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Todo da vueltas, el me asusta como nadie lo ha hecho. Ni la vida misma podrá recordarme el porqué aún estoy parada frente a él ¿Me volví loca?
-¿En serio quieres que te conteste después como me haz tratado?-me mira sin parpadear-. Nunca te he visto, no me conoces y aún así no te da derecho comportarte así.

Me quedo sin habla por unos segundos hasta que el habla.

-No entras al cuarto de mi hermana,-Me señala con un dedo-. Malditamente no lo hagas o asumiras las consecuencias.

Maldiciendo y mirandome a los ojos con rencor se va.
¿Que acaba de pasar?. Respiro tranquilamente y lo escucho alejarse en su carro.

Mientras recojo mis pertenencias en el primer piso medito lo acontecido. Dejó claro que le importa mucho su hermana, su padre no le interesa... ¿A que vino? ¿Se dará cuenta de la herencia? Estoy muy confundida.

Sé que no puedo dormir arriba está más que claro. Recuerdo que debajo de las gradas hay un pequeño espacio para colocar una colchoneta, organizo mis cosas rápidamente y decido llamar a Carl.

***
-De verdad estoy sorprendido, creo que he llamado su atención.

Si claro no es el único.

-Me asusto mucho su forma de ser, creí que me iba a asesinar.-Estaba completamente loco- Creo que exagero, pero no le gusto nada cuando descubrió que dormia en el cuarto de Lana.

-No te preocupes, lo llamare para decirle que vuelvo en dos días.

Dudo mucho que la situación no mejorará.

-Vuelve pronto ¿Sí? Toro, las gallinas y los patos te extrañan igual.

El se ríe y me contagia.

-Sí claro, extraño exactamente cuando te demoras con sus alimentos y empiezan a perseguirte como locos desesperados.- Realmente pasa seguido ya que lo menciona- Estaré ahí pronto. No podía perderme esta reunión de amigos.

Me despido de Carl y me encargo de las tareas de la casa por el resto del día.

No es que este acostumbrada pero dormir en el suelo sobre una colchoneta no es cómodo, dos días después puedo decir que me he encariñado en ese pequeño hueco. Tuve que conseguir un ventilador antes de quedar axficiada, pero hizo mejor la situación. Cuando vivia en el trailer tenía por lo menos un sofa medio comodo y un poco más espacioso, pero como me la paso limpiando y paseando por los alrededores de la casa se me olvida completamente el lugar donde duermo.

Carl finalmente ha llegado. Sólo lo abrace como si no lo hubiera visto en meses.

-Te extrañe mucho, muchisimo.

El se siente cansado pero feliz.

-Fueron buenos días con los chicos, la pase bien. ¿Cómo estan los niños?

-Estan muy bien, Toro no ha gruñido en los días de tu ausencia, he comprobado que se siente todo un rebelde adolescente a tu lado.

Carl suelta una carcajada.

-Es bueno llegar y ocuparme de mis pequeñas y grandes preocupaciones.- Caminamos hacia el lago-. Pero estaremos bien.

Miro con preocupacion el lago.

-Tu hijo, ¿que pasará?

-Lo llamare en un momento, creo que esta en el pueblo.

Me quedo sin aire.
-Pensé que estaba en New York.
-El día que me llamaste le hable. -Me mira con preocupación-. Esta enojado, lo noté.

Escucho un fuerte sonido de un carro. Miro hacia atrás y es él saliendo del coche, sino fuera como me trato hace dos días me estaría derritiendo por el. Pero todo de el me produce miedo.

-¿Cómo debemos actuar? ¿Seguiré durmiendo debajo de las gradas? -miro a Carl asustada- ¿Que hago?

Carl sonríe.

-Sólo actúa normal, con cariño. Yo te protegeré. Aunque estoy muy viejo para soportar los berrinches de mi hijo pero haré lo que este en mis fuerzas.

Carl se acerca a mi cara y me da un beso en la frente. Siento mi corazón estrujarse, por momentos me arrepiento de esta locura pero ayudarle presiento que haré un gran cambio para esta familia. Encuentro la mirada de Will con la mía y no identifico nada, me volteo hacia el lago y respiro profundamente.

Actuar normal y con cariño. Nunca he tenido novio y menos uno mayor. Le seguiré la corriente.

Al caminar al frente de la casa veo que el carro del abogado se encuentra parqueado, decido entrar para preparar café y té. Cuando tengo todo listo decido tocar la puerta de la oficina. No escucho nada pero eso no me detiene, cuando entro ellos me miran.

-Disculpen la molestia, ¿Les gustaría tomar café o té?

-Gracias Lu, el mio té.

Me contesta Carl

-Yo solamente agua Lucy, gracias.

El abogado me responde con media sonrisa. Me volteo hacia Will y el no me mira.

-Señor Will...

-No quiero nada de ti, vete.

-Will más respeto con mi mujer.

Will golpea la mesa sobresaltándome.

-¿Respeto?En esta casa no hay respeto y menos con esta aparecida. -me mira- Que te vayas.

Salgo rápidamente de la oficina mientras escucho a Carl discutir con su hijo. Me apresuro con el té y el agua bloqueando cualquier sentimiento. No me puedo permitir que su rabia me afecte, hay que llevar el plan. Pongo todo en bandeja y entro a la oficina como si no me hubiera pisado un gorila. Cuando decido irme Carl me pide que me quede.

-Querida quédate -.yo me volteo con la cabeza alta- Dictaremos mi herencia.

Mi cuerpo tiembla de repente.


La Chica PelirrojaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora