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- Ahora sí me vas a explicar todo – Itachi besó tiernamente a Naruto, había extrañado sus labios y ese sabor dulce - ¿Cómo es que no me di cuenta que era Deidara? –

- Porque aaah – gimió al sentir la lengua del mayor pasar por su cuello – se veía espectacular, realmente parecía mujer – bajó la mano de Itachi a su miembro, estaba duro de solo sentir los besos del azabache, este se dejó llevar sobando con lentitud el durísimo miembro de Naruto – fue su idea, queríamos que tu hermano se diera cuenta de que Hidan puede conseguir a quien quiera –

- No a ti – mordió el hombro de Naruto dejando sus dientes marcados, el menor gimió de dolor ¿Qué le pasaba a ese bruto? Pensó – tú eres mío y a partir de hoy nadie puede tocarte, ya no regresaras a la casa de Hidan –

- Tu prometida tiene copia de tu llave ¿qué pasará si entra? ¿Harás lo mismo de la última vez? – preguntó entrecortado, la excitación de ese momento le impedía hablar bien

- No es mi prometida, me traes como idiota, si lo que hice en la fiesta no te convenció, no sé qué más podría hacer –

- Buen chico – dijo Naruto huyendo del beso que el pelinegro trataba de darle – te has ganado un premio – comenzó a sobar el pene de Itachi, vaya que era grande y grueso, el de ojos azules moría por ser penetrado por semejante trozo de carne – espero le guste su premio señor Uchiha – lo sentó en la orilla de la cama, separándole las piernas, el menor se colocó en medio, besando sobre la ropa su pene, ganándose los suspiros del azabache, despacio bajó el cierre del pantalón para poder sacar el miembro, lo miró por unos segundos "¡diablos, Es enorme, grueso y perfecto!" pensó el rubio, quien comenzó a lamerlo despacio, de abajo hacia arriba, dándole besos suaves a la punta, acción que repitió una y otra vez, poco a poco aumentando las lamidas como si de una paleta se tratara, Itachi no resistió más, el rubio lo estaba torturando, así que tomo del cabello a Naruto y se la metió toda a su boca, el rubio dejó que el mayor marcara el ritmo de la mamada que le estaba dando, su cabeza subía y bajaba rápido, sintiendo como el miembro erecto entraba hasta el fondo de su garganta, podía sentir como Itachi jalaba de su cabello.

Después de que un fantástico orgasmo le llegara se lanzó a la cama junto a Naruto, estaba extasiado por la gran mamada que le había dado, le hizo el amor en todas las posiciones que se le ocurrieron, demostrándole al rubio que nadie lo haría llegar al cielo como él lo hacía, orillándolo a gritar su nombre una y otra vez, dándole el mayor placer.

- Te amo – el pelinegro se encontraba sobre el rubio, este tenía sus piernas alrededor de sus caderas, no podía entender cómo es que su pene seguía erecto, el rubio causaba ese efecto en él – mañana iremos a la tienda departamental –

- ¿A qué? – el rubio empezaba a regular su respiración, estaba cansado, pero feliz de tener por fin al mayor a su lado, de saberse dueño de su corazón, de sus pensamientos, de saber que él fue el motivo de que su compromiso terminara y de qué forma.

- Iremos por ropa para ti –

- No, tengo mis cosas en la casa de Hidan, podemos ir por ellas –

- ¡No! Ya no regresarás ahí – salió del rubio para penetrarlo con fuerza, quería dejarle claro que solo él podía hacerle sentir en el cielo, darle el mayor placer, comenzó un vaivén con fuerza y rápido, Naruto causaba un efecto en él que no entendía, lo amaba demasiado, se permitió en ese momento no pensar en todo lo que causaría la ruptura de ese compromiso, si bien no le tenía miedo a nadie, era seguro que el papá de Izumi retiraría su inversión, tendría que trabajar mucho más, pero al sentir el estrecho interior del rubio y escuchar sus gemidos y el modo en que repetía lleno de excitación su nombre, todo lo valía.

No ReturnWhere stories live. Discover now