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Los tres se encontraban en la entrada de un parque de diversiones, idea que habia sido sugerida por Shuichi.

Habia un problema, el guardia no los queria dejar entrar. Rantaro y Saihara seguian insistiendole, pero este solo se molestaba mas. —solo queremos entrar para pasar un rato, puede dejarnos pasar?— dijo frunciendo el ceño, no tenia derecho a impedirles el paso por ninguna razon. —no, vayanse a casa.— hablo en un tono molesto y harto, recibia miradas de desagrado por parte de los dos. —señor, usted no tiene el minimo derecho de hacernos est–.— fue empujado por el tipo, haciendo que cayera al suelo. Este recibio un gran golpe en la cabeza con un tubo se metal, quedandose inconsciente y cayendo bruscamente. Los dos chicos se asustaron, volteando a ver de donde venia el golpe. —l-lo mataste!— Saihara menciono algo asustado y sorprendido a la vez. —no lo mate, solo esta inconsciente, se despertara en un rato.— Korekiyo ayudo a Rantaro a pararse, aunque se habia salpicado con un poco de sangre. —porque hiciste eso?— pregunto preocupado, el contrario solo suspiro y le miro. —solo para que se callara de una vez.. aparte, te empujo.— volteo a otro lado cuando menciono lo ultimo, tenia que admitir que hizo eso para protejerlos, o algo asi. —bueno olvidenlo, solo entren.—

Los tres entraron al lugar y fueron a comprar boletos, si no fuera porque Kiyo casi mata a ese tipo, no hubieran podido entrar. —en fin, donde vamos primero?— dijo emocionado, los otros dos le miraron con miedo. —vamos al carousel, es un lugar t-tranquilo y..— no pudo terminar, Rantaro ya los habia jalado a una de esas atracciones altas y "peligrosas". Entraron, el unico realmente emocionado aqui era el peli-verde, Shuichi estaba llorando internamente debido a que le daba vertigo, y Korekiyo le daba igual, se subieron, poniendose los cinturones de seguridad. La gran maquina empezo a subir lentamente para despues bajar con rapidez. Saihara agarro fuertemente su gorra para que no se valla, estaba apunto de desmayarse. —HAHAHAH!— este reia histericamente por la cara de los otros dos, Kiyo se veia un poco asustado por lo rapido que bajaba y de Shuichi ni se diga.

Despues de unos cuantos mareos, salieron de esa atraccion y se dirijieron a una mas tranquila, solo para calmarse. —casi me muero ahi.— recuperaba el aire, mirando algo molesto a Rantaro. —ahh vamos! No es para tanto, verdad Kiyo?— volteo a ver al nombrado, sonriendo de manera divertida. —que– ah, si si.. que habias dicho?— estaba perdido, no habia puesto atencion a lo que hablaban. Saihara rio levemente, empezandose a subir a uno de los caballos de la maquina. —yo tambien quiero!— se subio tambien, solo quedaba el mas alto, quien nego varias veces el subirse. —parecen niños.— los veia girar, sonrio levemente tras el cubrebocas, por alguna razon le causaba tranquilidad estar con esos dos.

[...]

—me tengo que retirar, debo entregarle la medicina a Ouma-kun, nos vemos mañana!— se despidio, caminando hacia la casa del adicto a la panta, dejando a los otros dos solos. —tu me quisiste protejer, no es asi?— volteo a verle con una sonrisa tranquila, poniendo nervioso al contrario. —no, solo era para que nos dejaran pasar.— desvio la mirada, los nervios se apoderaban de el. —seguro? si fuera asi, dejarlo inconsciente no era una buena opcion, tonto.— rio, recibiendo un sape de parte de Kiyo. —de todos modos entramos.— agradecia que este halla dejado el tema anterior, pero aun asi no podia dejar de sentirse nervioso.

Rantaro se acerco a el lentamente y abrazo el cuello de Korekiyo con sus brazos, medio colgandose en el. —admitelo, me defendiste.— le miraba divertidamente, estaba muy cerca de su   cara. —... callate.— sintio como le bajaba el cubrebocas para luego unir sus labios en un corto beso. —que.. que fue lo que hiciste?— se asusto un poco, no le incomodo, pero por alguna razon el sentimiento de culpa llegaba su mente. El peli-verde reacciono y se solto rapidamente, poniendose todo rojo. —p-perdon! Me deje llevar por mis impulsos..— hizo una pequeña reverencia, disculpandose por lo que habia hecho. —no te disculpes.. esta bien, supongo.—

(la promesa. esta rota. esta rota?)

No paraba de recordar las palabras de su hermana, eso le hacia sentirse culpable. Tuvo que fingir que no lo hacia. El contrario corrio lejos de ahi, dejandolo solo. Lo habia hecho solo por nervios, solo por nervios? No lo sabia pero temia que se enojara en un futuro.

—eh?— se quedo confundido, dudando si seguirle o simplemente dejarlo ir. —bueno, como sea.— camino de vuelta a los "departamentos" que habian ofrecido. El ambiente no ayudaba, estaba solo, solo, siempre lo ha estado. Pero cuando llego Rantaro, definitivamente ya no estaba solo. No era el mismo sentimiento de cuando estaba con su hermana, era uno nuevo, que disfrutaba. No era ese sentimiento de miedo y repulsion que ella le causaba, lo que le decia, como lo tocaba, como le mentia, todo en general. No podia odiarla, ella habia sido buena con el. Lo habia sido?

Si.
Si?

No era consciente de ver la realidad, eso causo que se obsesionara e hizo lo que hizo. 99 victimas. Su hermana era muy suertuda, tenia tantas amigas. Aun seguia sintiendose culpable por no llegar a 100, pero en algun momento lo haria, se lo prometio. Lo prometio. Porque se sentia culpable ahora? Habia roto la promesa, pero de verdad valia la pena?

Se sentia mejor con Rantaro, pero no podia descepcionar mas a Miyadera de lo que ya hizo. A quien deberia hacerle caso? A la persona que le causo mas traumas y le hizo volverse un asesino o a la persona que se preocupo por el y lo ayudo en todo momento?

Deberia pensar como ella, despues de todo ella no hubiera querido que la traicionara.

Pero el no era ella, o si lo era?







//perdon por lo corto que esta el capitulo, de verdad me siento cansado, son como las 5 am, no se. Buenas noches.

⌁ ◜me quieres hacer daño?◞ amaguji Where stories live. Discover now