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- ¡Lucy, ayúdame a sacar esta rata de la cocina!

Me sobresalto con el llamado de mi jefe, quiere que vaya al infierno como si no supiera que odio las ratas.

-Estoy atendiendo a un cliente -le grito desde mi puesto y obviamente no atiendo a nadie- Deja al pobre animal quieto.

- ¿De casualidad te estas drogando?

-No, pero, no lo decía por la rata....

Sonrío ante mi insolencia, el último mes ha sido terrible. Gracias a las propinas he podido comprar algo de ropa. Ya presentía que volvía a la época de los 80. Pero qué clase de propina obtienes de un "club" de borrachos. Bueno esas propinas no son voluntarias, a veces los borrachos se les olvidaba reclamar el cambio o los billetes que dejaban caer y ni cuenta se daban. Este mundo me ha demostrado lo cruel que puede llegar a ser, no he cometido algún pecado si ellos son tan distraídos.

Son las 11 de la noche y el negocio esta tan lleno que ya me preocupa mi siguiente movimiento, falta poco para que empiecen las peleas y llegue la policía, hasta ellos están acostumbrados como iba a terminar la noche. Soy la que vende las bebidas obviamente, al principio me pusieron de mesera pero no resulto ya que mi físico llamaba la atención. Mi cabello rojo, los ojos verdes y pecas en mi nariz no ayudaban mucho. Por ende el dueño tuvo compasión y me puso en un lugar más seguro.

Acabo de vender la última cerveza cuando hubo una que venía hacia a mí en una velocidad que gracias a los cielos reaccione a tiempo, la botella se estrelló en la pared y eso era la señal de que todo se pondría muy mal. Me agache debajo de la mesa del bar y espere a que todo se calmara.

¿Conclusión? El bar hecho pedazos, borrachos heridos y mi jefe se rascaba su cabeza calva en el rincón. Me acerque a él preocupada.

-Deberíamos de amarrarlos a cierta hora de la noche, para que no suceda las típicas peleas.

Mi jefe arruga la cara y su rostro palidece.

-La policía cerrara el local -me quede sin aire en el momento- Lo siento Lucy.

Por unos segundos, caí en cuenta que estaba totalmente jodida.

-Vale ¿y que harás hasta entonces?

-Volveré a Florida.

Hice una mueca, mirando a todos lados. Pensando realmente que hacer.

-Pasa mañana por tus honorarios. -Hace una mueca y me señala- no sé qué haces aquí, deberías estudiar.

Sonreí.

-Si debería, pero recuerda que crecí sin padres, vivo en un Trailer viejo y este era mi único sustento.

Mis últimas palabras no se escucharon como debería gracias a mis ganas de llorar.

-Pero mujer eres muy hermosa deberías aprovecharlo -se queda callado mirándome- de modelo u otra cosa.

Frunzo el ceño.

-Soy de altura baja para ser modelo y esa otra cosa que dices -revoloteo mis dedos en su dirección- Prefiero comer mierda que ser una puta.

Me quedo callada en el momento mientras mi ex jefe arruga su cara.

-Lucy, no te metas en problemas. Consigue un trabajo, aprende de las pequeñas cosas que pasan a tu alrededor. -ahora si quiero llorar- Mira el lado positivo de todo, hoy por ejemplo, este bar iba a acabar con mi salud y mi buen juicio. Y tu niña no debes trabajar en un lugar así.

-Lo entiendo. Mañana buscare algo, no sé tal vez en el supermercado, o tal vez me mude a otro lugar.

Carraspeo ante mi falta de palabras.

-Te gusta este pueblo, te gusta Carolina del norte, no creo que dejes este lugar. Vamos te llevo a tu casa.

Resoplo.

-Trailer es un t-r-a-i-l-e-r

Deletreo desesperada. ¿Quién llama hogar a ese pedazo de hierro?

Hay cosas que simplemente puedes dejar pasar, pero quedarte sin trabajo es lo más detestable. Sí, tengo que empezar de nuevo, lidiar con nuevas personas y contar lo triste que ha sido mi vida, aunque odio dar explicaciones sobre eso. No me gusta que la gente sienta lastima por mí, no estoy psicológicamente lista para enfrentar el pasado pero, ¿a quién diablos le importa? ¿A mí? Por supuesto que no, me he reinventado de que me trajeron al mundo por medio de una cigüeña, aunque suene estúpido pero se siente mucho mejor.

Estoy muy cansada para seguir pensando en cuan estupidez se me ocurra, mañana buscare un nuevo empleo. Dios me ayude, porque esto no será fácil.

La Chica PelirrojaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora