La lista

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Nos amabamos en secreto, pero cuando me mostraste el cielo y el infierno me di cuenta de ello.

M.

¿No les pasa que son invisibles?

¿Qué siempre intentan pasar desapercibidos?

Bueno, soy ese tipo de persona, no me gusta la atención, es algo que odio en realidad, pero últimamente deseaba ser relevante y no ser invisible ante sus ojos.

Lucas Beltrán era el chico perfecto, durante 4 años he intentado hablar con él, pero obviamente no lo haría. No podía hablar con la chica nerd cuándo él era el chico popular. Si, el típico cliché de los libros. Suspiré al verlo tan guapo, alto, fornido, cabello negro, ojos azules y una barba que le daba una cara de Dios griego.

Odio a los chicos patanes y sin ninguna pizca de inteligencia, pero Lucas era diferente, se notaba a kilómetros de distancia que tenía cerebro y era inteligente. Ojalá algún día cruce unas palabras con él y logré entablar un tipo de relación que me ayude a conquistarlo.

— Pau, Lucas es muy lindo.— Tomé el hombro de mi mejor amiga, cerré los ojos porque mi mundo daba vueltas.— Él será mi esposo.— Murmuré riendo, posando mi mejilla en el hombro de mi mejor amiga.

—¿Qué cosa?— Me preguntó Laura, mi otra mejor amiga.

— Lucaaas.— Canturreé viéndolo a lo lejos, estirando mi brazo para atraparlo.

— Enloqueció.— Comentó Laura haciéndome reír.

— Arriba, vaquera. Es mejor que descanses un rato.— Reí al ver a mis amigas tomándome de los brazos y pies arrastrandome a no sé que lugar.

—¡Fiesta, fiesta, fiesta!— Solté una risita, escuchando la risa de mis amigas.

Por petición de mis amigas, habíamos venido a la última fiesta antes de que terminara el verano, empezando las clases de nuestro colegio. Lo que no contaba era que los mojitos me gustarán tanto.

«Debo agregarlo a mi lista» Pensé viendo cómo era llevada por mis amigas a no sé dónde.

Si, amaba hacer listas. Tenía listas de todo, hasta de mi propio futuro tenía una lista, y hasta el día de hoy la he cumplido al pie de la letra. Tal vez por eso era la chica nerd y marginada.

— Vendremos por ti en un rato.— Mis amigas me dejaron en una cama de alguna habitación.

— Aburrid-das.— Me reí cuando “hip” salió de mis labios.

— Descansa, vaquera.— Me recosté en la cama y la puerta se cerró.

Tomé un peluche que había en la cama y empecé a juguetear con el, reí al ver que era un adorable patito, pero por alguna razón tenía un miembro dibujado en su frente.

De pronto se escuchó la puerta abrirse, me levanté de la cama recargandome en mi codo, una persona había entrado a la habitación. Su cabeza se ladeó y pude ver cómo sonreía.

—¿Jennifer? ¿Jugando a lo oscurito?— Escuché una voz, abrí mis ojos cómo platos.

La puerta se cerró y el cuarto quedó a oscuras, me senté en la cama y me quedé quieta en mi lugar. Intenté ver en la oscuridad pero fue imposible. Escuché unos pasos acercarse a mi, negué con mi cabeza intentando alejar el alcohol de mi razonamiento.

— Y-yo-

— Shhh.— Dí un pequeño salto cuándo un dedo se posó en mis labios.

Sentí cómo una mano acariciaba mi pierna por encima de mi falda, tragué grueso sintiendo una corriente eléctrica traspasarme el cuerpo entero.

One-Shots Caché.  Where stories live. Discover now