Éste es el regalo?... No, gracias! Mejor no lo quiero

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Lo ví en esa cama de hospital dormido y no pude más que soltar el aire
que llevaba conteniendo desde quién sabe cuándo.

Estoy muy molesto.

No, molesto no, enojadisimo. Éste año está a punto de terminar y
agradezco al cielo por eso. Ha sido para John un año muy difícil. A veces
lo notaba distante y otras parecía que le era imposible despegarse de
nosotros. Su madre, claro, aprovechaba esos momentos lo más que podía... Pero hoy empezó siendo un día de los malos, de esos en los que se planta en sus veintiséis años y no quiere que le digan nada.

A veces me pregunto por qué seguirá viviendo con nosotros. No es que me moleste, pero cuando se pone en plan cabezón como hoy me dan ganas de
armarle la valija y dejarlo en una esquina a ver si alguien lo recoje.

El doctor dijo que no era grave, un buen golpe en la cabeza nada más, y
que si no despertaba no era porque estaba inconsciente sino que sólo
estaba recuperando el sueño perdido, que se notaba que estaba
exhausto.

Muy bonito todo pensé yo, pero igual ¿quién me devuelve los
diez años que perdí cuando me llamaron por teléfono avisandome que se había desmayado? Claro, el señor había llevado a cabo una
persecución digna de parkour que le salió mal y se llevó tremendo
golpe. Yo sólo sé que mi hijo no quiso que llamaran a la ambulancia y
no quiso atencion médica de ninguna clase, hasta que se desmayó. No
sé qué tiene con los médicos, o más bien qué tiene con poner su vida
en riesgo! Que su capitán me dijo que esa persecución no era necesaria, es más, ni lo atrapó él sino el equipo que había emboscado al delincuente. Parecía ser que era algo personal me informó su capitán.

Personal es lo que va a tener conmigo! Caramba que no han pasado ni seis meses de la última vez que pasó algo parecido. Y aquella ocasión
recuerdo que dudé un poco de las medidas que tomé, sin embargo esta
vez no me cabe la menor duda. Ah pero que despierte nomás...
......................................

-Papá? ​- Me llamó medio adormilado John, mientras miraba confuso
alrededor. - Qué día es hoy?

Me reí un poco ante su gesto de pánico. - Tranquilo, sigue siendo 24, no te vas a perder tus regalos​- Le dije porque sé que le encantan estas fechas.

Antes era sólo por los regalos, ahora creo que también aunque él diga
que es más por la familia.

-Te sientes bien? El doctor dijo que no fue nada grave pero que tu cuerpo está o estaba exhausto.​ - Levante una ceja desafiandolo a negarlo.

-Sólo es un poco de cansancio- Suspiró reconociendo mi mirada,
anticipando que iba a comerse como mínimo un buen reto.

-Cansancio y estupidez dirás. Tienes el alta, por ser fecha festiva te
dejan ir para que la pases con tu familia y no aquí en observación.
Así que vístete y levántate que cuando lleguemos a casa tú y yo vamos a tener una conversación muy seria. - Me ​ miró desconcertado y luego se sonrojó. - Si, eso que estas pensando. No creas jonh que me
he olvidado de la promesa que te hice. - Le recordé, confirmando seguramente sus pensamientos.

-Papá entiendo que estés molesto, fue absurdo no haber dejado que
llamaran a una ambulancia, pero vamos, son gajes del oficio y además soy un hombre adulto. No puedes pretender que no tengo 26 años! - Exclamó indignado. Yo sólo tomé su ropa y se la di. No refuté su
argumento. Ya habría tiempo de hablar en casa.

Fuimos en silencio, compartiendo un viaje tenso, pues él parecía un poco preocupado y yo oscilaba entre
mi enojo y preocupación.

Al llegar, intentó pasar derecho a su cuarto, pero no sé lo permití.

Jefecito de mi corazón Where stories live. Discover now