo impredecible. Nunca sabes con qué rayos va a salir.

—Todos van a pasar Nochebuena con su familia, pero para tu fortuna yo estoy disponible.

—Ni en un millón de años.

¿Estoy desesperado? Sí. ¿Tanto para aceptar que Julián sea mi pareja en la cena de Navidad? Absolutamente no.

El panorama no es prometedor: estamos a unas cuantas horas de la famosa cena de Navidad de mi familia, una magnífica e incómoda cena anual organizada por mis tías para tener chance de preguntarnos a todos por nuestras novias y novios. Hemos conseguido que acepten su insistencia como otra más de las tradiciones navideñas, pero eso no les impidió seguir haciéndolo año tras año.

Este año seré la única víctima de mis tías, porque el resto de mis primos ha encontrado pareja milagrosamente. Esto no tendría que ser así, pero a Diego no le pareció mala idea dejarme un veintidós de diciembre, cuando ya le había avisado a todos por el grupo familiar de Whatsapp que este año conocerían por fin a mi novio.

Dos cosas aprendidas: nunca volveré a hablar por anticipado y jamás enviaré otro mensaje a ese maldito grupo.

Tenía la vaga esperanza de que Mica fingiera ser mi novia (no sé qué tanto lo creerían mis tías después de que salí del clóset hace tres años), pero ella no estará en la ciudad.

Nadie más que ella sabe que Diego y yo terminamos. No es algo que mandas al grupo de Whatsapp de la escuela cuando están en vacaciones de verano. Esas cosas simplemente las cuentas cuando te sale o no lo haces y esperas a que todo el mundo se dé cuenta por la lejanía repentina luego de la ruptura cuando volvemos a clase.

¡Y para colmo nos queda cursar todo un año juntos!

Ojalá mi regalo debajo del árbol sea una nueva identidad porque esta ya no me gusta.

—¿Entonces no? —Y de nuevo este pesado.

—No.

—Bueno, ya sabes dónde encontrarme si me necesitas —sonríe, agitando los cuernitos de reno sobre su cabeza. Tiene una nariz roja a juego—. Estoy aquí hasta las siete y mañana igual.

DESAFÍO: Con diciembre a cuestasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora