3. Nothing For Christmas

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Viernes, Diciembre 14

Ese no era el regalo.

Ayer le había parecido una estupenda idea. Esa misma mañana tampoco había tenido ninguna duda mientras observaba a Amity preparar el desayuno. También siguió con ese sentimiento cuando su novia se despidió, alegando que Malphas la había requerido temprano ese día. Incluso permaneció con su buen humor cuando llegó a Hexside, pero una vez que abrió su casillero para sacar algunos materiales para su clase los artículos de cocina le parecieron de todo menos buenos regalos.

¿Una cafetera?, ¿una vaporera?, ¿en qué estaba pensando? Esos eran más regalos para su casa que para Amity. Si se los entregaba de seguro su novia los amaría, pero no de la forma en que Luz quería. Con ese pensamiento simplemente ya no podía dárselos. ¿Qué iba a hacer ahora? Tenía electrodomésticos envueltos junto a la mochila, ninguna idea nueva y un anillo que la miraba de manera acusadora desde su escondite como diciendo "esto no pasaría si me entregaras y punto".

Se dejó caer en el suelo al lado de los obsequios y cubrió su rostro con frustración. ¿Por qué era tan difícil escoger un regalo? Se suponía que la conocía bien, ¡llevaban años juntas! No debería tener ningún problema por encontrar algo que expresara su amor por ella, pero así era. Su ansiedad era tan grande que gritó cubriéndose la boca con sus manos.

—Luz, tengo unos reportes que me gustaría que checaras por... Luz... ¿qué haces en el suelo? —dijo una voz, y la joven humana se calló en el acto mientras miraba hacia la puerta. Se encontró con una mujer alta y de cabello azulado con ojos aguamarina—. No estoy segura de que los pisos de aquí estén tan limpios, así que yo que tú me pararía.

A pesar de los años, había cosas que Luz no terminaba de comprender de Lilith. Una de ellas era como podía ser tan distinta de Eda, dando discursos enormes a todo aquel que se le cruzaba por delante. Un ejemplo era ese momento donde le estaba recitando las responsabilidades que implicaba ser profesor de un lugar tan respetable como Hexside y que sus alumnos no podían verla así, en el suelo y gritando.

—Vamos, solo me atrapaste en un mal momento, soy responsable —se quejó Luz.

—Esa no es ninguna excusa, ¿qué clase de ejemplo le darás a las futuras generaciones?

Luz no creía que importara mucho que alguien la viera de esa manera. Sus alumnos eran sin duda igual de catastróficos que ella y Eda en sus días y tampoco hacía mucho para impedirlo. Decidió omitir eso, seguramente porque Lilith encontraría una forma de reprocharlo.

—No es usual verte por aquí, ¿pasó algo?

—Es sobre unas personas que sacaremos del Conformatorio. Quería tu opinión al respecto.

—Lilith, —Luz se rió, incorporándose y sacudiéndose la ropa—, sabes que ahora eres la que manda aquí, ¿verdad?, no necesitas mi autorización para esas cosas.

Después de la derrota de Belos las Islas Hirvientes se sumieron en una democracia que a Luz se le asemejaba a algunos países del mundo humano. Se formó el Consejo teniendo de miembros a brujos confiables y poderosos juntos a algo parecido a un presidente o primer ministro: Lilith, que había resultado electa durante dos períodos hasta ahora. Aun así, la bruja siempre la iba a visitar para pedirle consejo como "salvadora" de las Islas Hirvientes, aunque Luz pensaba que no lo hizo sola.

—El Consejo me dio el visto bueno, pero quiero una opinión externa y sabes que no confío en Eda lo suficiente para que me dé su punto de vista.

No lo aparentaba, pero a Lilith le costaba tomar decisiones. No era extraño, ella siempre quería lo mejor para todos, además de desear ser la persona más justa posible. Luz lo comprendió y le sonrió, asintiéndole mientras la invitaba a tomar asiento.

Consejos navideños para humanos [Lumity][Adaptación]Where stories live. Discover now