4

612 69 20
                                    

EL POCO AMOR QUE RECIBES
Algo que él no haría por ti.

Era sábado en la noche; Draco descansaba sobre su cuerpo respirando tranquilo mientras él, con un solo dedo acariciaba su espalda desnuda y se pierde de nuevo en sus pensamientos. Estaba en la habitación del slytherin, no habían hecho nada más que besarse y hablar de muchas otras cosas, la mayoría sobre libros que leían juntos y aveces se burlaban de algunos alumnos dando a relucir el lado slytherin que Harry tenía y del cual Draco siempre quería saber más.

Podía oler su cabello y sentir el toque suave de su piel contra la suya, encajando de una forma hermosa que le hacía sentir mariposas en el estómago y le estremecía.

Al poco rato el sonido de algo golpeando la ventana de la habitación sonó, Harry dedujo que era la lechuza de Draco queriendo entrar a acurrucarse con su dueño. Le había comentado a si compañero que debía ser más cariñoso con ella pues de esa forma está sería más gentil a la hora de querer alimentarla pero el rubio no cedería, se mantenía en que Harry debía dejar de consentir a Hedwig y a Fleeting como se llamaba su lechuza de color negro cenizo.

Hace como puede para quitarse al rubio de encima sin éxito puesto que se aferra más a su cuerpo haciéndolo sonreír de manera boba.

—Iré a abrir la ventana —susurró al oído de draco—, Fleeting quiere entrar y hace frío afuera como para ignorarla.

—Harry —balbucea el rubio sin haber escuchado lo antes dicho.

—Sí —rie levemente acariciando su cabello sedoso—, iré a abrir la ventana. Volveré en un segundo, ¿de acuerdo?

—No, —negó aferrando más su abrazo impidiendo que Harry se moviera— tu quédate. Ella tiene un lugar cálido en la lechuzeria, ya volverá.

Harry ríe por lo bajo besando el dorso de la mano de su amado en secreto —de cierta forma—, besa también su frente y este alza su cara para que le dé un beso en los labios.

—¿Tienes frío? —pregunta acariciando su cintura y el asiente— ¿Sabes quién más también?, tu lechuza.

—Ve por esa rata con plumas si tanto la quieres pero no esperes que te abrace cuando regreses —advierte dejando la cálida estancia que tenía sobre el cuerpo de Harry y lo empuja levemente—, anda. Ve y duerme con ella.

El azabache sonríe cansado y se levanta sabiendo que en cuanto regrese no pasarán al menos dos segundos antes de que Draco lo atraiga hacía sí nuevamente. Retomando la tarea de abrir la ventana, se dirige hacia ella y la abre esperando con brazos abiertos a la lechuza sin embargo está no es su querida Fleeting, es una diferente y café con grandes ojos y cara enojada.

Entra aleteando y haciendo sonidos graves que despiertan la atención de Draco, este se levanta asustado y corre hacia Harry.

—¿!Que demonios le pasa!?, ¿¡Se volvió loca o que!? —pregunta alejando a Harry de dónde la lechuza revoloteaba, tomó su varita y apunto a la lechuza—, Incantatem.

La lechuza cayó en el suelo con un sobre en sus patas y Harry, Harry estaba lamentando haber abierto la ventana. Aún así ponía atención a Draco, que abría la carta envuelta en un papel blanco.

—Espero que por lo menos sea importante —murmura el slytherin abriendo la carta y comenzando a leer el contenido.

Harry espera paciente a su amigo mientras mantiene una mirada inexpresiva en su lectura, recoge a la lechuza y la desencanta fuera donde al soltarla está se va sin más y sin mirar atrás dejando dos aturdidos adolescentes.

Never Mine To LoseWhere stories live. Discover now